Autopsia antes del fin
Men¨¦ndez Salm¨®n narra en 'El sistema', premio Biblioteca Breve, la extinci¨®n de un mundo futuro. La novela, seudodistop¨ªa de prosa eficaz, no propicia una adhesi¨®n condicional
Sorprende que Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n (Gij¨®n, 1971) haya incurrido en una constituci¨®n de sociedad futura, sirvi¨¦ndose de arca¨ªsmos aleg¨®ricos y solicitando el dudoso cr¨¦dito de la inicial may¨²scula. Esto ¨²ltimo con un exceso m¨¢s desorientador que expresivo, pues si Sistema, Historia Moderna, Realidad, Dado, Cubo, Caja, son configuraciones o estructuras, no cabe aplicar igual criptograf¨ªa a t¨¦rminos como Narrador, Propios, Ajenos, que tienen otra distinci¨®n. Pero esta nomenclatura es tan privativa de la llamada novela dist¨®pica que, aunque El Sistema no es propiamente una distop¨ªa, se ampara en el g¨¦nero contamin¨¢ndose de sus espinosos recursos. Un molde, por dem¨¢s, muy permisivo, que acoge todo tipo de disquisiciones cuando se trata, como es el caso, de condolerse de la vecindad de un tiempo posthumano.
Las p¨¢ginas de esta novela se proponen como un testimonio que precede a una extinci¨®n, pero no a la manera catastrofista, sino en una pausada evoluci¨®n. El mundo que vendr¨¢ ser¨¢ distinto, o acaso no habr¨¢ ning¨²n mundo y alguien debe notificar la p¨¦rdida. Esta tarea recae en el Narrador, al que conocemos aislado en un observatorio, ¡°como un esbirro fiel¡±, vigilando que todo permanezca igual, atento a la intrusi¨®n de enemigos, de los Ajenos, pero a la vez cultivando una conciencia cr¨ªtica, participando del Sistema y oponi¨¦ndose a ¨¦l. Su insumisi¨®n no lo impulsa a la acci¨®n, sino a la insubordinaci¨®n del pensamiento, a la escritura. De modo que el Narrador es un profeta del desafecto, con una misi¨®n que aspira a que ¡°la Historia no devore su propia historia¡±.
Inflada de inferencias filos¨®ficas, est¨¦ticas, sociales, en ocasiones m¨¢s complacientes para el autor que necesarias, la novela desarrolla el trayecto sinuoso del Narrador que lo aboca al desconcierto en tres espacios distintos que son tres formas de control: una Estaci¨®n Meteorol¨®gica, en la que el miedo le revela el ¡°declive del bienestar¡±; una Academia del Sue?o, donde se descubre ¡°s¨²bdito de la qu¨ªmica¡±; y la gabarra Aurora, ¡°un organismo m¨¢s grande por dentro que por fuera¡±, que lo instala en la importancia del Juego. Partes que se corresponden con el Cuaderno del ?l, el Cuaderno del Yo y el Cuaderno del T¨², al que se a?adir¨¢, a modo de ep¨ªlogo, el cap¨ªtulo titulado ¡®En la Cosa¡¯, que prefigura la invalidez de los ¡°antiguos par¨¢metro¡±?, pero tambi¨¦n la falacia de los cuadernos al intentar ¡°generar orden, rigor y limpieza¡±, lo que impone en el Narrador la resignaci¨®n del consuelo, una palabra que encuentra ¡°justa, precisa, tolerable¡± y lo libera de ser ¡°juez y parte, agente y paciente, escultor y obra¡±.
Las p¨¢ginas de esta novela se proponen como un testimonio que precede a una extinci¨®n, pero no a la manera catastrofista, sino en una pausada evoluci¨®n
De no primar la eficaz prosa de Men¨¦ndez Salm¨®n, envolvente y d¨²ctil, pero en ocasiones impostada (¡°comprendi¨® que la lluvia hab¨ªa cesado¡±), y el en¨¦rgico compromiso con la alianza entre filosof¨ªa y literatura del que se nutre su narrativa, ese armaz¨®n simb¨®lico que he logrado esbozar no propicia una adhesi¨®n incondicional. Tiene esa pretensi¨®n que devora su significado, dirigido a mentes proclives a la infatuaci¨®n trivial de un final de ¨¦poca.
Y si hay sobradas razones para sentir consternaci¨®n por el mundo actual, tambi¨¦n el lamento es anacr¨®nico, a un paso de situarse tristemente en la obviedad. Y ah¨ª es donde El Sistema, en su h¨ªbrida condici¨®n de novela y ensayo, y a pesar de su prop¨®sito de totalidad, desfonda su propia ambici¨®n con la recurrencia a la salvaci¨®n por la escritura. Una declaraci¨®n de fe que, al enfatizarse, no se distingue de la perentoria obcecaci¨®n de otra fe cualquiera.
El Forense es aqu¨ª una figura que computa la invalidez de un r¨¦gimen convertido en un enigma pavoroso. El cuadro de Rembrandt La lecci¨®n de anatom¨ªa del doctor Tulp se menciona prolijamente y el Narrador reclama la identificaci¨®n con el cad¨¢ver para ¡°nutrir los combates de la ret¨®rica¡±. En efecto, El Sistema no es una distop¨ªa: es una autopsia.
El Sistema. Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n. Seix Barral. Barcelona, 2016. 328 p¨¢ginas. 19,90 euros (digital, 12,99).
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