SpaceX tiene luz verde para lanzar Starship: las claves del segundo intento
Tras el fallo del pasado mes de abril, la empresa de Elon Musk ha modificado la astronave y la base de lanzamiento hasta conseguir que la administraci¨®n estadounidense le autorice a realizar un nuevo vuelo de prueba
El segundo intento de lanzamiento del Starship es inminente, despu¨¦s de que la Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n de EE UU anunciara que ha concedido a SpaceX la licencia para volver a realizar un vuelo de prueba con su megacohete espacial. Y la empresa espacial de Elon Musk ya ha puesto fecha y hora para el despegue: este s¨¢bado, en una ventana de lanzamient...
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El segundo intento de lanzamiento del Starship es inminente, despu¨¦s de que la Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n de EE UU anunciara que ha concedido a SpaceX la licencia para volver a realizar un vuelo de prueba con su megacohete espacial. Y la empresa espacial de Elon Musk ya ha puesto fecha y hora para el despegue: este s¨¢bado, en una ventana de lanzamiento de veinte minutos que se abre a las 14:00 hora peninsular espa?ola, las 7:00 en la base de SpaceX en Boca Chica (Texas, EE UU) en la que el megacohete ya se encuentra ubicado en su plataforma de lanzamiento.
Si esta vez Starship completa la prueba con ¨¦xito, se convertir¨¢ en el mayor y m¨¢s potente cohete espacial de la historia. Y m¨¢s all¨¢ de sus r¨¦cords, la importancia de esta astronave totalmente reutilizable radica en el papel que la NASA le ha concedido como veh¨ªculo para que la primera mujer ponga el pie en la Luna, y en los planes de Musk de usarla para llegar a Marte.
Sin embargo, pese a ese prometedor futuro, en la memoria de todos est¨¢ el resultado del primer intento de vuelo de Starship en abril: el cohete fue destruido tras casi cuatro minutos de vuelo debido a un fallo grave, mientras que en la plataforma de lanzamiento qued¨® un enorme socav¨®n, perforado por los escapes de los 33 motores, y se produjeron numerosos da?os en las inmediaciones debido a los cascotes proyectados en el despegue.
Ante tal resultado, muchos pensaron que el segundo intento se retrasar¨ªa m¨¢s de un a?o. Desde la empresa SpaceX, en cambio, prefirieron ver la parte positiva: el supercohete hab¨ªa despegado y la torre de lanzamiento estaba intacta. La din¨¢mica de Elon Musk, presidente de la compa?¨ªa aeroespacial estadounidense, es imparable y el nuevo veh¨ªculo ya est¨¢ en la plataforma a punto de despegar.
?Por qu¨¦ el primer lanzamiento produjo tantos da?os? B¨¢sicamente, porque el brutal escape de los motores impact¨® directamente en el hormig¨®n sobre el que se asentaba el pedestal del cohete. En teor¨ªa era hormig¨®n especial, resistente a altas temperaturas, as¨ª que los ingenieros decidieron no esperar a tener instalado un sistema de refrigeraci¨®n por agua, que habr¨ªa protegido la plataforma.
?Qu¨¦ da?os se ocasionaron? Bajo el pedestal qued¨® un cr¨¢ter de varios metros de profundidad que dej¨® los cimientos al descubierto. Grandes pedazos de hormig¨®n salieron volando como una granizada, en todas direcciones, y unos abollaron los grandes tanques de metano y ox¨ªgeno a unos cien metros de distancia; otros destrozaron las lunas de una furgoneta estacionada en la supuesta zona de seguridad. E incluso, algunos de ellos golpearon los propios motores del cohete, provocando el apagado prematuro de al menos seis de un total de 33.
Lo peor fue que numerosas agencias federales, entre ellas de protecci¨®n ambiental, revocaron la autorizaci¨®n para continuar sus lanzamientos desde Boca Chica, en la base de SpaceX situada junto a un parque natural en la costa del Golfo de M¨¦xico. Incluso la agencia espacial estadounidense mostr¨® su preocupaci¨®n, puesto que la compa?¨ªa de Musk est¨¢ construyendo una torre de lanzamiento similar junto a la plataforma 39A de la base de la NASA en Cabo Ca?averal. Aparte de otras consideraciones, ese es un lugar hist¨®rico (desde ah¨ª despeg¨® el primer vuelo a la Luna), lo que justificaba pedir garant¨ªas a SpaceX respecto a futuros lanzamientos.
?Por qu¨¦ SpaceX cosecha tantos fracasos? Hasta ahora, solo lo ha hecho durante los vuelos de desarrollo. El cohete Falcon se estrell¨® diez veces antes de conseguir el primer aterrizaje suave. Pero de eso hace ocho a?os. Esta vez, para SpaceX la recuperaci¨®n de la etapa inferior esos cohetes es pura rutina. Ya han volado 250 Falcon, con una tasa de fallos inferior al 5%, casi todos concentrados en la primera ¨¦poca. 39 primeras etapas se reciclan continuamente en lanzamientos sucesivos. Uno de ellos se ha reutilizado 18 veces. Es evidente la ventaja econ¨®mica que ello supone frente a los cohetes desechables de otras compa?¨ªas.
?Es razonable sufrir tanto fallo, aunque sea durante las etapas de desarrollo? SpaceX afirma seguir una filosof¨ªa de ¡°dise?a, prueba, corrige y repite¡±. Es una empresa privada que puede permitirse el lujo de acumular fracasos para acelerar el desarrollo. De cada uno se extraen conclusiones que permiten ir enmendando errores hasta que el producto final es fiable. Tan fiable que ya se le conf¨ªa el lanzamiento de astronautas e incluso el departamento de Defensa ha contratado a SpaceX la puesta en ¨®rbita de sat¨¦lites militares.
El caso de la NASA es diametralmente opuesto. Funciona con fondos federales y por eso no puede permitirse ning¨²n fallo si no quiere ver comprometida su asignaci¨®n para el a?o pr¨®ximo. Eso s¨ª, pasan a?os y a?os hasta que sus proyectos logran materializarse; y es raro que se ejecuten dentro de presupuesto.
?Qu¨¦ mejoras tiene el Starship para este segundo lanzamiento? Ante todo, la instalaci¨®n de un sistema de refrigeraci¨®n de la plataforma por agua. B¨¢sicamente es una ducha al rev¨¦s, que lanza hacia arriba una cascada justo antes del encendido de motores. Eso deber¨ªa proteger el hormig¨®n y, al mismo tiempo, absorber parte de la brutal energ¨ªa ac¨²stica que desprende.
Tambi¨¦n se ha redise?ado el sistema de desacople de las dos partes del cohete (la etapa superior y la inferior), que la otra vez no funcion¨®. La idea es que se produzca de forma espont¨¢nea: bastar¨ªa con abrir las mordazas que las unen, hacer girar el cohete sobre s¨ª mismo y la propia fuerza centr¨ªfuga bastar¨ªa para separar la etapa inferior, ya casi vac¨ªa de combustible y, por tanto, muy ligera.
De todas formas, y por si acaso la teor¨ªa no funciona, el anillo de conexi¨®n de los dos segmentos es un nuevo dise?o, perforado con grandes ranuras verticales. Si falla la separaci¨®n y pese a todo se encienden los motores de la etapa superior, por ah¨ª escapar¨¢n los gases. Es el sistema que ya aplican los rusos en sus cohetes Soyuz desde hace tres cuartos de siglo.
Las limitaciones de un vuelo de prueba
Si todo va bien, Starship describir¨¢ una trayectoria con un perigeo tan bajo que caer¨¢ antes de completar una sola vuelta a la Tierra. Deber¨ªa estrellarse en el oc¨¦ano Pac¨ªfico, cerca de Haw¨¢i, sin que se intente un aterrizaje controlado. Aunque ambas etapas del cohete ser¨¢n recuperables en el futuro, en esta ocasi¨®n ninguna de ellas se salvar¨¢. Por ahora, el principal inter¨¦s es ver si el cohete despega sin problemas y su carga completa casi una ¨®rbita.
La p¨¦rdida de las dos partes de un veh¨ªculo tan complejo entra en los planes de SpaceX. En su factor¨ªa de Boca Chica est¨¢n produciendo Starships casi en r¨¦gimen de cadena de montaje. El que va a volar ahora lleva el n¨²mero 25 y su impulsor, el 9. Y son relativamente baratos. Se fabrican con acero inoxidable, no con aleaciones ex¨®ticas, y sus motores Raptor utilizan muchas piezas (por ejemplo, la turbobomba) impresas en 3D, lo que reduce tanto su coste como el tiempo de montaje. SpaceX asegura que est¨¢ produciendo un Raptor al d¨ªa, valorado en un cuarto de mill¨®n de d¨®lares; hace 50 a?os, cada motor F-1 que impulsaba el cohete Saturno 5 de las misiones a la Luna val¨ªa 15 millones (de la ¨¦poca) y se fabricaban a raz¨®n de 10 o 12 al a?o.
El siguiente paso, si esta prueba es un ¨¦xito, a¨²n no est¨¢ claro. SpaceX es una empresa privada que no divulga muchos detalles sobre sus planes, pues muchos son secretos industriales. De todas formas, tiene un compromiso con la NASA para desarrollar la nave de alunizaje ¡ªbasada, precisamente, en la etapa superior del cohete Starship¡ª, para las misiones Artemis que tienen previsto posarse en la Luna a partir de 2025.
Para poder hacer realidad esa futura misi¨®n lunar, primero SpaceX tendr¨¢ que lograr el reabastecimiento de combustible en ¨®rbita, una maniobra nunca probada a la escala que implica rellenar los tanques de un Starship. Por eso es probable que los planes inmediatos de Elon Musk vayan en el sentido de primero alcanzar la ¨®rbita y luego ensayar el trasvase de combustible. Eso supondr¨ªa al menos dos o tres lanzamientos m¨¢s de su megacohete. Quiz¨¢s para el a?o que viene.
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