El nuevo museo de James Bond eliminar¨¢ el sexismo y el racismo de 007

La apertura tendr¨¢ lugar el 12 de julio, y s¨ª, es todo lo impresionante que cabr¨ªa esperar de un museo dedicado a la saga cinematogr¨¢fica m¨¢s longeva, y una de las m¨¢s espectaculares, de la historia. Sin embargo, no ser¨¢ fiel a su objeto de estudio. 007 Elements, la instituci¨®n dedicada a la figura de James Bond, tendr¨¢ todo tipo de cachivaches y recuerdos del agente secreto creado por Ian Fleming, pero su director creativo, Neal Callow, ya ha advertido en The Times que quieren "mostrar el legado de los filmes desde un punto de vista moderno y pol¨ªticamente correcto". Es decir, adi¨®s al sexismo y al racismo de Bond, algo que, advierte The Guardian, es "como un museo de historia natural sin f¨®siles".

007 Elements recuerda a la guarida de algunos de los grandes villanos de la serie, como Blofeld. Situado en S?lden, en los Alpes austriacos, cerca de una de las estaciones de esqu¨ª m¨¢s famosas del Tirol, el edificio se sit¨²a en la cumbre de una monta?a, a 3.048 metros sobre el nivel del mar, cerca de donde se film¨® Spectre. Callow ha incentivado esa similitud, para que asemeje a parte de un decorado antes que a un museo al uso; y probablemente para eso le contrataron: ha sido el director art¨ªstico de los filmes protagonizados por Daniel Craig. Tanto el edificio como el restaurante adyacente, Ice Q, son obra del arquitecto Johann Obermoser, y las obras han durado solo un a?o. Seg¨²n los periodistas brit¨¢nicos que accedieron al museo la semana pasada, la visita, que cuesta 54 euros (incluye el telesilla desde el aparcamiento en la falda de la monta?a), no ocupa m¨¢s de una hora de recorrido.

En el vest¨ªbulo un v¨ªdeo del director Sam Mendes recibe a los visitantes y en las salas se analizan y muestran gadgets, personajes y hasta las melod¨ªas que acompa?an a 007. Pero nada de sus chicas. Y ah¨ª es donde se ha borrado parte de las caracter¨ªsticas del personaje. Seg¨²n Callow, "los tiempos han cambiado, y adem¨¢s nuestro recorrido da un panorama general hist¨®rico, no entra en tanto detalle". As¨ª, no hay rastro del famoso di¨¢logo de Octopussy, pel¨ªcula que se desarrolla en la India, cuando Bond ¡ªaqu¨ª con el rostro de Roger Moore¡ª empieza a guardarse sus ganancias del casino en un bolsillo, y a un hind¨² le da algunos fajos mientras dice: "Keep you in curry for a few weeks, won¡¯t it?", un racista juego de palabras en el que altera la per¨ªfrasis verbal con el curry, la mezcla de especies picantes habituales en la cocina asi¨¢tica. O se olvidan de un Sean Connery maquillado como japon¨¦s en Solo se vive dos veces. O de Agente 007 contra Dr. No, la primera pel¨ªcula, cuando Bond le dice a un contacto de la CIA, un pescador negro en Jamaica, que le busque los zapatos mientras ¨¦l se va con Ursula Andress. Tampoco hay ni una referencia a su modo de comportarse con las mujeres, a las que a veces ha conquistado con unos modales m¨¢s que violentos. Queda un Bond que para bien o para mal no es Bond.

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