El salto feminista de la novela negra: ?realidad u oportunidad perdida?
El g¨¦nero que mejor refleja la realidad siempre ha pecado de machista. Ahora se encuentra entre los lentos avances y la repetici¨®n de estereotipos
La novela negra en Espa?a vive tiempos agitados. Term¨®metro del mundo que retrata, el g¨¦nero literario m¨¢s realista refleja antes que ning¨²n otro los avances y miserias de la sociedad. La Semana Negra de Gij¨®n, una de las grandes citas anuales en la materia, ha pasado de no tener ninguna mujer entre los finalistas de sus cinco premios en 2016 a 10 en 2018, pero en su palmar¨¦s solo hay una mujer que ha ganado el Dashiell Hammett en 31 a?os. Oportunidad perdida o avance lento pero imparable, varias de las finalistas y otras escritoras describen para EL PA?S el estado de la cuesti¨®n.
¡°El g¨¦nero est¨¢ cambiando porque hay mujeres j¨®venes que tienen mucho ¨¦xito. Tambi¨¦n el estereotipo ha cambiado y los personajes tienen nuevos roles. Pero es verdad que las mujeres tienen que ser m¨¢s duras para llegar al mismo sitio que los hombres. Hay un plus de visibilidad: tienes que demostrar que puedes ser como los dem¨¢s¡±, comenta Alicia Gim¨¦nez Bartlett, que optaba al principal premio del festival con una nueva entrega de la serie de Petra Delicado, detective de la Polic¨ªa Nacional que empez¨® su carrera literaria hace m¨¢s de 20 a?os, cuando no exist¨ªan ese tipo de personajes.
¡°?Crees que solo se ha dado un premio a una mujer en 31 a?os porque no hay talento?¡±. La pregunta ret¨®rica la lanzaba Mabel Lozano, ganadora del premio de no ficci¨®n por El proxeneta, una escalofriante radiograf¨ªa del negocio de la prostituci¨®n en Espa?a. ¡°Es necesario que estemos en la construcci¨®n del relato p¨²blico porque es la ¨²nica manera de que salgan ciertos temas, pero tampoco vale el alegato del s¨ª porque s¨ª¡±, a?ade.
La sociedad evoluciona y con ella el g¨¦nero negro pero no a la velocidad deseada. ¡°Empieza a cambiar la percepci¨®n, pero las estructuras siguen siendo masculinas. Las mujeres somos ya grandes lectoras, hay tremendas escritoras, pero las estructuras en general siguen sin querer representar el mundo¡±, asegura Berna Gonz¨¢lez Harbour, tambi¨¦n finalista este a?o con Las l¨¢grimas de Claire Jones. ¡°Se trata m¨¢s bien de saber mirar. Yo como editora veo que mi selecci¨®n est¨¢ desequilibrada. ?Tengo un sesgo negativo? En absoluto, pero la oferta que me llega est¨¢ completamente descompensada. Hay que neutralizar esa deficiencia hist¨®rica del sector. Descubrir voces y maneras nuevas de mirar. La cultura tiene que estar pegada a lo que ocurre en la sociedad y no quedarse en su torre de marfil¡±, asegura Claudia Casanova, finalista del premio a mejor novela hist¨®rica y editora en ?tico de los libros.
Nadie cree que nos encontremos ya en la situaci¨®n que llev¨®, por ejemplo, a J.K. Rowling a firmar con iniciales para tener un p¨²blico m¨¢s amplio y la ficci¨®n negrocriminal tiene ejemplos de sobra en Espa?a y fuera de escritoras que han triunfado. La evoluci¨®n es evidente y se ve tambi¨¦n en la Semana Negra, que en su primera edici¨®n en 1988 cont¨® con una ¨²nica mujer, Lourdes Ortiz, invitada al festival.
Cuantas m¨¢s propuestas plurales de mujeres haya, m¨¢s cerca estaremos de romper estos estereotipos Ana Penyas
Ahora bien, como en el resto de la literatura, las mujeres est¨¢n muy presentes en tanto que lectoras, editoras y escritoras pero el g¨¦nero negro empieza ahora a quitarse de encima esa representaci¨®n de la mujer como v¨ªctima o estereotipo. ¡°Cuando lees a Chandler ves personajes masculinos que te encantan pero hay algunos femeninos que dices:? 'qu¨¦ es esto¡¯ y ah¨ª hemos llegado nosotras para dar realismo, otro punto de vista¡±, reflexiona Laura Gomara, finalista del premio a la mejor primera novela. Gonz¨¢lez- Harbour se lamenta, por su parte, de que eso no se est¨¦ aprovechando del todo: ¡°Las autoras somos vers¨¢tiles y sus personajes tambi¨¦n. La novela negra hoy es mucho m¨¢s rica. ?Qu¨¦ hace falta? La ambici¨®n de querer representar el mundo real, no el mundo de los hombres¡±.
Autora de la novela gr¨¢fica Estamos todas bien, Ana Penyas ha pasado por Gij¨®n para hablar de la subjetividad femenina y es quien apunta m¨¢s lejos: ¡°No basta con que las mujeres empiecen a a narrarse a ellas mismas porque una mujer lo puede hacer tambi¨¦n con las claves del patriarcado. Pero cada vez m¨¢s mujeres se est¨¢n cuestionando esta mirada. Cuantas m¨¢s propuestas plurales de mujeres haya, m¨¢s cerca estaremos de romper estos estereotipos. Obviamente yo creo que tambi¨¦n los hombres lo pueden hacer, pero la puerta de entrada tiene que ser de las mujeres que crean y que est¨¢n menos manchadas por esa visi¨®n masculina de la mujer¡±.
Dos reflexiones completan el marco y configuran un principio de acci¨®n. Ana Longoni, responsable de actividades p¨²blicas del Reina Sof¨ªa, cr¨ªtica y escritora, matiza: ¡°No hay que feminizar, hay que feministizar. Hay que descolonizar las mentes para revelar lo que est¨¢ ah¨ª y no vemos¡±. Y Liliana Scliar, otra de las finalistas, ampl¨ªa el foco: ¡°Somos las mujeres las que tenemos que saber y entender que ese lugar hay que ocuparlo y esto tiene que hacerse no solo en la literatura¡±. Para ello, quiz¨¢s nada mejor que el g¨¦nero negro, siempre que no deje pasar la oportunidad.
Mejor sin ayudas
?Son las cuotas una soluci¨®n? El sentir general es de rechazo porque la literatura se defiende sola, la escriba quien la escriba. "No es cuesti¨®n de cuotas, es cuesti¨®n de que nos lean. Todav¨ªa hay hombres que te dicen: no leo novelas de mujeres porque no me interesan. Es necesario que nos leamos todos entre nosotros y demos los premios con independencia de si somos mujeres u hombres", apunta Gomara para dar paso a un asunto esencial: qui¨¦n elige a los premiados. A ra¨ªz de la pol¨¦mica de 2016, la Semana Negra incluy¨® m¨¢s mujeres en los jurados y el efecto es evidente. Sin embargo, y eso es otra historia, en estos premios ha habido mucho ombliguismo. "Gij¨®n es Gij¨®n. Es un reducto que tiene unas reglas y hay que aceptarlas", zanja Gim¨¦nez Bartlett.
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