La sequ¨ªa en la cuenca del Guadalquivir obliga a restringir el agua a 4,3 millones de personas
El decreto del Gobierno llegar¨¢ previsiblemente en 10 d¨ªas y aboca al ahorro h¨ªdrico a 554 municipios en Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha y Extremadura
El Gobierno declarar¨¢, previsiblemente dentro de 10 d¨ªas, la sequ¨ªa en la cuenca del Guadalquivir ante la pertinaz falta de lluvias y con los embalses a solo el 27% de su capacidad, una medida que afecta a 4,3 millones de habitantes de Andaluc¨ªa principalmente, pero tambi¨¦n de Castilla-La Mancha y Extremadura. La declaraci¨®n de sequ¨ªa el pr¨®ximo 2 de noviembre ser¨¢ el pistoletazo que active las alertas para imponer medidas extremas que afectar¨¢n a 554 ayuntam...
El Gobierno declarar¨¢, previsiblemente dentro de 10 d¨ªas, la sequ¨ªa en la cuenca del Guadalquivir ante la pertinaz falta de lluvias y con los embalses a solo el 27% de su capacidad, una medida que afecta a 4,3 millones de habitantes de Andaluc¨ªa principalmente, pero tambi¨¦n de Castilla-La Mancha y Extremadura. La declaraci¨®n de sequ¨ªa el pr¨®ximo 2 de noviembre ser¨¢ el pistoletazo que active las alertas para imponer medidas extremas que afectar¨¢n a 554 ayuntamientos de esas tres regiones, abocados a ahorrar agua pese a que el consumo humano est¨¢ garantizado durante al menos dos a?os, seg¨²n c¨¢lculos de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir.
La biodiversidad lleva a?os sufriendo estragos en este territorio y las especies de flora y fauna pelean por sobrevivir en los 57.679 kil¨®metros cuadrados ahora resecos que abarca la cuenca, con tesoros como el Parque Nacional de Do?ana, sin apenas humedales y los acu¨ªferos al m¨ªnimo.
La cuenca de este r¨ªo es la tercera mayor de Espa?a por capacidad de embalses, con 49 presas que hoy solo tienen 2.187 hect¨®metros c¨²bicos de los 8.115 que pueden almacenar. Las previsiones meteorol¨®gicas no auguran lluvias la pr¨®xima semana y tras la declaraci¨®n de sequ¨ªa, el Gobierno aprobar¨¢ el Real Decreto de medidas urgentes que aplic¨® en la zona por ¨²ltima vez en 2008. Los cient¨ªficos coinciden al recordar que el cambio clim¨¢tico aumenta la frecuencia de las sequ¨ªas, tres de ellas de larga duraci¨®n en Espa?a durante las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas: los periodos 1982-1984, 1991-1996 y 2005-2009.
¡°Tras recortar un 50% el agua a los regantes, los ayuntamientos deber¨¢n disponer de planes de emergencia con medidas de ahorro para el baldeo de calles y el riego de jardines. Eso s¨ª, el ahorro ya ser¨ªa un ¨¦xito si alcanza el 10%, y como el consumo humano solo representa el 10% de las reservas, se traduce en un ahorro del 1% del agua embalsada, que sin embargo es muy importante a nivel local¡±, ilustran fuentes de la Confederaci¨®n, dependiente del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico.
El tijeretazo en las concesiones de riego agr¨ªcola del Guadalquivir del 50% este pasado verano es solo la avanzadilla de lo que viene si las lluvias no cuajan a lo largo del oto?o y el invierno. Al margen de que ciudades como Sevilla, Granada, C¨®rdoba y Ja¨¦n le vean las orejas al lobo, la naturaleza se resiente desde hace un lustro por la escasez continuada de precipitaciones.
Do?ana tiene cientos de lagunas que hoy no existen, la mayor de ellas la de Santa Olalla, con 50 hect¨¢reas de las que apenas cinco conservan hoy agua. ¡°Se pierden especies acu¨¢ticas que ya no volver¨¢n. Algunas, como la lib¨¦lula, son indicadores de la conservaci¨®n del medio acu¨¢tico, y si en Do?ana se citaban 40 especies hace 25 a?os, ahora son solo 20. Hay especies que necesitan beber simplemente, y en verano no quedan puntos de agua para los mam¨ªferos o las aves¡±, ilustra Carmen D¨ªaz, investigadora del departamento de Ecolog¨ªa de Humedales de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, dependiente del CSIC.
En la reserva natural, a la escasez de lluvias se le suma la proliferaci¨®n de pozos ilegales que esquilman los acu¨ªferos para regar las fresas de los invernaderos cercanos. ¡°Sin esa extracci¨®n, la afectaci¨®n del parque no ser¨ªa tanta. En las lagunas pr¨¢cticamente secas, el matorral sucede al pastizal en las cubetas, que se han convertido en pinares. No es una sequ¨ªa aguda, sino cr¨®nica, son cambios a largo plazo¡±, precisa Eloy Revilla, investigador en Biolog¨ªa de la Conservaci¨®n y director de la Estaci¨®n Biol¨®gica.
Los registros hist¨®ricos de las precipitaciones revelan un descenso paulatino de las lluvias. La Confederaci¨®n mira al cielo con preocupaci¨®n. ¡°Nuestro clima tiene ciclos y despu¨¦s del h¨²medo de 2009-2013, no hemos tenido suficientes precipitaciones y las temperaturas m¨¢s elevadas resecan mucho el suelo y no cubren bien el d¨¦ficit h¨ªdrico¡±, expone Nuria Jim¨¦nez, directora t¨¦cnica de la Confederaci¨®n.
Con otro prisma lo ven los ecologistas, que critican un exceso en las concesiones para la agricultura de regad¨ªo, que copa casi 9 de cada 10 litros de las reservas de esta cuenca. Rafael Seiz, responsable del programa de aguas en WWF, critica la planificaci¨®n al conceder agua para los cultivos: ¡°Es la paradoja de esta declaraci¨®n, que ha sido un a?o normal y no de sequ¨ªa meteorol¨®gica. No estamos en un a?o especialmente seco. Hay que huir de culpar de lo que nos pasa a que no llueve. El problema es apurar al m¨¢ximo para evitar poner restricciones a las demandas de riego¡±. Revilla coincide en este an¨¢lisis: ¡°Me llama mucho la atenci¨®n la poca preparaci¨®n de las administraciones ante los cambios. La Confederaci¨®n ha ejecutado ahora un cambio de pol¨ªtica, pero hace 10 a?os no era as¨ª¡±.
Mientras, el paisaje de la cuenca del Guadalquivir se ha transformado en la ¨²ltima d¨¦cada: donde antes los olivos crec¨ªan al albur de las lluvias, ahora han brotado nuevas plantaciones de olivar y almendro intensivo y superintensivo que beben del enorme caudal que atraviesa Andaluc¨ªa. De momento, la inminente declaraci¨®n de sequ¨ªa implica detraer 400 hect¨®metros c¨²bicos del regad¨ªo para garantizar el abastecimiento a la poblaci¨®n hasta 2024.
El 87% del agua embalsada, para el regad¨ªo
En la cuenca del Guadalquivir, los regantes acaparan el 87% del agua embalsada, y este verano ya han recibido solo la mitad de lo habitual en cada campa?a de riego: 6.000 metros c¨²bicos por hect¨¢rea.
De fondo late la Ley de Aguas de 2001, que estableci¨® un marco muy garantista con las concesiones y los derechos de los agricultores, que apuestan cada vez m¨¢s por los cultivos de regad¨ªo ante la mayor rentabilidad frente al secano tradicional. Y en ocasiones las confederaciones apuran los plazos antes de cortar el grifo a los regad¨ªos para as¨ª evitar pleitos.
El nuevo plan hidrol¨®gico de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir ¡ªen borrador¡ª proh¨ªbe nuevas hect¨¢reas de regad¨ªo agr¨ªcola y solo se autorizar¨¢n si hay permuta de concesiones, aunque fuentes del organismo alegan que de facto este veto ya se ha puesto en pr¨¢ctica los ¨²ltimos a?os.
Los regantes culpan al cielo, pero tambi¨¦n al Gobierno por no culminar algunos embalses previstos en la cuenca. ¡°Pedimos reactivar esos embalses pendientes, porque aunque tenemos niveles alt¨ªsimos de eficiencia en el riego, llevamos cinco a?os secos y dependemos mucho de las lluvias¡±, lamenta Pedro Parias, gerente de la asociaci¨®n de comunidades de regantes de Andaluc¨ªa, Feragua.
Mientras, en las zonas de esta regi¨®n cuyas aguas regula la Junta ya est¨¢ declarada la situaci¨®n ¡°de excepcional sequ¨ªa¡± en el Campo de Gibraltar (C¨¢diz) y Cuevas de Almanzora (Almer¨ªa), aunque la poblaci¨®n no sufre de momento restricciones. M¨¢s al norte, la cuenca del Guadiana tambi¨¦n padece una situaci¨®n cr¨ªtica con sus embalses al 28% y 2.719 hect¨®metros, pero de momento esta Confederaci¨®n no ha reclamado al Gobierno el decreto de sequ¨ªa.
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