La Alhambra se queda fuera de la lista de las siete nuevas maravillas del mundo
La Gran Muralla China, la ciudad de Petra, el Cristo Redentor de R¨ªo de Janeiro, Machu Picchu, Chich¨¦n Itz¨¢, el Coliseo romano y el Taj Mahal, son las elegidas
No ha podido ser. La Alhambra de Granada se ha quedado fuera de la lista de las siete nuevas maravillas que esta noche se ha dado a conocer en Lisboa. Por el contrario, s¨ª han resultado elegidas la Gran Muralla China, la ciudad de Petra, el Cristo Redentor de R¨ªo de Janeiro, Machu Picchu, las pir¨¢mides de Chich¨¦n Itz¨¢, el Coliseo romano, y el Taj Mahal. Estos siete monumentos m¨¢s votados se sumar¨¢n ahora al ¨²nico que a¨²n sigue en pie de las Siete Maravillas del mundo antiguo, las pir¨¢mides de Guiza (Egipto).
En un espect¨¢culo de luz, m¨²sica y famosos celebrado en un estadio de la capital portuguesa, la Fundaci¨®n creada por el aventurero suizo Bernard Weber anunci¨® el resultado de un concurso por Internet y mensajes de texto telef¨®nico en el que se recibieron m¨¢s de cien millones de votos.
Varios monumentos de los 21 preseleccionados para obtener el t¨ªtulo que estaban semanas antes entre los favoritos no llegaron a los primeros lugares, como las estatuas de la isla de Pascua, en Chile, la Acr¨®polis de Atenas o la Alhambra de Granada (Espa?a).
La Gran Muralla china fue proclamada la primera de las nuevas siete maravillas del mundo en una ceremonia presentada por el actor brit¨¢nico Ben Kingsley y la actriz india Aishwarya Rai, Miss Mundo 1994, a los que al final se sum¨® la estadounidense Hillary Swank. Una galer¨ªa de famosos, integrada por el astronauta Neil Armstrong, el futbolista portugu¨¦s Cristiano Ronaldo y el ex director espa?ol de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza, se turn¨® en la tarea de anunciar los nombres de los monumentos ganadores.
Tres monumentos latinoamericanos
Todos los monumentos elegidos estaban en la lista de los m¨¢s votados difundida por los organizadores hace un mes salvo el Corcovado de R¨ªo de Janeiro, que experiment¨® un aluvi¨®n de votos en las ¨²ltimas semanas. Latinom¨¦rica, donde el concurso hab¨ªa despertado una gran expectaci¨®n, logr¨® que tres de sus monumentos m¨¢s emblem¨¢ticos pasen a la lista del patrimonio m¨¢s valorado por la humanidad.
Los 21 pa¨ªses que aspiraban a que sus momentos engrosaran la lista de maravillas enviaron al Estadio de la Luz de Lisboa delegaciones oficiales, muchas integradas por miembros del gobierno y alcaldes, que en el caso de los siete seleccionados fueron las encargadas de subir al escenario a testimoniar la elecci¨®n.
El aventurero, aviador y productor de documentales que lanz¨® la idea de las nuevas siete maravillas en 1999, quer¨ªa reemplazar la lista que dieron a conocer los historiadores y poetas griegos unos 200 a?os antes de Cristo, cuyos monumentos, a excepci¨®n de las pir¨¢mides de Giza fueron destruidos en su mayor¨ªa por cataclismos. Eran el faro de Alejandr¨ªa, el templo de Artemisa, la estatua de Zeus, el Coloso de Rodas, los jardines colgantes de Babilonia y el Mausoleo de Halicarnaso.
Espect¨¢culo de luz y color
En el espect¨¢culo organizado para revelar los resultados de la votaci¨®n se proyectaron v¨ªdeos de las maravillas antiguas y modernas en pantallas gigantes rodeadas de haces de l¨¢ser y efectos hologr¨¢ficos que presenciaron cerca de 40.000 espectadores. Cientos de bailarines, acr¨®batas y patinadores realizaron una multicolor presentaci¨®n en la que se utilizaron escenarios m¨®viles, una esfera gigante del globo terr¨¢queo y dos enormes s¨ªmbolos de la historia de las maravillas, uno el manuscrito del mundo antiguo y otro el computador port¨¢til de la actualidad.
El tenor espa?ol Jos¨¦ Carreras abri¨® las actuaciones musicales, a d¨²o con la fadista portuguesa Dulce Pontes, que incluyeron tambi¨¦n al espa?ol Joaqu¨ªn Cort¨¦s, el italiano Alessandro Safina y la norteamericana Jennifer L¨®pez, la m¨¢s celebrada de la noche con su repertorio de bailes y temas pegadizos.
En las gradas del estadio el p¨²blico jaleaba y aplaud¨ªa las candidaturas a medida que sus im¨¢genes se presentaban en las pantallas de proyecci¨®n, aunque en el caso de la Estatua de la Libertad de Nueva York se escucharon abucheos.
Babelia
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