Un tranv¨ªa llamado maltrato
Se estrena en Barcelona una versi¨®n actual de la obra de Tennessee Williams en la que no se contemporiza con la violencia machista de Stanley Kowalski
Lo menos que se puede decir de Stanley Kowalski, un tipo que a la mitad de Un tranv¨ªa llamado deseo le suelta un guantazo a su esposa embarazada (por no mencionar que luego viola a su cu?ada) es que es un maltratador. El problema es que lo encarn¨® soberanamente ¡ªprimero en el teatro y sobre todo luego en el cine, en la pel¨ªcula de 1951 dirigida por Elia Kazan¡ª Marlon Brando, y ?caray! eso da glamour. C¨®mo olvidarlo, a Brando, con la camiseta desgarrada, cubierto de sudor y gritando doliente (y ardiente) en la sofocante noche de Nueva Orleans: "??Hey Stellaaaa!!".
El director y popular actor televisivo Oriol Tarras¨®n (Barcelona, 1969) estren¨® anoche en la Sala Muntaner de Barcelona con su compa?¨ªa Les Antonietes un montaje en catal¨¢n de la obra de Tennessee Williams que pretende darle al personaje de Kowalski la dimensi¨®n real que tiene en la pieza. Eso la hace, dice Tarras¨®n, "m¨¢s vigente".
Sostiene el director que la legendaria actuaci¨®n de Brando, todo y su majestuosidad actoral, en realidad ha desvirtuado el papel de Kowalski, haci¨¦ndolo mejor de lo que es y rob¨¢ndole de paso protagonismo al personaje de Blanche DuBois. "La pel¨ªcula encumbraba a Brando y, en virtud de su gran actuaci¨®n, hac¨ªa muy atractivo para el p¨²blico a un personaje que en realidad no lo deber¨ªa ser", recalca el director, que afirma categ¨®ricamente: " Kowalski es un maltratador, y un tipo chungo". Y contin¨²a: "A menudo la tremenda fascinaci¨®n que transmite Brando, que encarn¨® el papel en estado de gracia, nos impide verlo como es. Nosotros hemos tratado de reequilibrar la obra dando el peso y la centralidad que tienen a los dem¨¢s personajes principales, empezando por Blanche". Ciertamente, hay que ver c¨®mo chupaba Brando escena abriendo una botella de cerveza o demostrando c¨®mo (no) se recoge la mesa.
En la puesta en escena de Tarras¨®n, a Stanley Kowalski lo interpreta Jorge Albuerne, que es un artista de circo en su primer papel actoral. El director destaca la estupenda forma f¨ªsica del int¨¦rprete que confiere una imponente corporeidad al personaje (tatuajes incluidos). En eso al menos no le va a ir a la zaga a Brando. Ah¨ª el montaje sigue el canon impuesto por el m¨ªtico actor, aunque Tarras¨®n subraya que Kowalski "no tiene porqu¨¦ ser guapo ni estar fuerte". En realidad, a Brando lo reemplaz¨® despu¨¦s en escena Anthony Quinn (que sin duda es otro registro). Y cuando Brando se rompi¨® la nariz lo sustituy¨® Jack Palance, que parece que se hubiera roto todo lo dem¨¢s.
El verdadero car¨¢cter de Kowalski es solo uno de los elementos que Tarras¨®n y Les Antonietes quieren recuperar en su montaje. "Muchas cosas de la obra de Tennessee Williams desaparecieron de la pel¨ªcula de Elia Kazan ¡ªque es por la que generalmente se conoce la pieza¡ª, por culpa de la censura, como el episodio homosexual del marido de Blanche o el hecho de que al final Stella se queda pese a todo con Kowalski".
Las tomas videogr¨¢ficas del teaser del espect¨¢culo muestran una acci¨®n trepidante y a Blanche (Annabel Castan) desnuda en una ba?era. "Es lo que tienen esos formatos, en realidad hay mucho texto en el montaje, no hemos cortado casi nada, aunque solo aparecen los cuatro personajes principales Blanche, Stella (Mireia Illamola), Stanley y Harold Mitchell (Pepo Blasco). Es, eso s¨ª, un espect¨¢culo muy din¨¢mico y la hora y media que dura pasa volando. Lo de la ba?era responde a la obsesi¨®n de Blanche por limpiarse, f¨ªsica y psicol¨®gicamente".
Pese a categorizarlo como maltratador, Tarras¨®n mantiene que defienden al personaje de Kowalski, como a todos. "Aunque tiene esos momentos muy claros de violencia, su relaci¨®n con Stella es una historia de amor. Es un tipo muy extremo, sin filtros, capaz de explotar salvajemente, pero tambi¨¦n de amar mucho. Resulta muy interesante dramat¨²rgicamente. Es cierto que es muy cruel con Blanche, pero la ve como un elemento perturbador de la armon¨ªa de su hogar. Reacciona a su manera, la de un individuo incapaz de compasi¨®n o ternura".
En cuanto a la escenograf¨ªa, compuesta por unos pocos elementos, entre ellos los ra¨ªles del tranv¨ªa (esos dos tranv¨ªas que se mencionan en el texto y que se llaman respectiva y significativamente Deseo y Cementerio) y la ba?era, el director se?ala que no le gusta que sus espect¨¢culos sean "de ¨¦poca" porque restan imaginaci¨®n. "Empezamos por un espacio m¨¢s realista, pero no me satisfac¨ªa porque esos espacios limitan la posibilidad de crear im¨¢genes".
Un tramvia anomenat desig llega a la cartelera barcelonesa (hasta el 21 de febrero) en medio de una gran expectaci¨®n. No en balde Tarras¨®n y Les Antonietes se han granjeado con espect¨¢culos como V¨¤nia y Stockmann el entusiasmo del p¨²blico (menos ¨¦xito tuvo su incursi¨®n en el Lliure con Somni americ¨¤). "Es flipante", se?ala muy alegre el director. "Hay 400 entradas vendidas anticipadamente y tenemos ya 15 bolos concertados".
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