Manguel sigue la estela de Borges en la Biblioteca Nacional de Argentina
El escritor es nombrado director del centro, cargo que ejerci¨® su maestro, el autor de ¡®El Aleph¡¯

Una de las personas que m¨¢s sabe de la historia del libro y de la lectura ha tardado 64 a?os en ver realizado el sue?o que no sab¨ªa que ten¨ªa: dirigir la Biblioteca Nacional de la Rep¨²blica Argentina, una de las m¨¢s importantes y m¨ªticas de Latinoam¨¦rica. ?l es Alberto Manguel. Ser¨¢ el responsable de impulsar hacia el futuro esa biblioteca de 205 a?os bajo una pirotecnia de desaf¨ªos:
- Convivencia de lo anal¨®gico y lo digital: ¡°Ning¨²n progreso puede hacerse por exclusi¨®n¡±.
- Acceso de todo el mundo: ¡°La biblioteca digital es importante para un pa¨ªs tan grande como Argentina donde no todos pueden acercarse al libro f¨ªsico¡±.
- Mejorar la comprensi¨®n de lectura: ¡°Uno de los problemas de los bibliotecarios es que los nuevos lectores no saben leer competentemente. Por eso hay que insistir en un fomento de la lectura m¨¢s personal y responsable¡±.
- Nuevas formas de lenguaje: ¡°Quiero incorporar, por ejemplo, el c¨®mic. No quiero descartar ninguna forma de leer un texto, una narrativa¡±.
- Red en espa?ol: ¡°Fortalecer y crear lazos entre la Biblioteca Nacional de Argentina y otras de Am¨¦rica Latina y Espa?a para intercambiar experiencias¡±.
Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) es la persona que mejor conoce la geograf¨ªa del mundo libresco y es el gu¨ªa ideal por los lugares imaginarios creados por el ser humano a trav¨¦s de las palabras.
¡°El Don Juan de la Lectura¡± lo llam¨® George Steiner. No en vano, uno de sus primeros recuerdos es de cuando ten¨ªa unos tres a?os: encima de su cuna ve¨ªa una repisa con cuentos que su nana le le¨ªa. Fue su primera biblioteca cuando viv¨ªa en Tel Aviv; luego se la pusieron a ras de suelo y ¨¦l la organizaba a su manera. De vuelta a Buenos Aires, en su adolescencia, cre¨® su propia biblioteca con sus libros y con los que cog¨ªa de las estanter¨ªas de su padre. Por donde iba en el mundo las bibliotecas crec¨ªan a su alrededor. La pen¨²ltima fue en Francia donde lleg¨® a tener 30.000 vol¨²menes. Todos suyos. Una vida. Su Ed¨¦n. Ahora dirigir¨¢ un para¨ªso de un pa¨ªs entero que alberga m¨¢s de tres millones de obras.
¡°Tengo mucho miedo¡±, reconoce por tel¨¦fono, desde Nueva York, este gran lector, escritor, traductor y promotor del placer de la lectura. Admite que es un reto el cargo. Luego dice que lo primero que har¨¢ "ser¨¢ estudiar la situaci¨®n de la BNA, lo que han hecho los ¨²ltimos predecesores, y, a partir de ah¨ª, abrir un di¨¢logo de colaboraci¨®n con quienes trabajan en la Biblioteca".
Manguel lleva unos pocos meses en Nueva York, procedente de Francia, con lo cual hasta junio o julio de 2016 no podr¨¢ asumir enteramente el cargo. Los compromisos adquiridos en Estados Unidos lo impiden. Mientras, avanzar¨¢ en ese di¨¢logo. "Y, en seis meses, mi vida se convertir¨¢ en una vida doble, entre Argentina y Estados Unidos".
La Biblioteca de Argentina siempre ha acompa?ado al autor de obras como Una historia de la lectura, Gu¨ªa de lugares imaginarios, Noticias del extranjero o la reciente Una historia natural de la curiosidad (Alianza). La BNA entr¨® en la vida de Manguel cuando ¨¦l ten¨ªa 15 a?os, en 1963, asociada un nombre esencial: Jorge Luis Borges.
Por aquellos a?os Manguel trabajaba en Buenos Aires en una librer¨ªa despu¨¦s de la escuela. All¨ª conoci¨® a varios escritores argentinos, entre ellos a Borges que era el director de la BNA. Un d¨ªa el autor de La biblioteca de Babel y El Aleph lo invit¨® a ir a su sitio de trabajo. As¨ª pis¨®,, por primera vez, el joven Manguel esa gran biblioteca creada en 1810, en la calle M¨¦xico. Subi¨® las escaleras, cruz¨® pasillos y lleg¨® hasta donde estaba el director. Alrededor de una mesa, y junto a otros estudiantes como ¨¦l, empezaron a hablar de libros, de literatura. Las visitas y charlas siguieron. Y un d¨ªa, Manguel se vio ley¨¦ndole a Jorge Luis Borges un libro, y otro, y luego otro.
Borges asumi¨® la direcci¨®n con 57 a?os, de 1955 a 1973. Manguel llega con 67. Borges promovi¨® el cambio de sede ante el crecimiento de la biblioteca, que finalmente se inaugur¨® en 1992. Manguel llegar¨¢ a ese espacio promovido por su admirado maestro y amigo.
Los desaf¨ªos
¡°Siempre me han interesado las bibliotecas¡±, cuenta el director. ¡°Tienen la posibilidad de recorrerlas infinitamente y de hallar cosas impensables¡±. Pero no hay para¨ªso sin trampas. ¡°Lo que detesto son los asuntos burocr¨¢ticos y pol¨ªticos¡±, admite Manguel, y a?ade: ¡°Es como cuando tienes una idea para un libro, antes de escribirlo es perfecto en tu cabeza y a medida que lo haces aparecen obst¨¢culos y luego no termina siendo tan maravilloso como cre¨ªas¡±.
Una de las preocupaciones de Manguel es la falta de comprensi¨®n lectora: ¡°Quiero dar prioridad a eso. Ojal¨¢ pueda colaborar con el Ministerio de Educaci¨®n en esto¡±. Esto se debe en parte, agrega, a que una de las desventajas de la tecnolog¨ªa es la lectura no concentrada. Por ejemplo, un joven crea un texto con fragmentos de aqu¨ª y de all¨¢ sin profundizar en ellos, lo cual genera una falta de conocimiento en lo creado. Hay que insistir en una lectura m¨¢s personal y responsable. Ense?ar a leer de manera que el lector pueda apropiarse del texto¡±.
Para Manguel asegura ¡°la biblioteca es el s¨ªmbolo fundamental de una sociedad letrada. No se puede entender el conjunto de una sociedad sin lo que ella ha puesto por escrito en una instituci¨®n fundamental¡±.
Una parte del duelo anal¨®gico y digital lo lleva a asegurar que ¡°la cuesti¨®n es que con la tecnolog¨ªa electr¨®nica, que es empujada con tanta fuerza por una voluntad comercial, quieren hacernos creer que es la ¨²nica v¨¢lida y no es as¨ª. Tenemos que compartir las estanter¨ªas¡±.
La biblioteca ideal, que vislumbr¨® Manguel, sin saberlo, hace 64 a?os en su cuna, ¡°organiza sin etiquetar¡±. Y tambi¨¦n, dice:
¡°Cada libro en la biblioteca ideal hace eco en otro¡±.
¡°La biblioteca ideal es la biblioteca recordada¡±.
¡°La biblioteca ideal desbarata la maldici¨®n de Babel¡±.
¡°El arquitecto de la biblioteca ideal es, antes y m¨¢s que nada, un lector ideal¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.