El fabuloso mundo del musical
El filme acaba siendo un imponente objeto 'kitsch' dotado con un gratificante poder de seducci¨®n si uno se entrega a sus barrocos encantos
EL GRAN 'SHOWMAN'
Direcci¨®n: Michael Gracey.
Int¨¦rpretes: Hugh Jackman, Michelle Williams, Zac Efron, Zendaya.
G¨¦nero: musical. Estados Unidos, 2017.
Duraci¨®n: 105 minutos.
Cuando, en 1980, Cy Coleman y Michael Stewart estrenaron en Broadway un musical inspirado en la figura de P. T. Barnum, la cr¨ªtica dictamin¨® que a la propuesta le sobraba moderaci¨®n y le faltaba sentido del exceso para hacer justicia al personaje, c¨¦lebre empresario que fund¨® el flameante Barnum & Bailey Circus tras convertir la exhibici¨®n de fen¨®menos humanos en rentable negocio. Nadie acusar¨¢ de lo mismo a esta pel¨ªcula que se sirve del mismo tema para ofrecer algo que, por lo menos hasta La La Land, llevaba tiempo siendo la m¨¢s improbable de las atracciones de multisala: un musical escrito directamente para la pantalla.
Han sido, de hecho, Benj Pasek y Justin Paul, compositores de La La Land, los responsables de escribir el conjunto de exultantes n¨²meros musicales que convierten El gran 'showman' en agotador concentrado de show-stoppers: hay una ¨¦pica marcadamente OT en estas canciones que avanzan en perpetuo crescendo hasta la anhelada ovaci¨®n y que celebran en Barnum la figura de un idealista rom¨¢ntico antes que al empresario al que se le atribuy¨® la agria frase ¡°nace un tonto a cada minuto¡±. En un momento que da la medida del tono, Hugh Jackman, desaforado como un ob¨²s canoro, se desga?ita a todo correr por las calles, se sube a un tren en marcha y contin¨²a con el himno desde el ¨²ltimo vag¨®n.
El gran 'showman' acaba siendo un imponente objeto kitsch dotado con un gratificante poder de seducci¨®n si uno, como este mismo cr¨ªtico, se entrega a sus barrocos encantos. Al contrario que en la pel¨ªcula de Damien Chazelle, no son ni la puesta en escena, ni la coreograf¨ªa los vectores dominantes de este musical que conf¨ªa demasiado en el montaje, pero el recorrido est¨¢ sembrado de ideas visuales que van de la eficaz obviedad ¨Cel plano que relaciona unas oficinas con un camposanto- a la brillantez ¨Cla transformaci¨®n de unas s¨¢banas tendidas en espectral cuerpo de baile, el uso r¨ªtmico de martillos en la pegada de carteles o los golpes de chupito sobre barra cantinera-. La energ¨ªa de Hugh Jackman merec¨ªa este campo de juegos.
Babelia
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