Madama
Los fabricantes de contenidos no necesitan devanarse la mollera para encontrar en el sexo material
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Los fabricantes de contenidos no necesitan devanarse la mollera para encontrar en el universo del sexo material suficiente para estrenar series atrayentes o bodrios en bragas y calzoncillos. El argumento del ¨²ltimo servido por DKISS, titulado Desn¨²dame, emitido primero en Reino Unido e Italia, es sofisticado: se junta a dos personas en ropa interior en una cama diciendo sandeces durante 30 minutos, y a ver si nace el amor.
Como tampoco es tomista el di¨¢logo de las beldades que mariposean en Cita en pelotas y otros espacios que debieran difundirse sin sonido pues s¨®lo ofrecen el soliloquio de solomillos y jarretes, ¨²nicamente queda huir de la vacuidad mediante la evocaci¨®n de material m¨¢s valioso. A ella me encomiendo para confesar mi participaci¨®n en el mundo de la entrepierna en calidad de escucha.
Me ocurri¨® en la corresponsal¨ªa de Buenos Aires. Los responsables de la secci¨®n me llamaron para preguntarme si hab¨ªa algo en la programaci¨®n argentina que me llamara la atenci¨®n. Lo hab¨ªa: una madama con burdel en Punta del Este impart¨ªa clases de sexualidad hacia las diez de la noche. ¡°Nos interesa. Entrev¨ªstala¡±.
Antes de hacerlo segu¨ª el programa durante varios d¨ªas. Trasmutada en terapeuta, la meretriz aconsejaba a las parejas desembarazarse de los tab¨²es, ser creativas y aplicar ma?as y atrevimientos de com¨²n acuerdo. Hasta ah¨ª todo p¨ªo y razonable.
El d¨ªa convenido me acerqu¨¦ a los estudios y habl¨¦ con ella largo y tendido. Cerrado el cap¨ªtulo de respuestas publicables, abordamos las no publicables: las preferencias y peticiones de los clientes del lupanar. Escuch¨¦ cosas que no creer¨ªais. D¨ªas despu¨¦s, haciendo zapping, volv¨ª a verla enarbolando el peri¨®dico, con su magisterio dignificado, feliz. ¡°?Hemos salido en El Pa¨ªs!¡±, anunciaba se?alando la p¨¢gina. Sali¨® pero no como yo hubiera querido. Ella se hab¨ªa dejado desnudar en la entrevista y yo la abrigu¨¦ en la rese?a. Me qued¨¦ a medias, como los pipiolos de DKISS.
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