¡°En febrero de 1917 se produjo un caleidoscopio de revoluciones¡±
El historiador Juli¨¢n Casanova reconstruye en ¡®La venganza de los siervos¡¯ los sucesos que cambiaron el mundo

Fue durante la celebraci¨®n del D¨ªa de la Mujer, el 23 de febrero de 1917 (8 de marzo en casi todo el resto del mundo), cuando empez¨® todo. La gente estaba harta de la marcha de la guerra, de los muertos que llegaban del frente, del hambre que azotaba cruelmente a los m¨¢s d¨¦biles. As¨ª que ese d¨ªa, las mujeres de una f¨¢brica de algod¨®n marcharon hacia el centro de Petrogrado, la actual San Petersburgo, con el af¨¢n de proclamar que ?basta ya!, que hab¨ªa llegado la hora de la paz. Un mont¨®n de obreros se fueron incorporando y a mediod¨ªa la marcha era ya imponente, miles y miles de personas caminaban con la furia de los que no tienen nada que perder. Fue el principio de todo: hasta la ca¨ªda del zar Nicol¨¢s II el 2 de marzo, las multitudes no dejaron de movilizarse.
¡°No hubo una revoluci¨®n, lo que se produjo fue un caleidoscopio de revoluciones, donde el papel de las mujeres fue esencial y donde se mezclaron obreros, soldados, campesinos, minor¨ªas ¨¦tnicas, gente de todo pelaje¡±, explica el historiador Juli¨¢n Casanova. ¡°Y si finalmente tuvo lugar ese monumental estallido social fue porque antes se hab¨ªa producido una desacralizaci¨®n del imperio ruso. Ya no era invencible, su ej¨¦rcito era un desastre y el zar, un inepto, con un Rasput¨ªn en la corte que hac¨ªa lo que quer¨ªa y una emperatriz sospechosa de favorecer a Alemania¡±.
Casanova acaba de publicar ¡®La venganza de los siervos. Rusia, 1917¡¯ (Cr¨ªtica). ¡°Lo que he querido en el libro es ordenar todo ese magma para un lector de la era digital, que ya no se contenta con un relato lineal y que exige que se interprete una realidad tan compleja¡±, comenta. Los lejanos antecedentes, la guerra ruso-japonesa, la revuelta de 1905, la Gran Guerra del 14 y, de pronto, un imperio que empieza a derrumbarse mientras la mayor parte de sus soldados siguen en la guerra y otros, en la retaguardia, se han sumado a la revoluci¨®n. Luego llega Lenin, la segunda revoluci¨®n de octubre y el triunfo de los s¨®viets. El mundo ya no ser¨ªa el mismo.
¡°Hubo una mezcla de rabia, humillaci¨®n, indignaci¨®n, pero tambi¨¦n muchas esperanzas¡±
¡°Lo que hizo Alejandro II en los a?os setenta del siglo XIX fue poner fin a lo que Arno Mayer llam¨® la persistencia del Antiguo R¨¦gimen¡±, dice Casanova para explorar el remoto contexto del que procede todo. ¡°Le quit¨® los grilletes a la sociedad rusa para que pudiera modernizarse. Pero lo asesinaron. Su hijo, Alejandro III, reaccion¨® al crimen deteniendo la historia, y acab¨® con el proyecto que estaba desarrollando su padre: el de ensanchar la base pol¨ªtica del pa¨ªs, integrando e incorporando a los s¨²bditos para convertirlos en ciudadanos. Y evitar as¨ª una revoluci¨®n¡±.
Esos s¨²bditos la terminar¨ªan haciendo. ¡°Nicol¨¢s II continu¨® el proyecto represor de su padre. Ten¨ªa ante s¨ª un imponente imperio que llegaba hasta Vladivostok, sujeto a m¨²ltiples tensiones, y con un campesinado terriblemente oprimido. Los dos grandes golpes que padeci¨® entonces Rusia fueron la guerra con Jap¨®n en 1904-1905 y la gran conflagraci¨®n mundial de 1914. Alguien le dijo entonces al zar que si se met¨ªa en una guerra con Alemania tendr¨ªa una revoluci¨®n. Y eso fue lo que ocurri¨®¡±.
Hab¨ªa ya una atm¨®sfera cargada de violencia. Casanova: ¡°El terror que mat¨® a Alejandro II fue un terror muy decimon¨®nico, en el que el tiranicida quiso demostrar que el tirano era vulnerable y por eso lo mat¨®. Era lo que hac¨ªan entonces los anarquistas: asesinaron a la emperatriz Sis¨ª, al rey de Italia, al presidente franc¨¦s, a C¨¢novas del Castillo y a tantos otros. Lo que vino despu¨¦s, en cambio, fue una violencia de otra naturaleza, donde interven¨ªan causas culturales, nacionalistas, sociales, pol¨ªticas e ideol¨®gicas. Una violencia que ten¨ªa como contrapunto un Estado policial, el Estado del zar, y que surg¨ªa desde abajo. La venganza de los siervos iba a llegar tarde o temprano¡±.
¡°Lenin busc¨® la paz, hizo una segunda revoluci¨®n y entreg¨® la tierra al campesinado¡±
?Fue s¨®lo una venganza o hubo algo m¨¢s? ¡°En la revoluci¨®n hubo una mezcla de rabia, humillaci¨®n, indignaci¨®n, pero tambi¨¦n muchas esperanzas. Los s¨®viets, por ejemplo, permit¨ªan que hubiera una participaci¨®n democr¨¢tica y popular, desde abajo, en lo que estaba sucediendo. Existieron un mont¨®n de sue?os y proyectos que se olvidan f¨¢cilmente porque luego vino el horror del estalinismo¡±.
Y luego en abril lleg¨® el tren de Lenin a la Estaci¨®n Finlandia. ¡°Lo que hace es canalizar ese proceso y traicionarlo¡±, explica Casanova. ¡°Se da cuenta de tres cosas: hab¨ªa que terminar la guerra, hacer una segunda revoluci¨®n que diera el poder a los bolcheviques y repartir la tierra entre los campesinos. Tras la paz vino la guerra civil, y ah¨ª fue donde Lenin tuvo la oportunidad de liquidar a sus enemigos internos, los otros revolucionarios¡±. La historia del comunismo hab¨ªa comenzado.
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