La protecci¨®n del 30% de los mares de Rep¨²blica Dominicana, el sue?o del ministro asesinado se hace realidad
El dominicano Orlando Jorge Mera muri¨® a balazos antes de poder anunciar esta medida en la Cumbre de los Oc¨¦anos de la ONU, que finalmente se cumple con una nueva reserva marina que llevar¨¢ su nombre
El ¨²ltimo a?o de su vida, Orlando Jorge Mera estuvo obsesionado con sacar adelante un proyecto que jam¨¢s ver¨ªa realizado. El ministro de Medio Ambiente planeaba aumentar en m¨¢s del doble la extensi¨®n de las reservas marinas de Rep¨²blica Dominicana, consciente de que los pa¨ªses caribe?os como el suyo son m¨¢s vulnerables que el resto ante el cambio clim¨¢tico. Su objetivo era hacer el anuncio en la Cumbre de los Oc¨¦anos de la ONU que se celebra estos d¨ªas en Lisboa, pero fue ...
El ¨²ltimo a?o de su vida, Orlando Jorge Mera estuvo obsesionado con sacar adelante un proyecto que jam¨¢s ver¨ªa realizado. El ministro de Medio Ambiente planeaba aumentar en m¨¢s del doble la extensi¨®n de las reservas marinas de Rep¨²blica Dominicana, consciente de que los pa¨ªses caribe?os como el suyo son m¨¢s vulnerables que el resto ante el cambio clim¨¢tico. Su objetivo era hacer el anuncio en la Cumbre de los Oc¨¦anos de la ONU que se celebra estos d¨ªas en Lisboa, pero fue asesinado a balazos en su despacho el 6 de junio antes de poder hacerlo. Para honrar su memoria, Rep¨²blica Dominicana y Colombia han desvelado este martes la creaci¨®n de un ¨¢rea de conservaci¨®n marina binacional que llevar¨¢ su nombre y que cumplir¨¢ con su deseo de proteger el 30% de las aguas dominicanas.
En una entrevista con EL PA?S pocos d¨ªas antes de su muerte, Mera reflexionaba sobre la importancia de avanzar en la conservaci¨®n de los mares de Rep¨²blica Dominicana. ¡°Los pa¨ªses caribe?os no somos de los mayores productores de gases de efecto invernadero, pero s¨ª somos de los que m¨¢s peligro corremos¡±, afirmaba desde Suecia, donde se encontraba para celebrar el 50 aniversario de la Declaraci¨®n de Estocolmo. Con el bullicio de fondo de ese tipo de reuniones, su voz se o¨ªa clara, decidida. ¡°Sufrimos el sargazo, la erosi¨®n de nuestras costas, el deterioro de nuestros corales y somos v¨ªctimas de la pesca ilegal. Todo ello nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos para garantizar que las futuras generaciones de dominicanos puedan disfrutar de un oc¨¦ano con m¨¢s fortaleza y biodiversidad marina¡±.
Aunque ¨¦l ya no podr¨¢ verlo, Rep¨²blica Dominicana est¨¢ desde ahora m¨¢s cerca de conseguirlo gracias al anuncio de protecci¨®n de la cordillera marina de Beata, un ecosistema compartido con Colombia que cuenta con formaciones que superan los 4.000 metros de profundidad. En ¨¦l se encuentran especies ¨²nicas de corales, moluscos y aves migratorias, por lo que es crucial preservarlo, cuenta Milagros De Camps, viceministra de Cooperaci¨®n Internacional. ¡°Estaba emocionad¨ªsimo con este proyecto, le daba seguimiento a diario. Ten¨ªa una relaci¨®n muy cercana con el ministro colombiano [de Medio Ambiente] y le hac¨ªa una ilusi¨®n enorme¡±, dice la funcionaria, a quien todav¨ªa le cuesta hablar de Mera en pasado. ¡°Este anuncio es en honor a su memoria, a su importante legado¡±.
La noticia del asesinato del ministro fue como una bofetada inesperada para De Camps y todos los que le rodeaban. No hab¨ªa recibido amenazas. Nada parec¨ªa anunciar que una calurosa ma?ana de principios de junio un viejo amigo de la infancia le disparar¨ªa a bocajarro en su despacho de Santo Domingo. Miguel Cruz se ensa?aba as¨ª despu¨¦s de haber tenido que paralizar la extracci¨®n de materiales para su cementera por no cumplir con las normas ambientales. El ministro le hab¨ªa aplicado a su amigo la misma ley que a todos los dem¨¢s: en un a?o de gesti¨®n proces¨® m¨¢s de 2.000 sanciones por violaciones medioambientales, muy por encima de las 500 que se hab¨ªan impuesto en los ¨²ltimos 20 a?os. ¡°?l no ten¨ªa miedo. ?l siempre dec¨ªa que con el di¨¢logo todo se resuelve y que ¨¦l actuaba apegado a la ley¡±, afirm¨® entonces la viceministra.
El empe?o de Mera se vio reflejado en las innumerables reuniones y llamadas con el ambientalista chileno Maximiliano Bello, de la organizaci¨®n Mission Blue, con quien estuvo trabajando mano a mano para sacar adelante el anuncio de protecci¨®n. El ministro quer¨ªa que Rep¨²blica Dominicana ¡°se transformase en el gatillador de un movimiento con repercusiones en todos los pa¨ªses del Caribe para crear ¨¢reas marinas que superen el 30% de protecci¨®n¡±, cuenta Bello, ya en Lisboa para participar en la Cumbre, a la que tambi¨¦n estaba planeado que acudiese Mera. El pol¨ªtico buscaba as¨ª seguir la estela de Panam¨¢, que el a?o pasado dio un importante paso en la conservaci¨®n de sus mares al crear una reserva marina en la cordillera de Coiba casi tan grande como toda su superficie terrestre.
Mera estaba convencido de que preservar la biodiversidad marina de Rep¨²blica Dominicana significaba tambi¨¦n asegurar el sustento de sus habitantes. ¡°Hay un turismo que busca conocer nuestros oc¨¦anos, nuestros corales, y tenemos que fortalecer nuestra oferta tur¨ªstica hacia este p¨²blico que cada d¨ªa va en aumento. Y por otro lado tambi¨¦n tenemos que mejorar nuestra capacidad de pesca, para poder mantener la riqueza marina que tenemos y que se pueda vivir del oc¨¦ano¡±, afirmaba. Su trabajo dejaba claro que iba a hacer todo lo posible por alcanzar ese objetivo: adem¨¢s de la reserva de Beata, Mera estuvo dise?ando con el ambientalista chileno la creaci¨®n de otra ¨¢rea de protecci¨®n en el Banco de la Plata, una importante zona para la agregaci¨®n de ballenas jorobadas y cachalotes.
Tras el anuncio en la Cumbre de los Oc¨¦anos, Maximiliano Bello reconoce que el gran reto ahora es lograr que se respeten las nuevas reservas marinas. Y, sin el guardi¨¢n del medio ambiente de Rep¨²blica Dominicana para asegurarse de ello, la tarea ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil.
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