Las cercetas desaparecen de los humedales y las aves esteparias, de los campos
El nuevo Atlas de las Aves en ?poca de Reproducci¨®n de la asociaci¨®n ornitol¨®gica SEO/BirdLife muestra como la gesti¨®n ¡°antinatural¡± del medio y el cambio clim¨¢tico afecta a las especies
La cerceta pardilla ten¨ªa una presencia masiva en humedales como Do?ana hace apenas 20 a?os. Ahora, ha desaparecido del 40% de su ¨¢rea de distribuci¨®n. En ese mismo periodo, la poblaci¨®n de urogallo se ha reducido un 36% y las aves esteparias (sisones, perdices, codornices¡) caen en picado. Otras especies como el arao com¨²n, la gaviota trid¨¢ctila y el torillo andaluz est¨¢n a un paso de extinguirse. Son algunos de los resultados del III Atlas de las Aves en ?poca de Reproducci¨®n en Espa?a que SEO/BirdLife ha elaborado durante cinco a?os c...
La cerceta pardilla ten¨ªa una presencia masiva en humedales como Do?ana hace apenas 20 a?os. Ahora, ha desaparecido del 40% de su ¨¢rea de distribuci¨®n. En ese mismo periodo, la poblaci¨®n de urogallo se ha reducido un 36% y las aves esteparias (sisones, perdices, codornices¡) caen en picado. Otras especies como el arao com¨²n, la gaviota trid¨¢ctila y el torillo andaluz est¨¢n a un paso de extinguirse. Son algunos de los resultados del III Atlas de las Aves en ?poca de Reproducci¨®n en Espa?a que SEO/BirdLife ha elaborado durante cinco a?os con la ayuda de 3.000 colaboradores y que sustituye al anterior documento de hace dos d¨¦cadas. Han detectado 302 especies que nidifican en Espa?a, adem¨¢s de otras 148 que llegan en primavera. El an¨¢lisis de su evoluci¨®n y tendencias se plasma en 2.182 mapas, 931 gr¨¢ficas y 230 tablas.
No a todas las especies les va mal, su ¨¦xito o fracaso ¡°va muy ligado al h¨¢bitat que ocupan y a la gesti¨®n que hacemos de ¨¦l¡±, resalta Juan Carlos del Moral, coordinador de Ciencia Ciudadana de la asociaci¨®n ornitol¨®gica. ¡°La situaci¨®n de la calandria, alondra, collalba rubia, sis¨®n com¨²n, codorniz y perdiz com¨²n es muy complicada por el abandono del mundo rural tradicional y la intensificaci¨®n de la agricultura con la conversi¨®n de cultivos de secano en regad¨ªo y el uso abusivo de herbicidas y pesticidas que las machaca¡±, explica. Al mismo tiempo, ¡°a otras como la curruca cabecinegra, el pinz¨®n com¨²n, el carbonero com¨²n o la orop¨¦ndola, les va bien, porque ese campo sin actividad est¨¢ recuperando la vegetaci¨®n, se llena de arbustos, y son especies que viven en ese tipo de medio¡±. Pero Del Moral advierte de que esa evoluci¨®n, tanto la positiva como negativa, es ¡°antinatural¡± y aboga por realizar una gesti¨®n ¡°m¨¢s conservadora y sostenible¡±.
El atlas divide el territorio nacional en 5.600 cuadr¨ªculas de 100 kil¨®metros cuadrados y analiza la presencia de aves en cada una de ellas para compararla con el estudio anterior, que cubri¨® el periodo 1998-2002. Aunque no se ha llegado a todos los puntos ¨Dhan quedado 256 cuadr¨ªculas sin datos¨D, los resultados ¡°dan una idea de qu¨¦ est¨¢ pasando con nuestras aves y de la responsabilidad que tenemos para cuidar sus h¨¢bitats¡±, ha indicado Juan Carlos del Moral en la presentaci¨®n del atlas. Los datos recopilados desvelan los impactos que est¨¢n provocando el cambio clim¨¢tico, la agricultura y ganader¨ªa intensiva o el despliegue desordenado de las energ¨ªas renovables con ¡°proyectos planteados en zonas donde sobreviven especies amenazadas, donde nidifican y se alimentan¡±.
Entre las especies que est¨¢n catalogadas en situaci¨®n cr¨ªtica, el alcaud¨®n chico ha desaparecido del 67% de las cuadr¨ªculas que antes ocupaba, y en los ¨²ltimos 20 a?os no ha conseguido ocupar ninguna zona nueva. Desde 2010 todas las parejas han criado en un radio de apenas 10 kil¨®metros.
El avance de las ex¨®ticas invasoras
Las especies ex¨®ticas invasoras tambi¨¦n han crecido en ese periodo. En el ¨²ltimo atlas se han identificado 66, de las que 14 ya est¨¢n establecidas de forma que cr¨ªan y se est¨¢n extendiendo. En el documento anterior, se detectaron 44 de las que solo cuatro se hab¨ªan establecido. Ya hay criando en Espa?a m¨¢s de 20.000 cotorras argentinas, una de las especies ex¨®ticas m¨¢s conocidas, y los r¨ªos est¨¢n llenos de pico de coral, un diminuto p¨¢jaro de origen africano. ¡°Estas poblaciones desplazan y compiten con las especies aut¨®ctonas, pueden transmitir enfermedades e incluso causar p¨¦rdidas econ¨®micas en cultivos, como ocurre con las cotorras¡±, advierte Del Corral.
El desplazamiento de especies a otros lugares debido al aumento de las temperaturas es uno de los primeros y m¨¢s evidentes efectos del cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n hay ganadores y perdedores. Por ejemplo, destaca SEO/BirdLife, la curruca cabecinegra, que se concentraba en la mitad sur y la costa mediterr¨¢nea, ¡°ha ganado nada menos que 400 cuadr¨ªculas en los ¨²ltimos 20 a?os, la mayor¨ªa de ellas en el norte, donde hasta ahora no era habitual por la gran diferencia t¨¦rmica¡±. Se ha extendido especialmente en Galicia y en la franja cant¨¢brica, pero tambi¨¦n en Soria, ?vila, Zamora o al sur del Pirineo. El perdedor aqu¨ª es el gorri¨®n alpino que ha perdido el 29% de su ¨¢rea redistribuci¨®n. Y cada vez hay m¨¢s aves africanas que llegan a Espa?a y Portugal, como el vencejo moro, el vencejo cafre, el bulbul naranjero o el buitre moteado.
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