La sospecha de un robo empa?a una gran donaci¨®n borgeana

Las huellas de Jorge Luis Borges se ramifican por todo el mundo. En Argentina, las m¨¢s visibles est¨¢n entre los muros de su fundaci¨®n, creada por su viuda y heredera, Mar¨ªa Kodama. All¨ª se encuentra su biblioteca personal, un museo en el que se recrea su dormitorio, fotograf¨ªas y objetos muy queridos por Borges. Pero la mayor¨ªa de manuscritos y cuadernos de trabajo del mejor escritor argentino de la historia no est¨¢n en manos de Kodama, sino repartidos en distintas colecciones de gran valor dentro y fuera del pa¨ªs sudamericano. El farmac¨¦utico Alejandro Roemmers ofreci¨® donar al Estado una de las m¨¢s importantes y la idea entusiasm¨® al presidente electo, Alberto Fern¨¢ndez. Anunci¨® que sus m¨¢s de 6.000 libros y manuscritos servir¨¢n para crear "el Museo Borges en homenaje al hombre m¨¢s grande en las letras que ha tenido nuestro pa¨ªs". Pero Kodama dinamit¨® el proyecto con una dura acusaci¨®n: "Son robados".

El presunto hurto se remonta a 1986, tras la muerte de Borges en Suiza. Kodama sostiene que Epifan¨ªa ?veda, Fanny, quien fue la empleada dom¨¦stica del escritor durante tres d¨¦cadas, vaci¨® el altillo de la casa de Borges y se llev¨® "objetos personales, manuscritos, documentos y distinciones". "No hubo una denuncia. En su momento lo hab¨ªamos preparado todo pero Kodama decidi¨® no hacerlo", detalla su abogado, Fernando Soto. Asegura que recuperaron el rastro del material robado al verlo exhibido en distintos lugares y cita objetos como su pasaporte o unas dagas que le hab¨ªa regalado la Universidad de Texas.

La cuestionada colecci¨®n borgeana fue iniciada hace medio siglo por el escritor Alejandro Vaccaro, autor de varias biograf¨ªas sobre el autor de El Aleph. "Es muy importante. Sobre todo lo que tiene son muchas primeras ediciones, recrea esa biblioteca m¨ªtica de Borges de los libros que le gustaban al comprar ediciones cl¨¢sicas, tiene todas las traducciones aparecidas, mucha memorabilia, una hemeroteca incre¨ªble en un estado excepcional con Sur, Caras y caretas, infinidad de archivo de todo lo que sali¨® en el mundo sobre Borges. Y aparte tiene los originales de las revistas europeas de vanguardia donde Borges empieza a escribir y algunos manuscritos de los poemarios de la primera ¨¦poca", describen a d¨²o los investigadores de la Biblioteca Nacional Germ¨¢n ?lvarez y Laura Rosato, exhaustivos conocedores del m¨¦todo de trabajo del escritor y al frente del Centro de documentaci¨®n Borges.

Cuando Alberto Manguel fue convocado por Mauricio Macri para dirigir la Biblioteca Nacional se puso entre los objetivos conseguir algunos de los codiciados manuscritos borgeanos. "Demasiados tesoros literarios argentinos est¨¢n ahora en el extranjero en lugar de hallarse en nuestra Biblioteca Nacional", se lamentaba Manguel. Logr¨® que un grupo de donantes comprase y cediese a la instituci¨®n la enorme biblioteca de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo y aspiraba a repetir la f¨®rmula con material borgeano atesorado por libreros como V¨ªctor Aizenmann.

Vaccaro encontr¨® al donante para su colecci¨®n: Roemmers. Lo convenci¨® adem¨¢s para que la ampliase con la compra de una quincena de manuscritos de cuentos de Borges de la d¨¦cada de los cuarenta. En 2017 comenzaron las negociaciones con la Biblioteca Nacional con el objetivo de integrar ese material al Centro de documentaci¨®n Borges proyectado en la antigua sede de la instituci¨®n. Pero el acuerdo naufrag¨® por la progresiva reducci¨®n de presupuesto y la paralizaci¨®n de las obras para restaurar el edificio que debe albergarlo.

"Tiene goteras por todos lados, est¨¢ muy deteriorado. La idea era que nosotros instal¨¢bamos la donaci¨®n ah¨ª, pero que el gobierno se compromet¨ªa a refaccionar el edificio. Ah¨ª Avelluto nos minti¨®", declar¨® Vaccaro al portal web Infobae, en referencia al entonces ministro y actual secretario de Cultura Pablo Avelluto. La antigua sede de la Biblioteca Nacional est¨¢ hoy cerrada al p¨²blico debido a su mal estado, aunque es constante la peregrinaci¨®n de admiradores de Borges, que desean conocer el lugar donde escribi¨® y tradujo mientras dirig¨ªa la instituci¨®n.

Con el nuevo Gobierno, Roemmers ha reflotado la idea de la donaci¨®n y la mantiene pese a las acusaciones de Kodama. "Es una cosa absurda lo que est¨¢ diciendo", responde el empresario farmac¨¦utico y poeta. Fuentes conocedoras de la colecci¨®n consideran que la procedencia fraudulenta alcanza a algunos objetos personales de Borges, no a los manuscritos y revistas.

El objetivo de Roemmers es poner todo el material en un lugar abierto al p¨²blico general, a turistas e investigadores. De concretarse, se desconoce si ser¨¢ un nuevo proyecto al margen de todo lo existente o si se retomar¨¢ la idea de integrarlo a la Biblioteca Nacional.

"Est¨¢ bien que se quiera abrir un Museo Borges pero ya hay un Museo Borges", se?ala Soto, en referencia al creado y gestionado por Kodama sin subvenciones estatales. "Cada uno hace lo que quiere y nadie respeta nada; este pa¨ªs es as¨ª", apunt¨® Kodama en declaraciones a la agencia NA.

Manguel destacaba que los manuscritos, anotaciones y cuadernos de trabajo de Borges eran "documentos esenciales de la memoria nacional". A 33 a?os de la muerte del genial escritor, se mantiene como una memoria fragmentada.