Buena reacci¨®n qu¨ªmica

Al revisar Melod¨ªas de Broadway 1955 (1953) de Vincente Minnelli, una estrategia formal se impone al placer nost¨¢lgico: la capacidad de Fred Astaire para estilizar gestos cotidianos logra que algunos de los n¨²meros musicales de la pel¨ªcula se hayan iniciado mucho antes de que al espectador le resulte evidente. Ocurre, sobre todo, en la danza nocturna en Central Park entre el actor y Cyd Charisse. Es fascinante apreciar c¨®mo Astaire y Charisse ya estaban bailando mucho antes de bailar: en la coreograf¨ªa de sus gestos m¨ªnimos, en su paseo en calesa, en su deambular casual por el parque¡­ Salvando todas las distancias, en La boda de mi ex, segundo largometraje de un Victor Levin que ya dio una impronta europea y sofisticada a la comedia rom¨¢ntica en su ¨®pera prima De 5 a 7 (2014), Winona Ryder y Keanu Reeves empiezan, por llamarlo de alg¨²n modo, a bailar desde el minuto 1, cuando a¨²n no resulta evidente que lo que estamos contemplando es un sinuoso juego de seducci¨®n y cuando todav¨ªa no ha quedado de manifiesto cu¨¢l es el juego de s¨ªntesis narrativa que propone el cineasta.

Una discusi¨®n ante la puerta de embarque de un vuelo local abre la pel¨ªcula: dos personajes con fobia social discuten antes de descubrir que se dirigen a un destino com¨²n, la boda de la expareja sentimental de ella, que no es otro que el hermanastro de ¨¦l. A Levin solo le interesa la tensa dial¨¦ctica entre estos dos sujetos que acabar¨¢n encontr¨¢ndose en una misma visi¨®n, desafecta, del mundo: el resto de personajes solo ser¨¢n presencias a fondo de plano, aunque unos di¨¢logos afilados y sin temor al alambicamiento ser¨¢n capaces de evocar todo un an¨®malo entorno familiar. El resultado es una l¨²cida miniatura elevada por la perfecta qu¨ªmica entre los dos actores.