Los Habichuela s¨ª que saben darse un buen homenaje
Los 60 a?os como guitarrista de Pepe Carmona re¨²nen en el escenario a los Ketama y a los Morente en Granada
Lo mismo que alguna gente sabe dar una buena fiesta, los Habichuela -es decir, los Carmona?- saben dar un buen homenaje. Te convocan a las 21.30 y no te sueltan hasta casi la una de la madrugada. La tarde del s¨¢bado era el momento en el que los Carmona quer¨ªan celebrar los 60 a?os como guitarrista flamenco de Pepe Habichuela. Y para eso reunieron a todas las estirpes flamencas de Granada. All¨ª estaban los Habichuela al completo y los Morente, con Estrella, Sole¨¢ y Kiki. Dos familias bien flamencas del Albaic¨ªn. Y all¨ª estaban tambi¨¦n los Heredia y los Maya, otras dos familias igualmente flamencas del Sacromonte. Los del Albaic¨ªn m¨¢s del cante; los del Sacromonte m¨¢s del baile. Y entre medias, Miguel R¨ªos, un rockero que sabe ponerse flamenco cuando toca.
Las tres horas de espect¨¢culo homenaje ofrecieron mucho flamenco y algunas sorpresas en forma de anticipos y revisiones. El anticipo, sin duda, la vuelta de los Ketama, de nuevo juntos en un escenario tantos a?os despu¨¦s y a apenas dos meses del arranque, tambi¨¦n en Granada, de la nueva gira de su reencuentro. La revisi¨®n lleg¨® de la mano de Miguel R¨ªos y sus Cantares de Antonio Machado y Joan Manuel Serrat. El rockero granadino record¨® que 25 a?os atr¨¢s hab¨ªa cantado la canci¨®n del ¡°Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar¡¡± en un programa de televisi¨®n junto a Enrique Morente y con Pepe Habichuela a la guitarra. Este s¨¢bado de finales de 2018, Miguel R¨ªos segu¨ªa all¨ª, en perfecto estado de revista, para cantarla con la siguiente generaci¨®n de los flamencos. A la guitarra, Josemi Carmona, hijo de Pepe, y acompa?ando al rockero, Kiki Morente, tambi¨¦n hijo de Enrique. El resultado, precioso, emocion¨® a la platea.
A los Habichuela les gusta organizar homenajes y, s¨ª, son buenos en ello. Hace algo m¨¢s de 22 a?os, en febrero de 1996, se celebr¨® en Granada un homenaje a Juan Habichuela, hermano de Pepe y tambi¨¦n guitarrista. Entonces fueron dos jornadas. Hace poco m¨¢s de un a?o, el circo Price de Madrid fue sede de tres d¨ªas de homenaje a Pepe. Los Habichuela no se conforman con un rato. El c¨ªrculo se cierra ahora en Granada, con un concierto a sesi¨®n ¨²nica y en el que han estado muchos de los que le acompa?aron en 2017 en Madrid. Pero si algo caracteriza a este de ahora es que, quiz¨¢ por las familias convocadas, ha sido m¨¢s ortodoxamente flamenco y, sobre todo, ha resultado genuinamente grana¨ªno. Arriba y abajo del escenario. Arriba, con casi 40 artistas de las diferentes estirpes flamencas de la ciudad. Abajo, en el p¨²blico, con 2.000 granainos y granainas aplaudi¨¦ndolo todo.
El homenaje arranc¨® con dos piezas a cargo del guitarrista homenajeado, de 74 a?os. En la segunda, la voz grabada e inconfundible del maestro Enrique Morente acompa?¨® al Habichuela en un fandango que llen¨® de emoci¨®n y aplausos el recinto. Tras ¨¦l, Miguel R¨ªos salt¨® al escenario para convertir en jazz su rockera Boabdil el Chico (se va al norte) y se despidi¨® con su Cantares flamenco junto a Kiki Morente y Josemi Carmona. Con R¨ªos ya fuera de escena lleg¨® el flamenco. Josemi y Juan Habichuela a la guitarra le tocaron a los Morentes chicos, Kiki y Sole¨¢, y a otros de los que siguieron. Dos hermanos Maya y Alba Heredia pusieron el baile que resultaron quiz¨¢ excesivamente largos. Y encarando la recta final del espect¨¢culo, lleg¨® el reencuentro de Ketama. Aunque solo fuera por una canci¨®n, un suspiro de tres minutos, all¨ª estaban de nuevo en escena Antonio, Juan y Josemi Carmona que, como un mensaje a la audiencia, eligieron para la reuni¨®n su canci¨®n Vivir¨¦.
Muchos fueron los Habichuela que se subieron a partir de ah¨ª a escena. Entre ellos, el guitarrista Juan Habichuela, sobrino nieto del homenajeado y llamado a mantener el estatus de los Habichuela como grandes guitarristas. Y hacia el final de la funci¨®n, a¨²n faltaba la Morente grande, Estrella. Tambi¨¦n ella quiso homenajear a su t¨ªo Pepe. Y lo consigui¨® con la perfecci¨®n y el gusto que ¨²ltimamente le acompa?a en sus actuaciones.
El fin de fiesta puso sobre el escenario a las m¨¢s de 40 personas de todas las familias flamencas all¨ª presentes. A ritmo de un villancico flamenco capaz de prolongarse lo que hiciera falta, la fiesta amenazaba con no terminar. Unos entraban y otros sal¨ªan a bailar y la funci¨®n daba signos de no tener hora de finalizaci¨®n. Pod¨ªa ser en diez minutos o dos horas despu¨¦s. Con la salida al centro del escenario de Pepe Habichuela ¨Cque no estaba muy animado a bailar?¨C y su esposa, el espect¨¢culo finaliz¨® cuando deb¨ªa, tres horas despu¨¦s de su arranque. Mientras sal¨ªan los ¨²ltimos espectadores, del interior de los camerinos se o¨ªa la juerga flamenca. Con al menos cuatro familias flamencas al completo all¨ª dentro, es solo una suposici¨®n pensar que ya la habr¨¢n terminado.
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