Mariana Enriquez convoca a la Oscuridad para iluminar la historia argentina
La escritora ha jugado en esta novela de casi 700 p¨¢ginas a ser excesiva, adem¨¢s de aut¨¦ntica, y logra transformar lo siniestro en una forma de poes¨ªa
Una afortunada combinaci¨®n de man¨ªas, gustos personal¨ªsimos e inteligencia cr¨ªtica han colocado a Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) en un lugar privilegiado de la nueva narrativa en espa?ol, en verdad influyente. De sus libros aparecidos en Espa?a, que incluyen novelas y un maravilloso ensayo vindicativo de la escritora Silvina Ocampo, La hermana menor, destacan sobre todo las colecciones de relatos Las cosas que perdimos en el fuego (2016) y Los peligros de fumar en la cama (2017), donde brillan n¨ªtidos estos elementos aparentemente dispares, pero que en su obra permean con naturalidad. En primer lugar, Enriquez engrandece la literatura de terror al hacerla inseparable de una dimensi¨®n social, pero tambi¨¦n evita una lectura convencional de la literatura pol¨ªtica al desplazarla a un lugar no estrictamente realista, al quicio entre dos territorios, uno hist¨®rico y otro, si se quiere, enso?ado. Sus personajes se mueven siempre en estas dos dimensiones que se potencian mutuamente y tensan sus vulnerabilidades; tambi¨¦n por el doble fondo de la clase social a la que pertenecen (a Enriquez le encantan los personajes desclasados); o por sentirse inseguros de su lugar en el mundo (tambi¨¦n insiste en protagonistas adolescentes en momentos de aprendizaje). Otro de los niveles de la autora, y estoy tentado de repetir ¡°dimensiones¡±, con toda la ambig¨¹edad de la palabra, es el fruto de su estilo ¨¢gil y despojado, inconfundible por saber transformar lo siniestro en una forma de poes¨ªa. De buena poes¨ªa sin afectaci¨®n.
Nuestra parte de noche, reciente Premio Herralde de Novela, es su novela m¨¢s ambiciosa y brillante. En ella, la historia de una peculiar herencia sobrenatural, la capacidad de convocar a la Oscuridad, una deidad caprichosa y primitiva, sirve a Enriquez para iluminar diferentes episodios de la historia argentina, desde las desapariciones durante los a?os de la Junta Militar hasta la traici¨®n a la democracia durante la inflaci¨®n de los a?os noventa del pasado siglo. Esta ¡°parte de noche¡± que s¨®lo pueden manejar, e imperfectamente, Juan y su hijo Gaspar, protagonistas de la novela, otorga la capacidad de transmigrar la conciencia de un cuerpo a otro y ser¨¢ el elemento que congregue a la Orden, una sociedad secreta con or¨ªgenes en la Europa de mediados del siglo XIX, en pleno auge teos¨®fico, y continuada despu¨¦s por dos familias de clase alta emigradas a Argentina. La fuerza oscura ser¨¢ el detonante de una lucha familiar por el poder, pero tambi¨¦n de las relaciones de amistad y protecci¨®n de Juan y Gaspar con otros personajes secundarios, tratados por Enriquez siempre con una riqu¨ªsima vibraci¨®n real.
Pero al igual que en sus cuentos, Mariana Enriquez no se limita al homenaje entusiasta de las convenciones de la narrativa de terror: casas encantadas, pandillas de ni?os que cruzan ¡°al otro lado¡±, elegidos que padecen su don¡ Aunque este es su terreno predilecto, y lo utiliza con maestr¨ªa, cada elemento incide en situaciones universales de la narrativa de cualquier tiempo y, por supuesto, est¨¢n m¨¢s all¨¢ de cualquier subg¨¦nero literario: las complejas relaciones familiares, las tensiones del poder y, quiz¨¢ ante todo, el indeterminado espacio ps¨ªquico entre el miedo y el deseo. Para Enriquez es primordial el an¨¢lisis de estas pasiones ambiguas y, en cierto sentido, puede decirse que le es natural una lectura rom¨¢ntica de la realidad; rom¨¢ntica porque est¨¢ cargada de misterios y proyecciones inconscientes que desmontan nuestras jerarqu¨ªas ¡°objetivas¡±.
Con sus largos cap¨ªtulos, sus saltos temporales y cambios de voz, Nuestra parte de noche es a veces un roadbook, otras, una saga familiar o un notable ejercicio de ficci¨®n antropol¨®gica acerca de las religiones antiguas, pero tambi¨¦n una novela generacional de adolescentes¡ y hasta una cr¨®nica ajustada de los primeros pasos para recuperar la memoria de los desaparecidos por la dictadura militar. Cada cap¨ªtulo funciona casi como una nouvelle exenta, pero la novela no es una acumulaci¨®n de relatos alargados, ni siquiera una posible saga, sino un libro con su propio tempo y una singular riqueza estructural. Como siempre en una novela, el resultado es m¨¢s que la suma de sus partes: los personajes se aquilatan, la riqueza imaginativa de las tramas se concentra y el lector agradece una convivencia de alta intensidad durante casi 700 p¨¢ginas.
Pero esto no impide la sensaci¨®n de que a esta larga novela le hubiera venido bien la poda de detalles anecd¨®ticos, puramente informativos, e incluso de algunos momentos que bordean el pastiche. Por ejemplo, el cap¨ªtulo que narra el pasado ingl¨¦s de los padres de Juan y su mujer y protectora, Rosario: algunos de los momentos m¨¢s intensos de terror de la novela, y de gran escritura po¨¦tica, con sus ¡°bosques de manos¡± y ¡°campos de torsos¡±, se diluyen en la reconstrucci¨®n gratuita del Londres de los a?os sesenta: Swingin¡¯ London, psicodelia, glam¡, gui?os musicales incluidos. O los episodios finales dedicados al Buenos Aires de los a?os noventa: sida, pandillas juveniles, punk¡ La proliferaci¨®n de detalles generacionales difumina la habilidad de Enriquez para tensar sus imaginativas tramas y despista del desenlace maestro de la novela. Pero es que Enriquez ha jugado a ser excesiva, adem¨¢s de aut¨¦ntica. Y a hacerlo con parsimonia, ralentizando la lectura. Pero si uno acepta el pacto con este tiempo lento (que tambi¨¦n es pol¨ªtico) y con la alegre gratuidad de una escritura por encima de cualquier convenci¨®n, es mucho lo que Nuestra parte de noche puede darnos.
COMPRA ONLINE 'NUESTRA PARTE DE NOCHE'
Autor: Mariana Enriquez.
Editorial: Anagrama (2019).
Formato: tapa blanda y versi¨®n Kindle (680 p¨¢ginas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.