Hacer periodismo bajo dictadura
El periodista Carlos Fernando Chamorro, que no pudo recoger el premio Ortega y Gasset de Periodismo 2021 por la pandemia, comparte el discurso que hubiese dado
La ma?ana del 20 de mayo de 2021, sal¨ª de mi casa a trabajar cuando fui alertado de que la nueva oficina de Confidencial estaba rodeada por patrullas policiales y fuerzas antimotines. Cambi¨¦ la ruta para llegar justo a tiempo a Radio Corporaci¨®n, la principal radioemisora independiente del pa¨ªs, para denunciar el segundo asalto policial contra el medio de comunicaci¨®n que dirijo desde hace m¨¢s de 25 a?os y el secuestro de mi colega Leonel Guti¨¦rrez (que en paz descanse).
El primer asalto contra Confidencial ocurri¨® dos a?os y medio antes, durante la primera escalada represiva contra medios de comunicaci¨®n y organizaciones de la sociedad civil que promueven los derechos democr¨¢ticos en Nicaragua. En la medianoche del 13 de diciembre de 2018, decenas de polic¨ªas irrumpieron con violencia, sin ninguna orden judicial, y requisaron todas las computadoras de la redacci¨®n, los equipos de producci¨®n audiovisual, y bienes personales. Un d¨ªa despu¨¦s, la Polic¨ªa regres¨® a ocupar el edificio de la redacci¨®n de forma permanente, hasta que en febrero de 2021 el Gobierno ejecut¨® un acto ilegal de confiscaci¨®n, e inaugur¨® en el inmueble una cl¨ªnica materna del Ministerio de Salud, en un vano intento por ¡°lavar¡± el crimen contra la libertad de prensa.
En el segundo allanamiento, la Polic¨ªa lleg¨® a capturar a los periodistas ¡°golpistas¡±, que es como el r¨¦gimen autoritario califica a los ciudadanos que reclaman democracia, justicia, y elecciones libres, despu¨¦s del estallido social de protesta nacional en abril de 2018. El presidente Daniel Ortega y su esposa la vicepresidenta Rosario Murillo respondieron con una represi¨®n brutal, ejecutada por polic¨ªas y paramilitares, que dej¨® 355 muertos, miles de heridos, centenares de presos pol¨ªticos y m¨¢s de cien mil exiliados. Sin embargo, en la narrativa oficial el reclamo de elecciones libres equivale a una tentativa de ¡°golpe de Estado¡±, que el r¨¦gimen totalitario invoca para justificar la criminalizaci¨®n de la democracia y los derechos constitucionales.
Resistir, tambi¨¦n es hacer periodismo de calidad, a pesar de la polarizaci¨®n pol¨ªtica
En septiembre de ese mismo a?o, con los cr¨ªmenes de la represi¨®n estatal a¨²n en la impunidad, Ortega impuso un estado policial que conculc¨® por las v¨ªas de hecho las libertades de reuni¨®n y movilizaci¨®n, prensa y expresi¨®n y, finalmente, anul¨® las elecciones del 7 de noviembre de 2021, al encarcelar a los siete precandidatos presidenciales de la oposici¨®n, para proclamar su reelecci¨®n sin competencia pol¨ªtica.
Hacer periodismo bajo una dictadura, es un acto de resistencia para seguir contando la verdad. Nuestra redacci¨®n ha sido confiscada dos veces y por segunda vez estoy reporteando desde el exilio en Costa Rica para evitar ser silenciado con una infame orden de captura, pero nunca han podido confiscar el periodismo.
Nuestros programas de televisi¨®n est¨¢n censurados en la televisi¨®n abierta y el sistema de cable, pero continuamos llegando a una audiencia creciente a trav¨¦s de YouTube y Facebook. Internet y las redes sociales representan un veh¨ªculo extraordinario para vencer la censura, pero la resistencia de la prensa descansa en la determinaci¨®n de los reporteros de no transigir en nuestro compromiso por investigar la verdad.
Resistir, tambi¨¦n es hacer periodismo de calidad, a pesar de la polarizaci¨®n pol¨ªtica. De ello depende, en ¨²ltima instancia, la credibilidad de la prensa independiente ante nuestras audiencias, y su eficacia frente a la maquinaria de desinformaci¨®n y propaganda de los cinco canales de televisi¨®n, decenas de radioemisoras, y portales de internet, que maneja la familia gobernante como negocios privados a costa del Estado.
Cuando el diario EL PA?S me otorg¨® el premio Ortega y Gassett en mayo del a?o pasado, lo agradec¨ª muy honrado, como portavoz de un mensaje de aliento para el periodismo independiente de Nicaragua, que est¨¢ defendiendo la libertad en estos momentos de persecuci¨®n, ante la peor dictadura de nuestra historia.
Diez meses despu¨¦s, la situaci¨®n es a¨²n peor: la cancelaci¨®n de libertades p¨²blicas es total, mientras que el acoso contra los periodistas ahora se extiende hacia los ciudadanos y la libertad de expresi¨®n. Tres medios de comunicaci¨®n: Confidencial, 100% Noticias, y La Prensa, est¨¢n ilegalmente ocupados por la Polic¨ªa, y m¨¢s de 100 periodistas se han visto obligados a salir al exilio, para reinventar los medios de comunicaci¨®n, pero muchos m¨¢s contin¨²an reporteando en sigilo desde Nicaragua. Ellos son los ojos y o¨ªdos de la prensa en el exilio.
Al informar hoy sin someternos a la censura y la autocensura, estamos sembrando las semillas de la verdad
La criminalizaci¨®n de la libertad de prensa tambi¨¦n tiene en jaque el derecho a la libertad de opini¨®n: seis universidades privadas han sido confiscadas y 114 organizaciones no gubernamentales fueron despojadas de su personer¨ªa jur¨ªdica. En un pa¨ªs donde todos los ciudadanos son rehenes de la dictadura, ya no existen fuentes independientes que puedan ser citadas por la prensa -m¨¦dicos, abogados, economistas, analistas pol¨ªticos, empresarios, sacerdotes, ciudadanos comunes- todos temen la represalia oficial y solicitan que sus identidades sean protegidas para poder informar u opinar.
En los juicios que se llevan a cabo en las c¨¢rceles del Chipote, sin respetar el debido proceso, m¨¢s de 30 presos pol¨ªticos entre ellos los precandidatos presidenciales, ya han sido condenados a penas de ocho hasta trece a?os de c¨¢rcel, por los presuntos delitos de ¡°conspiraci¨®n¡± contra la soberan¨ªa nacional, y propagaci¨®n de ¡°noticias falsas¡±, para provocar la desestabilizaci¨®n del pa¨ªs. En estas simulaciones de juicios, los testigos son los mismos polic¨ªas que espiaron y secuestraron a los acusados, y la ¡°prueba del delito¡±, son las las entrevistas que brindaron a medios de comunicaci¨®n como EL PA?S y Confidencial, o las opiniones que postearon en las redes sociales.
Las v¨ªctimas de esta cacer¨ªa indiscriminada no solamente son los l¨ªderes pol¨ªticos y c¨ªvicos opositores. El campesino Santos Bellor¨ªn, fue condenado a 11 a?os de c¨¢rcel por el ¡°ciberdelito¡± de provocar ¡°alarma, temor, y zozobra¡± en el municipio de Pueblo Nuevo, pero no tiene un tel¨¦fono inteligente o una cuenta de Twitter o Facebook; mientras que el contador p¨²blico Alexis Peralta, del municipio de Condega, fue condenado a 11 a?os de c¨¢rcel por el delito de ¡°conspiraci¨®n¡±, porque un testigo fantasma denunci¨® ante la Polic¨ªa que supuestamente ¡°estaba llamando a desconocer¡± las pasadas elecciones.
Esas son las historias que seguimos contando en Confidencial, junto a las investigaciones sobre la tortura contra los presos pol¨ªticos, la corrupci¨®n p¨²blica en la c¨²pula del r¨¦gimen, el terrorismo fiscal contra los empresarios, y el crecimiento exponencial de la migraci¨®n en un pa¨ªs sin futuro.
La resistencia de la prensa no es suficiente para despejar el camino hacia un cambio democr¨¢tico bajo una dictadura, pero mientras persista mantendr¨¢ encendida la llama de la libertad. Al informar hoy sin someternos a la censura y la autocensura, estamos sembrando las semillas de la verdad, sobre las que ma?ana se impartir¨¢ la justicia.