El ¡®Adagio para cuerda¡¯ de Barber, una genialidad convertida en himno f¨²nebre
La pieza con la que se homenajea cada d¨ªa a los fallecidos por el coronavirus en la Puerta del Sol fue creada en 1936 y eclips¨® toda la obra de su autor
¡°Acabo de terminar el movimiento lento de mi cuarteto hoy, ?es un golpe de gracia!¡±. Con esta emoci¨®n le comunicaba por carta el estadounidense Samuel Barber a su amigo el violonchelista Orlando Cole, el 19 de septiembre de 1936, desde la localidad austriaca de St. Wolfgang, a las afueras de Salzburgo, que hab¨ªa compuesto una pieza que ya sab¨ªa era genial, redonda. Un adagio que, con los a?os, eclips¨® el resto de su obra por la popularidad que alcanz¨® y de la que el ¨²ltimo ejemplo de su uso es a las 12.00 de cada ma?ana, en la ahora solitaria Puerta de Sol de Madrid, en se?al de duelo decretad...
¡°Acabo de terminar el movimiento lento de mi cuarteto hoy, ?es un golpe de gracia!¡±. Con esta emoci¨®n le comunicaba por carta el estadounidense Samuel Barber a su amigo el violonchelista Orlando Cole, el 19 de septiembre de 1936, desde la localidad austriaca de St. Wolfgang, a las afueras de Salzburgo, que hab¨ªa compuesto una pieza que ya sab¨ªa era genial, redonda. Un adagio que, con los a?os, eclips¨® el resto de su obra por la popularidad que alcanz¨® y de la que el ¨²ltimo ejemplo de su uso es a las 12.00 de cada ma?ana, en la ahora solitaria Puerta de Sol de Madrid, en se?al de duelo decretada por la Comunidad de Madrid por los fallecidos de coronavirus.
El Adagio for Strings de Samuel Barber (1910-1981) ¡°es una composici¨®n temprana¡±, dice Pablo L. Rodr¨ªguez, cr¨ªtico de m¨²sica cl¨¢sica de EL PA?S. ¡°El joven Barber cre¨® esta pieza inicialmente para un cuarteto, pero el segundo movimiento tuvo tan buena acogida, no como el resto de la obra, que lo sac¨® aparte y lo retoc¨®¡±.
Barber envi¨® la partitura de su Adagio al que era entonces la gran figura de la direcci¨®n de orquestas, Arturo Toscanini, que se la devolvi¨® al poco y sin ning¨²n comentario, un gesto que su autor tom¨® como un desprecio. En realidad, ¡°Toscanini ten¨ªa una memoria tan prodigiosa que se hab¨ªa aprendido los casi ocho minutos de composici¨®n¡±, a?ade Rodr¨ªguez. As¨ª se lo hizo saber a Barber para aclarar las cosas. El italiano la estren¨® por fin en Nueva York, en una grabaci¨®n radiof¨®nica, el 5 de noviembre de 1938. Fue un ¨¦xito, a partir de ah¨ª la llev¨® de gira en su repertorio.
¡°Hasta entonces, Barber, que fue un prodigio, era un desconocido, iba a la contra de la tendencia, ¨¦l era un neorrom¨¢ntico, un bicho raro y en su pa¨ªs hab¨ªa otros m¨²sicos en boga¡±, explica Rodr¨ªguez. Sin embargo, el tono dram¨¢tico de su Adagio empez¨® a asociarse con lo que pasaba en el mundo, como la Segunda Guerra Mundial. ¡°Cuando, en realidad, la pieza estaba relacionada con el amor, con el patetismo del amor juvenil¡±.
La muerte de Roosevelt
Dio igual. Su melod¨ªa melanc¨®lica acompa?¨® el anuncio por radio del fallecimiento del presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. A?os despu¨¦s, con la noticia del asesinato de John F. Kennedy. Fue la m¨²sica para acompa?ar tragedias como el recuerdo a los asesinados el 11-S en una ceremonia oficiada en Londres pocos d¨ªas despu¨¦s los atentados que a¨²n recuerda Rodr¨ªguez. ¡°Escucharlo en ese momento te dejaba destrozado¡±.
El cr¨ªtico de EL PA?S subraya que la clave del ¨¦xito del Adagio est¨¢ en que ¡°todo suena sincero, sin pretensiones ni adornos superfluos¡±, y recuerda en este sentido que, en 1982, la BBC ¡°pidi¨® a un grupo de compositores que explicase por qu¨¦ era tan emotiva esta pieza¡±. La respuesta fue ¡°por su sinceridad¡±.
¡°La pieza estaba relacionada con el patetismo del amor juvenil¡±, dice Pablo L. Rodr¨ªguez, cr¨ªtico de cl¨¢sica de EL PA?S
Un dictamen que lleg¨® meses despu¨¦s del fallecimiento de Barber, quien, como le ha ocurrido a otros artistas, tuvo una relaci¨®n de amor odio con la pieza por la que es mundialmente conocido. El Adagio catapult¨® a un compositor hasta entonces ignorado, pero con el tiempo sepult¨® el resto de su producci¨®n. ¡°Tiene obras muy estimables, ¨®peras, un concierto para viol¨ªn, otro para piano, dos sinfon¨ªas¡ pero lleg¨® un momento en que le produc¨ªa frustraci¨®n que solo le conociesen por el Adagio¡±, a?ade Rodr¨ªguez, que recuerda c¨®mo Barber, cuando le suced¨ªa esto, le dec¨ªa a su interlocutor: ¡°Pero puede escuchar mis obras posteriores¡±.
La sociedad de masas traslado este sonido ic¨®nico a anuncios televisivos, series, el cine¡ Especialmente recordado es su uso en Platoon (1986), la pel¨ªcula sobre la guerra de Vietnam que dirigi¨® Oliver Stone. El realizador us¨® el cl¨ªmax del Adagio para subrayar la heroica muerte, brazos en alto al cielo, del sargento El¨ªas, interpretado por Willem Dafoe. Seis a?os antes, la tristeza del Adagio hab¨ªa formado parte de la banda sonora de El hombre elefante, de David Lynch.
Con las innumerables interpretaciones que ha habido de esta m¨²sica, Rodr¨ªguez advierte de que ¡°es f¨¢cil tocarla mal, porque hay muchas versiones que se ceban en lo pat¨¦tico¡±. Ma?ana volver¨¢ a tocar a difuntos en la Puerta del Sol.