Pareces puro teatro
Yo prefiero con diferencia al Allen comediante que al dram¨¢tico, aunque reconozco que Delitos y faltas, que tal vez sea su obra cumbre, combina ambos g¨¦neros
WONDER WHEEL
Direcci¨®n: Woody Allen.
Int¨¦rpretes: Kate Winslet, Juno Temple, Justin Timberlake.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2017.
Duraci¨®n: 101 minutos.
Imagino que la forma de sentirse vivo y colocar s¨®lidas barreras al crep¨²sculo de Woody Allen, ese hombre incuestionablemente genial que declar¨® hace muchos a?os que solo cre¨ªa en el sexo y en la muerte, es trabajar continuamente, parir implacablemente una pel¨ªcula (y a veces dos) todos los a?os. Independientemente de que le hayan salido mejor o peor, suponen un regalo impagable para sus infinitos feligreses, entre los que me encuentro. Y siempre esperas injustamente que mantenga el estado de gracia, que su imaginaci¨®n siga en forma y que su deslumbrante sentido del humor, de la iron¨ªa y de la paradoja nos siga provocando sonrisas y risas. Y tambi¨¦n existe una vena tr¨¢gica en este artista aparentemente risue?o. No bromea cuando afirma que el cine que m¨¢s admira es el de Ingmar Bergman, ese retratista n¨®rdico de las brumas del alma.
Yo prefiero con diferencia al Allen comediante que al dram¨¢tico, aunque reconozco que Delitos y faltas, que tal vez sea su obra cumbre, combina admirablemente ambos g¨¦neros y que la esencialmente tr¨¢gica Match Point me parece la ¨²ltima obra maestra de su cine. Teniendo claro lo que m¨¢s me gusta de ¨¦l, reconozco que me pongo muy nervioso cuando no encuentro esas esencias, cuando tengo la sensaci¨®n de que siente fervor por el teatro filmado. Me ocurri¨® con Interiores, Septiembre y Blue Jasmine, y tambi¨¦n encuentro insoportable el onanismo mental sobre la crisis de la creatividad, en la l¨ªnea del 8 1/2 felliniano, que perpetr¨® en Recuerdos, o no encuentro ni m¨ªnima gracia en su desdichada comedia A Roma con amor. O sea, muy pocas desilusiones por mi parte sobre alguien que ha dirigido cincuenta pel¨ªculas.
Wonder Wheel se desarrolla en los a?os cincuenta y est¨¢ ambientada en el barrio de Coney Island, donde est¨¢ la playa natural de Nueva York, escenario de algunas pel¨ªculas memorables y donde Lou Reed situ¨® a su ¨¢ngel salvador en su preciosa canci¨®n Coney Island Baby. Se ocupa de iluminar la historia el m¨ªtico y ya anciano Vittorio Storaro. Se supone que fotograf¨ªa el barrio y que hay numerosos escenarios, pero no me abandona en ning¨²n momento la sensaci¨®n de que todo sucede en un escenario teatral, que ser¨ªa el lugar natural para ese argumento y por la forma en el que lo desarrolla Woody Allen, incluido el tono y las interpretaciones. Y no s¨¦ si lo hace bien o mal, porque de ese arte no s¨¦ nada y a estas alturas de mi existencia tampoco estoy dispuesto a aprender.
Los personajes y las situaciones tambi¨¦n me recuerdan a alg¨²n intocable y atormentado icono del teatro norteamericano de esa ¨¦poca, concretamente a Tennessee Williams. No me hubiera extra?ado que de sufriente boca de la protagonista salieran cositas l¨ªricas como: ¡°Siempre he confiado en la bondad de los extra?os¡±. Es una se?ora muy rota y con migra?as permanentes debido a la depresi¨®n que se agarra por sobrevivir con un alcoh¨®lico marido al que no quiere, un ni?o pir¨®mano (el ¨²nico detalle de humor surrealista y cruel en el que reconozco la personalidad del maestro Allen), un amante joven con vocaci¨®n po¨¦tica pero que se gana la vida como socorrista de playa y una hijastra con pasado tormentoso. Kate Winslet es una actriz eminente en el tipo de personaje por el que sienten ancestral fervor las academias y el Oscar, pero los actores y actrices que la acompa?an no me sugieren nada especial. Tampoco una pel¨ªcula a la que asisto sin que me ocurra nada malo pero que olvido a los cinco minutos de acabarse.
Babelia
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