Cervantes
Todos jurar¨ªan o prometer¨ªan haber le¨ªdo el Quijote y ser¨ªa este asunto de gran concordia entre la clase pol¨ªtica. Y el que de verdad lo hubiera le¨ªdo, m¨¢s placer hallar¨ªa que aquel que mintiera
Tuve un sue?o inspirado por el mism¨ªsimo Miguel de Cervantes, en el que me era dado contemplar un cambio misterioso en la liturgia con que se adorna el acto de posesi¨®n de diputado a cortes. En vez de jurar o prometer la constituci¨®n espa?ola de 1978, se juraba o se promet¨ªa haber le¨ªdo el Quijote. En ese instante me despert¨¦. Eran las seis de la madrugada y pens¨¦ ¡°el confinamiento me est¨¢ volviendo loco¡±. Noche cerrada y carretera vac¨ªa en el balc¨®n de mi dormitorio. Y mi edici¨®n del Quijote abierta encima de la cama.
Dormir al lado de semejante libro no puede ser bueno. Cinco a?os se ...
Tuve un sue?o inspirado por el mism¨ªsimo Miguel de Cervantes, en el que me era dado contemplar un cambio misterioso en la liturgia con que se adorna el acto de posesi¨®n de diputado a cortes. En vez de jurar o prometer la constituci¨®n espa?ola de 1978, se juraba o se promet¨ªa haber le¨ªdo el Quijote. En ese instante me despert¨¦. Eran las seis de la madrugada y pens¨¦ ¡°el confinamiento me est¨¢ volviendo loco¡±. Noche cerrada y carretera vac¨ªa en el balc¨®n de mi dormitorio. Y mi edici¨®n del Quijote abierta encima de la cama.
Dormir al lado de semejante libro no puede ser bueno. Cinco a?os se tir¨® Cervantes preso en Argel, sin wifi y sin caf¨¦ con leche. Cinco semanas llevo yo en arresto domiciliario. Vino la frase que estaba temiendo que viniera ¡°la libertad, Sancho, es uno de los m¨¢s preciosos dones que a los hombres dieron los cielos¡±. Todos jurar¨ªan o prometer¨ªan haber le¨ªdo el Quijote y ser¨ªa este asunto de gran concordia entre la clase pol¨ªtica. Y el que de verdad lo hubiera le¨ªdo, m¨¢s placer hallar¨ªa que aquel que mintiera. Pero aquel que mintiera, y prometiera o jurara en falso, no dormir¨ªa en paz, como yo ahora mismo, que no duermo en paz, porque me persigue la lengua de Cervantes. Horror de la noche del confinado. Un viaje al supermercado de vez en cuando en donde me repito como letan¨ªa ¡°don Miguel, durante cinco a?os, ni este menester le fue concedido por sus custodios malos¡±.
Cervantes es un estado venenoso de la lengua castellana. Ya lo dijo la poeta Luisa Castro hace pocos d¨ªas en este peri¨®dico. Y aquellos diputados que prometieran o juraran en falso, sin duda pensar¨ªan que la reparaci¨®n de la mentira ser¨ªa sencilla. Con lo cual, en noches como esta, ver¨ªamos a un noble batall¨®n de diputados de la izquierda y la derecha y a¨²n del independentismo pernoctando en la amable selva cervantina. El independentismo con buenos ojos viera mudanza de jurar la constituci¨®n por la ejemplar novela de Cervantes.
Ay, que todos los diputados del parlamento entonces se convertir¨ªan en lectores de Cervantes, hecho que cambiar¨ªa sus vidas, y ser¨ªan ¨¦stas entregadas a la prudencia, a la duda, a un sentido de la libertad que no termina ni con el buen gobierno de la rep¨²blica y ni siquiera con la muerte, tristeza que a todos nos ha de acontecer, si bien a aquellos que en Cervantes nos hicimos seres humanos con m¨¢s auxilios en el ¨²ltimo momento habremos de vernos. Puro veneno del castellano antiguo.
Noche compleja del confinamiento donde la libertad se ha marchado, y con ella la vida tambi¨¦n. Doy la luz y all¨ª est¨¢ la inmortal novela cervantina. Y apago la luz, y el libro a¨²n queda un rato iluminando la oscuridad, y con su brillo viejo mantiene viva la libertad del mundo, y si no la del mundo, al menos la de mi coraz¨®n, a¨²n enamorado de la vida que se fue.