La pesadilla del r¨¦gimen de Papa Doc
En tres novelas, Marie Vieux-Chauvet describi¨® la geograf¨ªa haitiana de la dictadura de Duvalier
Amor, ira y locura
Marie Vieux-Chauvet
Traducci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n Monreal
Acantilado. Barcelona, 2012
464 p¨¢ginas. 26 euros
Entre los libros que Enrique Vila-Matas a¨²n no ha escrito est¨¢ la historia de los autores n¨¢ufragos. Podr¨ªa llamarse Crusoe y Compa?¨ªa, y tratar¨ªa de obras rescatadas de un olvido anunciado para convertirse luego en los cl¨¢sicos de generaciones futuras. Entre las primeras estar¨ªan las de Lucrecio y Catulo; entre las ¨²ltimas, las de Nina Berberova, Ir¨¨ne N¨¦mirovsky y S¨¢ndor M¨¢rai. Un cap¨ªtulo notable estar¨ªa dedicado a la extraordinaria escritora haitiana Marie Vieux-Chauvet.
La principal obra de Vieux-Chauvet, Amor, ira y locura, fue publicada en Francia por Gallimard en 1968. Poco despu¨¦s, por miedo a las represalias del sangriento dictador de Hait¨ª Papa Doc Duvalier, Vieux-Chauvet pidi¨® a la editorial que retirase el libro de las ventas, mientras se exiliaba en Nueva York, donde muri¨® en 1973. Siempre con el mismo temor, su marido recuper¨® tantos ejemplares como pudo de los pocos distribuidos y los destruy¨®. Una edici¨®n pirata apareci¨® en 2003, pero el libro solo tuvo una existencia de fantasma hasta que, en 2005, otra editorial francesa volvi¨® a publicarlo. Esta vez Amor, ira y locura fue un ¨¦xito internacional imparable. Tal vez Vila-Matas robe el ep¨ªgrafe de su futuro libro a Manuel Rivas: Los libros arden mal.
Amor, ira y locura, muy diestramente traducida del franc¨¦s por Jos¨¦ Ram¨®n Monreal, consiste en tres novelas cortas que, sin embargo, no pretenden ser eslabones de una misma cadena narrativa: personajes distintos viven tragedias distintas en cada una de las tres partes, pero el tono l¨ªrico de cr¨®nica prodigiosa y la atm¨®sfera de implacable pesadilla desborda de una en otra y confiere al conjunto una poderosa unidad espiritual.
El primer relato, y tambi¨¦n el m¨¢s largo, es Amor, una versi¨®n haitiana del Tres hermanas de Ch¨¦jov, en un ambiente de arist¨®cratas mulatos, herederos de la revoluci¨®n libertadora de Toussaint Louverture y de su ej¨¦rcito napole¨®nico, en la cual el sexo, m¨¢s que las armas o el dinero, es la fuerza que a todos consume. Claire, la hermana mayor, asume su condici¨®n de solterona atesorando tarjetas pornogr¨¢ficas en su habitaci¨®n y consciente de ¡°una vitalidad inquietante¡±, tanto m¨¢s peligrosa cuanto m¨¢s la reprime. ¡°Soy como la chinche solapada¡±, confiesa, ¡°que se esconde en los intersticios de los muebles. Al igual que ella, aguardo a mi presa, pacientemente, para chuparle la sangre¡±. Su presa es el franc¨¦s Jean Luze, que nunca ser¨¢ suyo: son sus hermanas, Felicia y Annette, quienes lo seducen, la primera para tener su hijo, la segunda para obtener su amor. Como fondo de este drama est¨¢ el sangriento clima pol¨ªtico de Duvalier (disimulado bajo el nombre de Caled¨² y ambientado a fines de los a?os treinta). Caled¨² es un asesino, un torturador, un violador, un personaje monstruoso, oper¨¢tico, obscenamente apasionado. ¡°?Qu¨¦ es posible sin pasi¨®n?¡±, pregunta Claire en los p¨¢rrafos finales, antes de pasar a la acci¨®n. ¡°Los tibios son como reptiles: reptan o se arrastran a cuatro patas. No los envidio¡±. Y concluye: ¡°?Soy yo o lo que veo de m¨ª?¡±. La verdad de la ficci¨®n opone la identidad profunda de los personajes a las mentiras visibles del poder. Como la Olga de Ch¨¦jov, Claire opone su vida a la injusticia del mundo.
Ira aborda otro tema chejoviano, la propiedad injustamente enajenada. Una familia de haitianos es despojada de su plantaci¨®n de orqu¨ªdeas y de la tumba de sus ancestros, y con ella, de su identidad social, tan penosamente adquirida. Los miembros son todos personajes malheridos: el abuelo orgulloso, el padre ineficaz, la madre alcoh¨®lica, una hija frustrada, un hijo in¨²til, otro tullido. Incapaces de acci¨®n, solo los alimenta una suerte de ¡°ira santa¡± como aquella que defend¨ªan los te¨®logos de la venganza divina en esta tierra brutal donde toda bondad ha sido eliminada. Cuando el abuelo pregunta a su nieto si alguna vez ha visto un cordero, el ni?o dice que no. ¡°Su raza ha desaparecido al mismo tiempo que la abundancia¡±, le explica el anciano. ¡°A¨²n se cuenta en las monta?as que los rabihorcados, esas aves rapaces que adoran su carne, los devoran al nacer. M¨ªralos planear sobre nuestras tierras¡±. En el Hait¨ª de Duvalier, ni siquiera los fantasmas del vud¨² pueden salvar a sus reto?os.
El tercer relato, Locura, es una historia m¨¢gica en la que los hombres se convierten en demonios. Quien observa la atroz metamorfosis es Ren¨¦, el hijo de una pobre mujer negra cuyos sacrificios le han permitido a ¨¦l estudiar y hacerse poeta, pero en secreto, como esos escritores que, durante la dictadura de Duvalier, se reun¨ªan clandestinamente bajo el nombre de ¡°Las ara?as del crep¨²sculo¡± y de los cuales Vieux-Chauvet formaba parte. Armado de su poes¨ªa, Ren¨¦ decide enfrentarse al ej¨¦rcito diab¨®lico y salvar la vida de su Dulcinea, valiente empresa por supuesto destinada al fracaso. Cualquiera que haya vivido bajo una dictadura reconocer¨¢ la precisi¨®n con la que Vieux-Chauvet ha logrado captar la irreal atm¨®sfera de opresi¨®n y miedo que siente el poeta amenazado.
Amor, ira y locura describe un lugar y un momento, enracimado en la pesadilla del r¨¦gimen de Papa Doc y en la cruel geograf¨ªa haitiana, pero para el lector de otras latitudes es una historia universal, l¨ªrica, sabia, apasionada, avasalladora. Debemos agradecer a la editorial Acantilado que nos haya permitido conocer esta importante, ahora imprescindible, obra maestra.
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