Mu?oz Molina: ¡°Nuestra educaci¨®n es desastrosa¡±
El premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras reivindica en Oviedo la cultura como motor contra la crisis
Puso expresi¨®n so?adora en su semblante serio de profesor y esboz¨® una sonrisa. Ante ¨¦l, deslumbrado a¨²n por los flashes de los fot¨®grafos y los fastos y protocolos miles que enmarcan esta semana las jornadas de los galardonados con los premios Pr¨ªncipe de Asturias no se levantaba un muro de corbatas y celebraciones, sidra y gaitas, sino una mujer anhelante en una ciudad adusta (y Vetusta) y un largo r¨ªo que serpenteaba peligrosamente hacia los l¨ªmites de la cordura en el Congo. Le acababan de preguntar a Antonio Mu?oz Molina, flamante premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, qu¨¦ libros le hubiera gustado escribir. ¡°Much¨ªsimos¡±, suspir¨®. ¡°Una novela sobre una ciudad como La Regenta, y no lo digo porque estemos aqu¨ª. O El coraz¨®n de las tinieblas. No hubiera tenido ning¨²n problema en escribirlos, si hubiera podido¡±.
En su primer acto hace unas pocas horas en el extenso programa de los premios, que incluye desde proyecciones de cine a demostraciones de perros gu¨ªa de la ONCE, pasando por clases magistrales de golf y charlas sobre el bos¨®n de Higgs ¨C?con ingesta de cerveza incluida! (eso no hay que perd¨¦rselo)-, Mu?oz Molina ha hablado de lo divino (la literatura) y lo humano (la crisis). A la pregunta de si estamos en la senda de la regeneraci¨®n de los valores, ha contestado: ¡°Hay mucha gente que ha mantenido esos valores todo este tiempo, los de la legalidad, el trabajo y las responsabilidad democr¨¢tica. Ahora hay gente que es m¨¢s consciente de la importancia de esos valores, pero no hay que olvidar a esos muchos que no los han perdido nunca, que se han dedicado siempre a ense?ar, a cuidar a otros, a investigar¡±. Ha dicho el novelista que tiene la esperanza de que nuestra sociedad corrija sus ¡°viejos vicios¡±.
Se ayuda la industria del autom¨®vil pero no a la del libro
Ha deplorado el premiado la situaci¨®n del espa?ol, convertido casi ¡°en una variante del ingl¨¦s¡± por mor de la ¡°cat¨¢strofe del doblaje¡±. Y ha reflexionado que las letras sufren con la situaci¨®n actual a causa de ¡°la suma de varios infortunios: la crisis econ¨®mica general, el muy complicado tr¨¢nsito del mundo anal¨®gico al digital, la pirater¨ªa, y el desinter¨¦s de los poderes p¨²blicos, que en lugar de apoyar se dedican a socavar la cultura con todo su empe?o¡±. Mu?oz Molina ha considerado que el problema no es solo en Espa?a sino en todo el mundo hisp¨¢nico y ha puesto a Francia como ejemplo de manera de cuidar la cultura, no por razones altruistas sino por el beneficio para el pa¨ªs. ¡°En Espa?a, con un modelo econ¨®mico fracasado que es el de la especulaci¨®n inmobiliaria, la cultura ofrece un sector competitivo pero los poderes p¨²blicos se niegan a verlo con extraordinaria obcecaci¨®n. Se ayuda la industria del autom¨®vil pero no a la del libro¡±.
El escritor ha se?alado los 1.200.000 puestos de trabajo que ha creado la cultura en Francia, y los 8.500.000 en toda la UE, y ha recordado ¡°el impacto econ¨®mico del Museo del Prado, la catedral de Oviedo o el que podr¨ªa tener un cine fuerte y pr¨®spero¡±. Del inveterado d¨¦ficit lector de los espa?oles ha subrayado que una buena educaci¨®n literaria no tiene que ver solo con la literatura. ¡°La literatura es uno de tantos modos del ser humano de explicar el mundo¡±, ha dicho, y ha apuntado que hace falta a la vez una buena educaci¨®n cient¨ªfica, est¨¦tica y c¨ªvica. Para el novelista, ¡°de acuerdo con cualquier criterio que usemos, nuestra educaci¨®n es desastrosa¡± y ¡°no podemos tener un modelo productivo distinto si no tenemos un modelo educativo s¨®lido¡±. Ha criticado los planes para resolver eso como ¡°una comedia vista una y otra vez¡± y cuyo primer acto es la publicaci¨®n de datos malos, el segundo el rasgarse las vestiduras, el tercero las preguntas a los pol¨ªticos y no a los profesores que sufren las consecuencias de todo. ¡°A continuaci¨®n, los pol¨ªticos de izquierda culpan al franquismo, y los de derechas a los socialistas. Y seguidamente se hace una ley atolondrada que durar¨¢ muy poco¡±. La soluci¨®n ha dicho, ¡°es preguntar a los que est¨¢n en la obra, a los docentes, y fijarse en los pa¨ªses en los que la educaci¨®n funciona mejor; ser pragm¨¢ticos y dejarse de ideolog¨ªas¡±.
La cultura ofrece un sector competitivo pero los poderes p¨²blicos se niegan a verlo con extraordinaria obcecaci¨®n
Mu?oz Molina se ha visto en un brete al preguntarle una periodista sobre la concentraci¨®n de protesta prevista a las puertas del teatro Campoamor en la ceremonia de entrega de los premios el viernes y su opini¨®n sobre los patronos financieros de los galardones. El novelista ha dicho que necesitaba m¨¢s informaci¨®n antes de contestar a una cuesti¨®n ¡°muy delicada¡±.
Mucho m¨¢s c¨®modo ha estado al responder preguntas sobre el futuro de la novela, a las que, ha bromeado, ¡°puedo pasar contestando toda la vida¡±. Para ¨¦l, la novela ¡°es un g¨¦nero completamente mestizo y mezclado, empez¨® siendo aquello que no eran los otros, ni ¨¦pica, ni poes¨ªa, ni teatro. Baroja la describi¨® como un saco en el que cabe todo. Creo que seguir¨¢ cambiando. De vez en cuando se nos da un pron¨®stico de gravedad variable de la novela, incluso se dice que ya est¨¢ muerta. Pero la gente sigue escribiendo y leyendo novelas. Cuando el Nouveau Roman dictaminaba que la novela ya hab¨ªa acabado, los escritores latinoamericanos, que no se hab¨ªan enterado escrib¨ªan novelas prodigiosas¡±.
?Y ad¨®nde va la novela?, se le ha preguntado. ¡°Yo no s¨¦ ni ad¨®nde va la m¨ªa¡±, ha dicho antes de lanzarse a un hermoso y entregado elogio del g¨¦nero, un g¨¦nero ¡°generoso, que lo abarca todo y acaba significando el impulso humano de dar cuenta del mundo real de manera maravillosamente impura¡±. Ha pronosticado que nos esperan grandes sorpresas en la novela y que, como ha sucedido tantas veces, novelas consideradas en su momento menores pasar¨¢n a ser vistas como mayores¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.