La dimensi¨®n m¨¢s social del cambio clim¨¢tico, premio Fundaci¨®n BBVA
Han recibido el galard¨®n Neil Adger, Ian Burton y Karen O¡¯Brien por sus estudios sobre la vulnerabilidad de las personas ante el calentamiento global

Hubo un tiempo en el que los expertos solo contemplaban como soluci¨®n al cambio clim¨¢tico poner freno a las emisiones de gases de efecto invernadero que lo provocan. No se ten¨ªa en cuenta c¨®mo estaban ya afectando esos impactos a la sociedad y las medidas a tomar para ayudar a las personas a enfrentar las transformaciones. El trabajo de los tres cient¨ªficos galardonados en la decimotercera edici¨®n de los premios Fundaci¨®n BBVA Fronteras del Conocimiento, Neil Adger, Ian Burton y Karen O¡¯Brien ha sido clave en ese aspecto, en la aportaci¨®n de las Ciencias Sociales para determinar ¡°como las condiciones sociales y culturales determinan nuestra vulnerabilidad al cambio clim¨¢tico y nuestra capacidad de adaptaci¨®n¡±, ha destacado el jurado de los premios.
El ge¨®grafo y profesor em¨¦rito de la Universidad de Toronto, Ian Burton, es considerado el pionero en la nueva visi¨®n para abordar el problema. Impuls¨® una nueva ¨¢rea de investigaci¨®n para definir ¡°las mejores estrategias de adaptaci¨®n en infraestructuras, urbanismo, agricultura o arquitectura¡± que permitan enfrentarse a los efectos que ya son imposibles de mitigar. Al principio, se top¨® con resistencia de personas que pensaban que ¡°si comenz¨¢bamos a hablar de adaptaci¨®n, eso significaba que estaban fracasando o ten¨ªan miedo de fracasar con su agenda de mitigaci¨®n¡±, explica el cient¨ªfico. Hasta que a mediados de los noventa, el IPCC incluy¨® el concepto de adaptaci¨®n en uno de sus grupos de trabajo.
Burton ha comprobado en su experiencia con desastres naturales que son las personas m¨¢s pobres y las m¨¢s expuestas [las que viven en zonas inundables, costeras, semi¨¢ridas...] las que sufren las consecuencias. Una poblaci¨®n que carece de la posibilidad de construir sus casas en terrenos m¨¢s altos o para mudarse. El plazo dado en el ¨²ltimo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Clim¨¢tico de 10 a?os para controlar las emisiones y evitar da?os irreversibles, lleva al investigador a plantearse que estamos ante ¡°una seria amenaza existencial, si no para toda la humanidad, para la sociedad avanzada organizada tal como la entendemos ahora¡±.
Neil Adger, economista y catedr¨¢tico de Geograf¨ªa Humana en la universidad de Exeter, se ha centrado en estudiar las migraciones impulsadas por las secuelas del calentamiento global. Sus estudios, desarrollados en pa¨ªses como Vietnam y Bangladesh, muestran que el grado de vulnerabilidad de la poblaci¨®n al cambio clim¨¢tico depende directamente de las medidas sociales y pol¨ªticas, no solo del clima. ¡°Las personas situadas en la periferia de la sociedad son las m¨¢s vulnerables¡±, explica. Pueden ser ancianos por el riesgo de olas de calor o personas pobres, que pueden quedar atrapadas y necesitan que se les ¡°ayude a moverse y migrar¡±. Por este motivo, las ciudades se deben preparar, hay que hacerlas ¡°m¨¢s seguras, sostenibles y resilientes¡±, adem¨¢s de trabajar con la naturaleza y ver el cambio clim¨¢tico ¡°como un riesgo para los lugares donde vivimos y que amamos y para las cosas que realmente nos importan¡±.
La catedr¨¢tica de Geograf¨ªa Humana en la Universidad de Oslo, Karen O¡¯Brien, mantiene que la sociedad no solo se enfrenta a los impactos del clima, como, por ejemplo, el aumento de las temperaturas. Si la reflexi¨®n se queda ah¨ª, las soluciones se basan solo en ¡°cambios t¨¦cnicos y de comportamiento¡±. Pero si se a?ade la dimensi¨®n social y cultural, ¡°comenzamos a pensar en c¨®mo organizamos la sociedad¡±, en c¨®mo ¡°influye lo que hacemos y c¨®mo respondemos a los desaf¨ªos que son riesgos para nuestros derechos ambientales, sociales y humanos¡±, puntualiza. ¡°Necesitamos tratar esto como un problema racional: c¨®mo nos relacionamos con la naturaleza, con la sociedad, entre nosotros y con el futuro¡±, plantea.
Dentro de los aspectos positivos, Burton se refiere al ¡°potente¡± movimiento juvenil, que muestra una ¡°creciente concienciaci¨®n de la sociedad¡± y al sector privado donde industrias como la de los combustibles f¨®siles est¨¢n comenzando a ver que tienen que abandonar su negocio y ¡°empezar a invertir m¨¢s en energ¨ªas renovables¡±. O¡¯Brien se muestra ¡°muy esperanzada¡±, porque ¡°la gente est¨¢ empezando a moverse hacia un camino m¨¢s sostenible que es tambi¨¦n justo y puede contribuir a un mundo pr¨®spero.
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