Nacha Pop: La familia bien, gracias

Veinti¨²n a?os despu¨¦s, con la erosi¨®n de la vida perra acentuada hasta el estern¨®n, Antonio Vega dio el do de pecho este viernes en Madrid para sacar adelante con dignidad un sentido regreso al pasado. Nacha Pop, el grupo de la movida, llen¨® de esa mezcla agridulce de alegr¨ªa y melancol¨ªa el escenario del mismo palacio que comparti¨® entonces (s¨ª, en el 86) con Los Nikis.
Si un incendio arras¨® aqu¨¦l pabell¨®n/vel¨®dromo, otro iba consumiendo la llama est¨¦tica del l¨ªder de algo m¨¢s que una banda. Antonio, y su primo Nacho (Lucha de gigantes), m¨¢s un profesional equipo de m¨²sicos (esa camiseta de los Who del baterista), defendieron con compostura el cancionero con el que se han ganado un lugar en el pante¨®n de creatividad que represent¨® la d¨¦cada de los 80 en la escena patria.
Chica de ayer (s¨ª, sin el art¨ªculo femenino), The girl from yesterday seg¨²n la versi¨®n de Gigolo Aunts, sigue siendo como la bandera de Iwo Jima: un s¨ªmbolo, aunque cayera en los bises. Pero no de sometimiento por la fuerza y a costa de sangre. Una paloma de la paz de acordes tranquilos, perfectos, silbables, felices, enamoradizos.
El fracaso personal de Antonio, al ser voluntario, merece todos los respetos, aunque did¨¢cticamente sea reprobable. Pero la belleza interior, quiz¨¢s s¨®lo por Una d¨¦cima de segundo, fue tan grandiosa que Nacha Pop sigui¨® emocionando, toqueteando lo sentido como Goethe y su joven Werther. Y lo hicieron en defensa de algo tan leg¨ªtimo como un hueco bien grande en ese recoveco encontrado por la ciencia: el optimismo. Larga vida, pues, al rey y que se mueran los feos? de esp¨ªritu. Grit¨¦ una noche podr¨¢n recordar los 8.000 asistentes. Los repes del 86 y los nuevos de 2007, mancomunados por algo tan sugestivo como el sitio de mi recreo mientras nadie miraba sus relojes en la oscuridad.
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