En la plaza de Las Ventas, con Iv¨¢n Fandi?o en el recuerdo
Fortes, Lorenzo y Gald¨®s, sin opciones ante flojos y descastados toros de Boh¨®rquez
A las siete y cinco minutos de la tarde, justo al finalizar el pase¨ªllo, en la plaza de toros de Las Ventas se hizo el silencio. Los toreros, desmonterados; el p¨²blico, en pie. Un minuto de mutismo sepulcral y emociones contenidas para rendir tributo a Iv¨¢n Fandi?o, h¨¦roe y artista, muerto en las astas de un toro, justo hace un a?o, en el coso franc¨¦s de Aire sur l¡¯Adour. Un a?o ya sin Fandi?o. Parece mentira.
Pero no fue el ¨²nico homenaje de la tarde en honor y recuerdo del torero de Ordu?a. Dos de sus compa?eros, Fortes y ?lvaro Lorenzo, brindaron uno de sus respectivos toros al cielo. Y seguro que ambos, y tambi¨¦n el tercer integrante de la terna, Joaqu¨ªn Gald¨®s, se vistieron de toreros con la idea de homenajear a su compa?ero con muleta y espada. No pudo ser. Y es que, al final, ese minuto de silencio inicial en recuerdo de Iv¨¢n Fandi?o fue, sin duda, lo m¨¢s emotivo y destacable de la tarde.
Los culpables de tan pobre espect¨¢culo fueron, sobre todo, los toros de Ferm¨ªn Boh¨®rquez. Hab¨ªa cierta expectaci¨®n por ver lidiar a pie una corrida con este hierro, habitual en los festejos de rejoneo. Pero la expectaci¨®n se torn¨® en total decepci¨®n conforme fueron saliendo, uno a uno, por chiqueros los seis astados enlotados. ?Qu¨¦ corrida m¨¢s blanda y descastada, Dios m¨ªo! Un verdadero fraude para todos aquellos aficionados deseosos de regresar a casa repletos de emoci¨®n. Eso s¨ª, pese al insufrible juego de los toros de Boh¨®rquez, el mayor culpable de tan lamentable espect¨¢culo fue el presidente Justo Polo. Sin inmutarse, e ignorando las sonoras y reiteradas protestas de los aficionados, el us¨ªa mantuvo en el ruedo varios inv¨¢lidos y no los devolvi¨®, como merec¨ªan, a los corrales.
BOH?RQUEZ / FORTES, LORENZO, GALD?S
Toros de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, correctamente presentados (salvo el cuarto), nobles, flojos y descastados. Algunos, como primero y cuarto, inv¨¢lidos.
Fortes: pinchazo y estocada corta (silencio); bajonazo (silencio).
?lvaro Lorenzo: estocada baja y trasera (silencio); pinchazo y estocada algo desprendida (silencio).
Joaqu¨ªn Gald¨®s: estocada ligeramente desprendida y atravesada (palmas y sale a saludar); tres pinchazos y seis descabellos (silencio).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo 17 de junio. Menos de un cuarto de entrada (8.874 espectadores, seg¨²n la empresa). Se guard¨® un minuto de silencio en memoria de Iv¨¢n Fandi?o en el primer aniversario de su cornada mortal.
Y as¨ª pas¨®; luego, los toreros no tuvieron la m¨¢s m¨ªnima opci¨®n de lucimiento. Fortes, que qued¨® in¨¦dito, fue el m¨¢s perjudicado por la afrenta presidencial. Sus dos toros fueron exactamente iguales: tan nobles como inv¨¢lidos. Dos animales a los que apenas se pic¨® y que, a¨²n as¨ª, llegaron al ¨²ltimo tercio absolutamente desfondados, como borrachos. Cansado de que sus oponentes perdieran las manos, y entre los gritos de enfado e indignaci¨®n de los espectadores, el torero malague?o no tuvo m¨¢s remedio que tirar por la calle de en medio y tomar la espada.
Dentro del desastre ganadero hubo dos ejemplares, tercero y quinto, que, a pesar de su innata soser¨ªa, al menos tuvieron algo de movilidad. En el pa¨ªs de los ciegos, el tuerto es el rey. Frente a ellos, ni ?lvaro Lorenzo, ni Joaqu¨ªn Gald¨®s lograron decir nada. El primero, que nada pudo hacer ante el blando y descastado segundo, no se acopl¨® en ning¨²n momento al quinto, perdi¨® pasos reiteradamente y no lig¨® dos muletazos seguidos.
Y peor fue lo de Gald¨®s. El peruano no s¨®lo se mostr¨® acelerado y mec¨¢nico con su primer enemigo, sino que en un ejercicio de pasmoso ventajismo, se dedic¨® a citar siempre fuera de cacho y a retrasar la pierna contraria, descargando la suerte. Adem¨¢s, tras pinchar en tres ocasiones al sexto, desisti¨® en su obligaci¨®n de matar al toro con el estoque y recurri¨® al descabello. ?Qu¨¦ falta de ambici¨®n y torer¨ªa!
Babelia
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