La novela negra en la era del #Me Too
Hablamos con autores y especialistas reunidos en BCNegra para saber si el g¨¦nero puede servir de herramienta de denuncia contra el acoso
Ya sea una famosa actriz de Hollywood, mundialmente conocida y millonaria o una mujer cualquiera, en cualquier parte, cada v¨ªctima de acoso de g¨¦nero tiene dos problemas: de primeras no se la cree y, adem¨¢s, resulta vergonzoso contarlo. Coincidiendo con el auge del domestic noir y el ¨¦xito de ese pu?ado de autoras que han dado la palabra a las v¨ªctimas, BCNegra ha puesto la atenci¨®n en la violencia machista y el acoso sexual. ¡°El acoso es una forma de matonismo. Hay que hablar del individuo frente al poder arbitrario. Hay que hablar de la v¨ªctima que se rebela. Esa era la idea¡±, cuenta a EL PA?S Carlos Zan¨®n, escritor y comisario del festival.
Un g¨¦nero que inaugura su era moderna en 1965 con la imagen de una mujer estrangulada en un lago en Roseanna, de Maj Sj?wall y Per Wahl??, toma ahora la mano tendida hace muchos a?os por el revolucionario Jean Patrick Manchette en Fat¨ªdica y da la palabra a v¨ªctimas que reaccionan y se vengan.
¡°Hay dos formas de acosar. La transparente: el insulto, la risa, la discriminaci¨®n. Y la segunda, m¨¢s jodida, permanente y perdurable: el acoso que trata de convencerte de que la agresi¨®n est¨¢ justificada. Esa es terrible porque de esa no hay salida¡± explica Luisg¨¦. Mart¨ªn. El autor de El amor al rev¨¦s (Anagrama) est¨¢ hablando del acoso hom¨®fobo que sufri¨® de joven, pero vale para cualquier forma de abuso. ¡°Las mujeres han empezado a hablar sin pedir perd¨®n. El sentimiento de culpa ha empezado a desaparecer tambi¨¦n en la ficci¨®n. Hay cada vez m¨¢s mujeres brutas y eso me encanta¡± remata.
Esas mujeres que se dan la vuelta y se vengan son las protagonistas del domestic noir. Impulsado por el ¨¦xito de Perdida de Gillian Flynn este subg¨¦nero de la novela criminal se ha servido de su enorme ¨¦xito comercial para poner el grito de denuncia en boca de todos. ¡°La novela negra es muy popular y en ese sentido es ¨²til. Muchas mujeres me escribieron para decirme que estaban en la misma situaci¨®n de acoso que la protagonista de mi primera novela. Me sorprendi¨®. Pero en mis historias ellas ganan y para m¨ª eso es muy importante¡± comenta B.A. Paris, que ha conseguido vender un mill¨®n de ejemplares de su primer libro en Reino Unido. En Al cerrar la puerta (ADN) Grace disfruta a ojos de todo el mundo de un matrimonio perfecto convertido dentro de casa en un infierno dise?ado por su marido sin ni siquiera rozarla. ¡°Los abusos mentales son los peores, porque se puede pensar que la mujer se lo inventa, no sabemos qu¨¦ pasa tras la puerta. Las mujeres se averg¨¹enzan porque se creen que les pasa porque no son fuertes. Est¨¢n atrapadas¡± se?ala.
Las mujeres han empezado a hablar sin pedir perd¨®n. El sentimiento de culpa ha empezado a desaparecer tambi¨¦n en la ficci¨®n Luisg¨¦ Mart¨ªn
Pero denunciar a trav¨¦s de la ficci¨®n tiene sus riesgos, m¨¢s a¨²n si se trata de relatos de ¨¦xito y consumo masivo. ¡°Todos los g¨¦neros se est¨¢n gentrificando. Se cuentan cosas muy brutales a priori pero luego se premia el dise?o sobre la expresi¨®n. Ahora el feminismo logra la atenci¨®n porque est¨¢ de moda. Pero todo esto ya ocurr¨ªa antes. ?D¨®nde estaban el periodismo y la ficci¨®n entonces?¡±, comenta airada y reflexiva la periodista Elisa McCausland, autora de Wonder Woman. El feminismo como superpoder (Errata Naturae).
La escritora y periodista Berna Gonz¨¢lez Harbour, creadora de la comisaria Ru¨ªz, ve luces y sombras. ¡°No creo en el deber de denuncia de la literatura, que es posiblemente el ¨²nico ¨¢rea de libertad total para el ser humano, pero lo cierto es que la novela negra siempre ha ejercido de pu?etazo emocional e intelectual para despertar conciencias o retratar inmoralidades a nuestro alrededor. Y por eso ha encontrado ahora un gran momento: porque se han hundido las certezas. Cada novela negra es en realidad un #metoo. Una forma de retratar el abuso silencioso que sufren los vulnerables, que a la herida provocada suman el estigma, la verg¨¹enza, la sumisi¨®n¡±.
El acoso es una forma de matonismo. Hay que hablar de la v¨ªctima que se rebela Carlos Zan¨®n
Tradicionalmente, la novela negra ha tenido a la mujer como v¨ªctima y ha ca¨ªdo en cierta fascinaci¨®n por el victimario. ¡°Uno de los pecados originales del g¨¦nero es la glorificaci¨®n y el papanatismo que se ejerce en torno a los asesinos y psic¨®patas, personas totalmente disfuncionales¡±, comenta Lorenzo Silva, que acaba de publicar Tantos lobos (Destino) una nueva entrega de las aventuras de los guardias civiles Vila y Chamorro, cuatro historias, cuatro asesinatos de mujeres, cuatro perpetradores mediocres y desmitificados.
?D¨®nde queda el hombre m¨¢s all¨¢ del papel maltratador y asesino? ?Qu¨¦ pasa con los lectores en un mundo en el que son las mujeres las que lideran los ¨ªndices de lectura? ?Y con los autores? ¡°Hay hombres que pueden leer estos libros escritos por mujeres y protagonizados por mujeres e identificarse con la v¨ªctima, no solo con el psic¨®pata o el acosador¡±, considera Paris, que acaba de publicar en Espa?a Confusi¨®n (ADN). Tambi¨¦n hay algunas lagunas a la hora de asignar papeles: ¡°Me gusta el hombre fatal, que est¨¢ si se escarba en la historia del g¨¦nero negro, aunque no mucho. ?Por qu¨¦ siempre la lectura cl¨¢sica ha sido que hay una mujer que lleva al hombre al desastre?¡±, se pregunta Luc¨ªa Lijtmaer, especialista en cultura popular desde la perspectiva de g¨¦nero.
Cada novela negra es en realidad un #metoo. Una forma de retratar el abuso silencioso que sufren los vulnerables Berna Gonz¨¢lez Harbour
Hay quienes no creen que este sea el papel de la novela negra. James Ellroy, cuya obra siente el aliento del fantasma de su madre asesinada cuando ¨¦l era un cr¨ªo, lo tiene claro: ¡°Puede que llegue un momento en que las mujeres dejen de ser v¨ªctimas de abusos, pero no lo creo.Si esperan de m¨ª un relato pol¨ªticamente correcto que vierta l¨¢grimas por las v¨ªctimas, se han equivocado de hombre¡±, comenta tenebroso el premio Pepe Carvalho. ¡°Las autoras y las protagonistas son ya y ahora¡±, reafirma el comisario Zan¨®n para contrarrestar.
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