Juanes, en plural

Un par de preguntas al gent¨ªo que ayer se apelotonaba a las puertas del WiZink fueron suficientes para comprobar la heterogeneidad de p¨²blico que es capaz de acomunar Juan Esteban Aristiz¨¢bal V¨¢squez, alias Juanes: Mikel conoc¨ªa al m¨²sico colombiano desde sus inicios heavies con Ekhymosis; Mar¨ªa hab¨ªa estado la noche antes, en el mismo recinto, "flipando" con Depeche Mode, pero ayer ten¨ªa "ganas de ritmos latinos". Y Ana y Esteban, un joven matrimonio que, por primera vez en un a?o, hab¨ªan conseguido "dejar al peque en casa", son escuchantes habituales de Cadena Dial.

Juanes viene del rock, pero en cuanto despeg¨® en solitario se entreg¨® sin complejos a los ritmos tropicales, a la cumbia, la guasca y la bachata, acompa?ados siempre de alg¨²n guitarrazo distorsionado. Una combinaci¨®n acertada que, despu¨¦s de 17 a?os y siete discos, ha refrendado su ¨¦xito: es el artista que m¨¢s Grammy latinos ha ganado (23) y la publicaci¨®n Rolling Stone ha incluido su ¨²ltimo disco, Mis planes son amarte, entre los mejores 50 lanzamientos de 2017, junto a nombres como Bob Dylan o Roger Waters, con la rese?a "elegante y eficaz".

Por eso no extra?a que el colombiano, a sus 45 a?os, saliera ayer al escenario, frente a las miles de personas que abarrotaban la platea, con una confianza desbordada. Tanto, que quem¨® su primer cartucho nada m¨¢s empezar: A Dios le pido, uno de los temas ic¨®nicos de su carrera, puso a bailar al respetable sin calentamiento previo.

Con una banda solvente de configuraci¨®n cl¨¢sica (guitarra solista, bajo, bater¨ªa y teclados) atac¨® sin acto seguido, sin resuello, Fuego, un tema de su ¨²ltimo trabajo cargado de sexualidad. Sigui¨® el primer tramo de la noche con mucho tropicalismo y bailoteo, y la ¨²nica concesi¨®n a la pausa fue el medio tiempo de Tus fotograf¨ªas, un tema que grab¨® hace a?os con la cantante canadiense Nelly Furtado.

Los brazos volvieron a levantarse con ?ngel, inspirada en el funky y la electr¨®nica del Random access memories de Daft Punk, y enseguida lleg¨® el primer cameo: Bebe, amiga reconocida del cantante, subi¨® a acompa?arle en Es tarde, con improvisaci¨®n final incluida que trasluci¨® el compadreo de los dos artistas. Al poco subi¨® Rosal¨ªa, con la que Juanes enton¨®, sentidamente y pose¨ªdo por Carlos Gardel, el tango Volver. Y Manu Carrasco redonde¨® el encuentro compartiendo balad¨®n en Para tu amor.

Antes de llegar al bis, Juanes us¨® su cartucho m¨¢s esperado: La camisa negra hizo retumbar el recinto deportivo. ?Qu¨¦ quedaba despu¨¦s del cenit que esperaba la mayor¨ªa ayer por la noche? Pues Pablo L¨®pez, posiblemente, el cantante espa?ol de pop que m¨¢s euforia (y escuchas en Spotify) genera en estos momentos. Ante un piano de cola blanco inmaculado, y despu¨¦s de elogiar "el inmenso coraz¨®n" de Juanes, los dos se intercambiaron canciones: primero interpretaron Volverte a ver, la balada de Juanes por antonomasia; despu¨¦s, Tu enemigo, con L¨®pez haciendo la percusi¨®n sobre la tapa del piano y el p¨²blico cantando tan alto que, por primera vez en toda la noche, hizo que la voz del colombiano quedase en un segundo plano.

Juanes anunci¨® el final del concierto con Querida, el tema que cant¨® con Juan Gabriel en su disco D¨²os, subyugando al respetable, que se la sab¨ªa de pe a pa.

Pero esa no era la forma de terminar una cita tropical: "Seguro que pens¨¢is que estoy cansado y quiero irme a la cama, pero de eso nada. Hoy quiero quemar Madrid, hoy nadie me lleva a cada", ret¨® al p¨²blico. Y enfil¨® La luz, un tema que convirti¨® el WiZink Center en una verbena de ritmos latinos y electr¨®nica, un fin de fiesta, ca?ones de confeti incluidos, que dej¨® a miles de cuerpos sudorosos con ganas de m¨¢s. No en vano, la mayor¨ªa confiaba en que el colombiano iba a aparecer por tercera vez, y tardaron bastante en abandonar el recinto. Salir fuera y encontrarse un domingo por la noche y g¨¦lido, con una semana laboral por delante, era un choque demasiado duro con la realidad despu¨¦s de pasar casi dos horas entre palmeras.