No siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs
Los responsables de las cinco principales organizaciones ecologistas de Espa?a defienden que las pol¨ªticas comerciales no pueden ser un impedimento para que el pa¨ªs cumpla sus compromisos con el clima
No es la primera vez que lo decimos: luchar contra la emergencia clim¨¢tica es una oportunidad. Una oportunidad para garantizar una salida a la crisis sanitaria, social y econ¨®mica que tenga en cuenta el clima y la p¨¦rdida de biodiversidad.
La pandemia de la covid-19 ha dejado al descubierto m¨¢s a¨²n las costuras de nuestro sistema, la fragilidad del planeta y la ecodependencia de todos los seres vivos. En 2020 el ?rtico bati¨® temperaturas r¨¦cord de 38 ?C, California y Siberia sufrieron incendios forestales devastadores, ...
No es la primera vez que lo decimos: luchar contra la emergencia clim¨¢tica es una oportunidad. Una oportunidad para garantizar una salida a la crisis sanitaria, social y econ¨®mica que tenga en cuenta el clima y la p¨¦rdida de biodiversidad.
La pandemia de la covid-19 ha dejado al descubierto m¨¢s a¨²n las costuras de nuestro sistema, la fragilidad del planeta y la ecodependencia de todos los seres vivos. En 2020 el ?rtico bati¨® temperaturas r¨¦cord de 38 ?C, California y Siberia sufrieron incendios forestales devastadores, el Polo Norte alcanz¨® la mayor p¨¦rdida de hielo desde que hay registros satelitales y el n¨²mero de especies de animales y plantas amenazadas de extinci¨®n super¨® el mill¨®n, la cifra m¨¢s alta registrada en la historia de la humanidad.
Enfrentar la emergencia clim¨¢tica siguiendo las indicaciones cient¨ªficas establecidas a nivel internacional es uno de los mayores retos de los Gobiernos. Pero frenar el aumento de la temperatura global en 1,5 ?C y lograr el objetivo del Acuerdo de Par¨ªs s¨®lo ser¨¢ posible con una respuesta coordinada, ambiciosa y urgente. La Uni¨®n Europea (UE) pretende ser la punta de lanza de esta lucha. La futura Ley del Clima deber¨ªa ser uno de los sostenes de dicha aspiraci¨®n al conseguir que Europa sea el primer continente en alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero en 2040.
Espa?a puede ser uno de los pa¨ªses que lidere esta transformaci¨®n. Una nueva Ley de Cambio Clim¨¢tico y Transici¨®n Energ¨¦tica est¨¢ a punto de ver la luz. Un paso hist¨®rico e indispensable que, en la medida en que cree mecanismos exigentes para cumplir con el Acuerdo de Par¨ªs, puede abrir una gran oportunidad para transformar y reconducir la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno.
Sin embargo, para conseguir los compromisos clim¨¢ticos y la descarbonizaci¨®n del sistema es necesario que los objetivos de la transici¨®n se apliquen al modelo econ¨®mico en su conjunto. Cualquier esfuerzo por frenar la crisis clim¨¢tica ser¨¢ en vano si no existe una coherencia entre las pol¨ªticas clim¨¢ticas y comerciales. Diferentes estudios apuntan que hasta el 26% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero est¨¢n ligadas a la producci¨®n para mercados internacionales. Existen razones de peso para afirmar que Espa?a forma parte de acuerdos de comercio e inversi¨®n que nos alejan de la justicia clim¨¢tica y de pol¨ªticas ambiciosas y contundentes: promueven la protecci¨®n de los combustibles f¨®siles, la destrucci¨®n de ecosistemas y la p¨¦rdida de biodiversidad.
El Tratado sobre la Carta de la Energ¨ªa (TCE) podr¨ªa minar cualquier intento por abandonar los combustibles f¨®siles y avanzar hacia un modelo basado en energ¨ªas renovables. Este acuerdo de protecci¨®n de las inversiones energ¨¦ticas se ratific¨® en 1994 en un contexto muy diferente al actual y actualmente est¨¢ obsoleto. El TCE compromete la lucha clim¨¢tica al proteger las inversiones en fuentes de energ¨ªa f¨®sil que promueven el calentamiento global. Las emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero (GEI) protegidas por el TCE podr¨ªan alcanzar m¨¢s de un tercio del presupuesto global de carbono restante para el periodo 2018-2050.
Por su parte, el acuerdo de asociaci¨®n entre la Uni¨®n Europea y el bloque Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), a¨²n en proceso de ratificaci¨®n, es otro palo en la rueda para la consecuci¨®n de las pol¨ªticas clim¨¢ticas.
Con la entrada en vigor del acuerdo los pa¨ªses del bloque Mercosur incrementar¨ªan sus exportaciones en el sector agrario hacia Europa, como por ejemplo la carne de vacuno, soja para alimentar ganado y ca?a de az¨²car y etanol para la producci¨®n de agrocombustibles. Tres productos directamente vinculados a la deforestaci¨®n de la Amazonia o de El Cerrado, ecosistemas claves en la regulaci¨®n del ciclo del agua, el mantenimiento del clima a nivel mundial o la protecci¨®n ante nuevos virus y pandemias.
De hecho, en 2020 la Amazonia brasile?a bati¨® nuevos r¨¦cords de incendios. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) contabiliz¨® 125.031 incendios forestales en el pa¨ªs desde enero hasta el 12 de septiembre de 2020, el registro m¨¢s alto desde 2010. La comunidad cient¨ªfica ha alertado de que la deforestaci¨®n ligada a la exportaci¨®n de productos agrarios es sist¨¦mica en regiones como la Amazonia y El Cerrado de Brasil. Un reciente art¨ªculo de la revista Science se?ala que el 20% de la soja y el 17% de la carne de vacuno que Europa importa de Brasil procede de la deforestaci¨®n ilegal. La entrada en vigor del acuerdo comercial UE-Mercosur agravar¨ªa notablemente estas din¨¢micas. Espa?a es el segundo pa¨ªs importador de soja procedente de Brasil de la Uni¨®n Europea, que se destina principalmente a la fabricaci¨®n de piensos para ganado.
De nada sirve que los Gobiernos se comprometan con la reducci¨®n de emisiones de GEI si estas se externalizan a terceros pa¨ªses a trav¨¦s de pol¨ªticas comerciales. De hecho, algunos pa¨ªses europeos como Austria, Holanda o la regi¨®n belga de Valonia han aprobado mociones parlamentarias contra la ratificaci¨®n del acuerdo. Otros, como Irlanda, Alemania o Francia, que ha realizado un estudio de impacto ambiental independiente, han expresado de forma p¨²blica serias dudas con el documento.
En octubre de 2018, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC) advirti¨® de que tan solo quedaban 11 a?os para evitar un aumento de la temperatura global superior a 1,5 ?C. La pr¨®xima d¨¦cada ser¨¢ decisiva. Cuanto m¨¢s se retrasen las medidas para hacer frente al cambio clim¨¢tico, mayores ser¨¢n los costes econ¨®micos, ecol¨®gicos y sociales. El Gobierno de Espa?a tiene la oportunidad y la potestad para plantear pol¨ªticas ambiciosas que abandonen, rechacen y pongan en tela de juicio acuerdos como el UE-Mercosur o el Tratado de la Carta de la Energ¨ªa. Es el momento. El tiempo se acaba y ahora tenemos un horizonte claro, pero no siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs.
Luis Rico es coordinador de Ecologistas en Acci¨®n. Blanca Ruibal, directora de Amigos de la Tierra. Mario Rodr¨ªguez, director ejecutivo de Greenpeace Espa?a. Asunci¨®n Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. Y Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF Espa?a.
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