Maria Callas, una vida breve de largos logros
Las m¨¢s importantes grabaciones en vivo de la diva se reeditan con motivo del 40? aniversario de su muerte, que se conmemora este s¨¢bado. Su voz moldeable, intuici¨®n esc¨¦nica y m¨ªmesis con los personajes la hicieron ¨²nica en su arte
Sus obras sobreviven a los genios, y el sustantivo cuadra a la perfecci¨®n con Maria Callas, una cantante de vida breve y logros largos que, en muchos sentidos, revolucion¨® el mundo de la ¨®pera en unos a?os dorados para el g¨¦nero, que conocieron una enorme profusi¨®n de grandes voces y personalidades descollantes. Sin embargo, su arte y su fama ¡ªen igual medida¡ª trascendieron fronteras con un ¨ªmpetu ¨²nico y cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte su nombre sigue simbolizando, quiz¨¢ como ning¨²n otro, el poder de la ¨®pera para expresar y transmitir emociones inexpresables e intransmisibles de ning¨²n otro modo. ?Por qu¨¦?
En la cantante griega se produjo una confluencia de elementos que raramente suelen darse conjuntamente: una voz que ella supo moldear y especiar hasta convertirla en inconfundible; una apabullante intuici¨®n esc¨¦nica que transformaba en teatro ¡ªen puro teatro casi siempre¡ª todas y cada una de las notas que cantaba; una tendencia natural a operar una perfecta m¨ªmesis con los personajes que encarnaba: Callas era Ana Bolena, era Medea, era Tosca, era Violetta Val¨¦ry, era Norma, era la Elvira de I puritani, y vi¨¦ndola u oy¨¦ndola resultaba imposible pensar otra cosa; un don innato para insuflar veracidad dentro del casi siempre muy alambicado artificio oper¨ªstico; el todo se coronaba con un talento que fue in crescendo para saber destilar las ense?anzas que le brindaba su propia vida, no siempre amables, y con frecuencia acerbas, y convertirlas, tambi¨¦n ellas, en parte de su arte. Sus cancelaciones, las habladur¨ªas sobre su persona, los vaivenes de su vida privada o incluso su muerte temprana no son lo que ha convertido a la Callas en un mito, tan vivo ahora como hace 40 a?os.
Compa?eros de viaje
Durante su breve e intensa carrera, Callas colabor¨® con los mejores directores del momento y por la nueva edici¨®n de Warner desfila la previsible pl¨¦yade italiana (Vittorio Gui, Antonino Votto, Carlo Maria Giulini, adem¨¢s de los citados Serafin, Gavazzeni y Sabata), pero tambi¨¦n otros grandes nombres, como Erich Kleiber (I vespri siciliani), Leonard Bernstein (la Medea de 1953 y La sonnambula de 1955, ambas en el Teatro alla Scala) o Herbert von Karajan (Lucia di Lammermoor, tambi¨¦n de 1955, en Berl¨ªn). Y entre sus compa?eros destacan todos los grandes de la ¨¦poca, como Giuseppe di Stefano (en los ¨²ltimos recitales que ofreci¨®, con la voz ya hecha jirones, en los setenta), Giulietta Simionato, Boris Christoff, Fiorenza Cossotto o Alfredo Kraus, su joven y gallardo compa?ero en la hist¨®rica Traviata del Teatro San Carlos de Lisboa de 1958, pocos meses antes de que Callas dejara de cantar el papel de Violetta. Todas las grabaciones fueron realizadas en vivo, sin trampa ni cart¨®n, y una cuidadosa remasterizaci¨®n ha logrado mejorar su sonido de manera muy sustancial.
Son circunstancias puramente coyunturales y su vigencia est¨¢ condenada a diluirse en el tiempo. Lo que le vali¨® el apelativo de ¡°La Divina¡±, y lo que hace que hoy sigan reedit¨¢ndose e interesando sus grabaciones es su voz, su musicalidad y la sustancia irrenunciablemente dram¨¢tica de su arte.
Aunque nacida en Nueva York en 1923, Callas se traslad¨® a los 13 a?os a la Grecia que llevaba en su sangre, donde muy pronto se hizo cantante, aunque fue, naturalmente, en Italia donde se curti¨® como artista y donde alcanz¨® enseguida prominencia internacional. All¨ª colaborar¨ªa tambi¨¦n con las grandes batutas de la ¨¦poca (Tullio Serafin, su mentor, Gianandrea Gavazzeni, Victor de Sabata) y all¨ª ver¨ªa asociado para siempre su nombre al de Luchino Visconti en diversos montajes ofrecidos en el Teatro alla Scala de Mil¨¢n (La vestale, La sonnambula, Anna Bolena, La Traviata, Ifigenia in Tauride), donde tambi¨¦n ser¨ªa dirigida en una legendaria Lucia di Lammermoor por Herbert von Karajan.
La voz de Callas, de ampl¨ªsima tesitura, generoso volumen y tonos oscuros, supo aclimatarse a entornos estil¨ªsticos muy diferentes, incluidos los papeles de agilidad, que parec¨ªan quedar fuera de sus caracter¨ªsticas vocales. Se vali¨® tambi¨¦n de los casi inevitables cambios de color de un instrumento de su magnitud para perfilar mejor a personajes sombr¨ªos como Norma o Lady Macbeth, a la que sabe infundir esa ¡°voce aspra, soffocata, cupa¡± (¨¢spera, ahogada, cavernosa) que quer¨ªa Verdi. En Callas, que no quiso ni aspir¨® a ser una estilista, predomina la expresividad sobre la perfecci¨®n, el personaje sobre el int¨¦rprete, el mensaje sobre el medio. Y su voz, c¨®mo no, fue pronto v¨ªctima de sus excesos o de su generosidad, seg¨²n se mire.
Ampliar repertorio
Lejos de concentrarse en unos cuantos papeles que le hab¨ªan reportado la fama, no solo ampli¨® incesantemente su repertorio, sino que lo hizo a menudo rescatando del olvido ¨®peras que la historia hab¨ªa dejado arrumbadas: es el caso, por ejemplo, de Il turco in Italia de Rossini, que resucit¨® en el Teatro Eliseo de Roma en 1950, o de varios t¨ªtulos belcantistas (Il pirata, Anna Bolena, Poliuto)que empezaron a cobrar cada vez m¨¢s peso espec¨ªfico en sus apariciones esc¨¦nicas y abrirse un hueco en las programaciones de los teatros. Son estas justamente las que constituyen el eje de la edici¨®n que acaba de publicar Warner (el sello que compr¨® en 2013 el cat¨¢logo de EMI, la mayor parte de su carrera), una suerte de secuela y complemento natural de la que lanz¨® hace dos a?os con todas sus grabaciones de estudio entre 1949 y 1969, con un total de 26 ¨®peras y 13 recitales.
La grabaci¨®n m¨¢s antigua de esta nueva edici¨®n data tambi¨¦n de 1949 (un Nabucco dirigido por Vittorio Gui), mientras que la ¨²ltima es de 1964 (su Tosca con Tito Gobbi en la Royal Opera House). En total, 20 ¨®peras completas, 12 de las cuales no lleg¨® a grabar nunca en estudio. Tres Blu-rays permiten tambi¨¦n ver a Callas, con su gestualidad incomparable y su traza de cari¨¢tide griega, en recitales ofrecidos en Par¨ªs (su famoso debut en el Palais Garnier), Londres y Hamburgo en los a?os cincuenta y primeros sesenta, su per¨ªodo dorado. En ellos puede sentirse su magnetismo esc¨¦nico (ese que hizo que, en 1969, Pasolini le pidiera encarnar a Medea en su peculiar traslaci¨®n de la tragedia de Eur¨ªpides), su rostro anguloso y su mirada abismal, que la sit¨²a a la par que otras personalidades hipn¨®ticas como Anna Magnani o Joan Crawford. Callas, adem¨¢s, cantaba, con todo su cuerpo, y los escalofr¨ªos que sigue produciendo c¨®mo lo hac¨ªa parecen predestinados a perpetuarse.
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Formato: CD y Blu-ray.
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