En la c¨¢rcel de las musas
Un ciclo de conferencias aborda la relaci¨®n entre hombres considerados genios y sus parejas relegadas a espacios de sombra
La cara oculta de la actriz Hedy Lamarr, posiblemente una de las mujeres m¨¢s bellas de la historia, era la de una brillante ingeniera que desarroll¨® un sistema cifrado que imped¨ªa al enemigo interceptar torpedos, una patente que d¨¦cadas despu¨¦s ha dado base tecnol¨®gica a nuestros millones de comunicaciones inal¨¢mbricas. Pero fueron sus besos los que se cotizaron.
La semana pasada, la Academia de cine francesa anunciaba que este a?o su C¨¦sar de Honor ser¨¢ para Pen¨¦lope Cruz y las dos primeras expresiones que justificaban tal distinci¨®n no parec¨ªan tener mucho que ver con su trabajo: Por ser ¡°musa de grandes cineastas y esplendorosa belleza latina¡±.
Alfred Hitchcock agradeci¨® de este modo, en un homenaje que recibi¨® a los 80 a?os, la influencia que en su vida y su carrera hab¨ªan tenido cuatro personas: ¡°La primera es una montadora cinematogr¨¢fica, la segunda, una guionista, la tercera es la madre de mi hija Pat, y la cuarta es la cocinera m¨¢s excelente que haya obrado milagros en una cocina dom¨¦stica. El nombre de las cuatro es Alma Reville¡±. Pero muchos de ustedes seguramente no sab¨ªan que as¨ª se llamaba la mujer del director del suspense, ni siquiera si estaba casado. Caras ocultas.
Este no es, sin embargo, un reportaje de cine, sino de las muchas mujeres cuyo trabajo, inteligencia y genialidad han quedado en un segundo plano, ocultos bajo un nombre et¨¦reo que condena al anonimato: musas. Algunas de ellas estuvieron acompa?adas de hombres que fueron ensalzados sin reparos con el calificativo de genios.
Un ciclo de conferencias que empieza hoy en el CaixaForum de Madrid pretende abordar este asunto, la c¨¢rcel en que se ha encerrado a las musas, negando, bajo ese nombre, su capacidad de creatividad, ingenio, arte, mientras ellos desarrollaban esas facultades tan a gusto, inspirados por esos seres cuyas vidas muchas veces eran ¡°vac¨ªas y deprimentes¡±. ¡°No fueron musas, sino secretarias, enfermeras, madres, cocineras, amantes, mientras su creatividad quedaba aparcada u oculta¡±, explica la escritora Laura Freixas, coordinadora de estas jornadas junto a Pilar Vicente de Foronda.
Cada lunes, durante seis semanas, una conferenciante est¨¢ invitada a hablar de una pareja famosa. Hoy es el turno de la profesora y escritora brit¨¢nica Griselda Pollock, que abrir¨¢ al p¨²blico el matrimonio entre Marilyn Monroe y Arthur Miller. Ella, el producto m¨¢s brillante de la Am¨¦rica del consumo, el espect¨¢culo y el glamour de los a?os 50; su marido, un reconocido dramaturgo e intelectual de izquierdas, premio Pulitzer. Griselda Pollock destaca las muchas biograf¨ªas sobre la ic¨®nica actriz en las que, sin embargo, ¡°hay muy poco an¨¢lisis sobre su TRABAJO¡±, escribe as¨ª, en may¨²sculas en un correo electr¨®nico desde su pa¨ªs. Esta profesora se pregunt¨® ¡°?c¨®mo logr¨® una mujer blanca, sin estudios y abusada convertirse en una estrella como la que fue? ?Por qu¨¦ la lloraba Andy Warhol? ?Por qu¨¦ Elton John se identificaba con ella? ?Por qu¨¦ Madonna forj¨® su imagen a semejanza de la actriz?¡± Form¨® con Arthur Miller ¡°lo que es una mitolog¨ªa patriarcal: genio y musa. La oposici¨®n cl¨¢sica entre actividad y pasividad, deseo y objeto del deseo, creatividad e inspiraci¨®n¡±. La profesora opina que ya ¡°se necesita un lenguaje diferente¡±. Marilyn, dice ¡°actuaba frente a la c¨¢mara con genialidad y consigui¨® que guiones de comedias insulsas sean recordados solo por ella¡±. ¡°Era inteligente, inquisitiva y muy comprometida pol¨ªticamente; apasionada y desesperadamente ambiciosa por comprender el arte de actuar¡±. ¡°A Miller¡±, a?ade, ¡°no le inspiraba ella, estaba obsesionado con ella. Creo que ambos son genios fallidos¡±.
El rompedor montaje de la escena de la ba?era en Psicosis y el hecho de que fuera acompa?ada de m¨²sica son productos del ingenio de Alma Reville, la esposa de Alfred Hitchcock, con quien cofirm¨® varios guiones. ¡°En el nacimiento de la industria del cine hab¨ªa muchas mujeres que fueron saliendo a medida que aquello se convirti¨® en un gran negocio¡±, explica la guionista y directora In¨¦s Paris, que se encargar¨¢ de esta ¡°curiosa pareja¡±.
Sobre Yoko Ono y John Lennon disertar¨¢ la cantante Christina Rosenvinge: ¡°Yoko es vilipendiada por gran parte del mundo de la m¨²sica. Ella nunca ha respondido al arquetipo de musa dulce y angelical. Era una potencia en s¨ª misma y fue fundamental en la evoluci¨®n intelectual de John Lennon. Hasta hace muy poco no se ha reconocido su autor¨ªa en canciones como Imagine¡±.
Las palabras musa y genio no tienen su complementario de g¨¦nero: ni hay musos ni genias. Algo no va bien. El diccionario parece indicar que las mujeres, por el hecho de serlo, est¨¢n incapacitadas para la genialidad mientras que servir¨ªan para revolotear cual ninfas alrededor de las mentes masculinas haciendo florecer todo su esplendor. O reteniendo a los ni?os para que en la casa reine la paz para seguir escribiendo, ya se encargar¨¢n las musas de pasarlo a m¨¢quina.
La masculina patente de corso
El binomio musa y genio es la m¨¢xima expresi¨®n de los roles masculino y femenino en una sociedad patriarcal. ¡°Un genio con patente de corso, al que se le perdona y se le consiente todo por serlo, se le admira y se le idolatra, hay muchos ejemplos hoy: desde Neruda a Woody Allen o Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Sin embargo, musa es la m¨¢xima expresi¨®n de lo femenino, la mujer an¨®nima, que trabaja gratis, sin profesi¨®n ni ingresos, polivalente, ama de casa¡±, explica Freixas. La escritora Nona Benegas contar¨¢ la creativa vida de Coco Chanel, y Marcela Lagarde analizar¨¢ en t¨¦rminos de g¨¦nero la pareja que formaron Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otras.
En los a?os 40, Hedy Lamarr, acuciada por su odio a los nazis (uno de sus maridos lo fue) regal¨® a los aliados la patente que evitaba interceptar los torpedos. La hab¨ªa desarrollado con su pareja, el pianista George Anteuil, precisamente inspir¨¢ndose en la m¨²sica, ella tambi¨¦n tocaba el piano. ¡°Entonces ya hab¨ªa huido a EE UU, pero sus conocimientos de ingenier¨ªa, que abandon¨® por el cine segu¨ªan frescos en su cabeza, un prodigio de inteligencia y genio que en aquella ¨¦poca se desperdici¨® impunemente¡±, relata la qu¨ªmica y escritora Adela Mu?oz P¨¢ez, otra de las conferenciantes. Los estadounidenses pusieron a Lamarr a subastar besos en televisi¨®n con los que consigui¨® millones de d¨®lares para las tropas. Ha pasado medio siglo, pero la luz de los genios sigue proyectando una larga sombra sobre sus resignadas musas.
Babelia
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