Angustia tuve en mi coraz¨®n
Joachim Lafosse, siempre fiel a los traumas familiares, abandona los hogares de la Europa del bienestar para componer un ins¨®lito w¨¦stern por el Este
En la maravillosa El hombre que pudo reinar (1975), pel¨ªcula de aventuras adultas de John Huston, basada en un relato de Rudyard Kipling, sus fascinantes personajes, dos exsoldados brit¨¢nicos vividores, list¨ªsimos e incautos, se adentraban en una regi¨®n desconocida de Asia con un objetivo prodigioso e inconcebible: convertirse en reyes de Kafirist¨¢n.
Siglo y medio despu¨¦s, aunque con semejante ingenuidad, los protagonistas de la pel¨ªcula belga Continuar, una madre que apenas roza los 40 y su hijo ya en la veintena de edad, viajan por parajes igual de inh¨®spitos en la vecin...
En la maravillosa El hombre que pudo reinar (1975), pel¨ªcula de aventuras adultas de John Huston, basada en un relato de Rudyard Kipling, sus fascinantes personajes, dos exsoldados brit¨¢nicos vividores, list¨ªsimos e incautos, se adentraban en una regi¨®n desconocida de Asia con un objetivo prodigioso e inconcebible: convertirse en reyes de Kafirist¨¢n.
Siglo y medio despu¨¦s, aunque con semejante ingenuidad, los protagonistas de la pel¨ªcula belga Continuar, una madre que apenas roza los 40 y su hijo ya en la veintena de edad, viajan por parajes igual de inh¨®spitos en la vecina Kirguist¨¢n con un prop¨®sito mucho menos prosaico pero quiz¨¢ m¨¢s cerca a¨²n de lo imposible: redefinir su destruida relaci¨®n materno-filial. Joachim Lafosse, siempre fiel a los traumas familiares desde las soberbias Perder la raz¨®n (2012) y Despu¨¦s de nosotros (2016), abandona los hogares de la Europa del bienestar y las particularidades del drama social para componer un ins¨®lito w¨¦stern por el Este donde tan importante es el paisaje f¨ªsico como el paisaje interior, el del alma torturada del ser humano.
Basada en una novela del franc¨¦s Laurent Mauvignier publicada en 2016, Continuar no tiene un comienzo al uso ni una presentaci¨®n de personajes convencional: empieza con ellos ya en medio de ninguna parte a lomos de dos caballos, rodeados de desierto, hierbajos y fealdad y con el cielo amenazando la ca¨ªda sobre sus cabezas. Poco o nada se sabe de qu¨¦ les ha llevado all¨ª, y apenas algo m¨¢s se va a saber a lo largo de la historia, deliberadamente cr¨ªptica pero siempre interesante, salvo que hay un padre ausente en lo corporal y muy presente en lo emocional, y que sus sucesivos encuentros con los lugare?os otorgar¨¢n el necesario contraste entre civilizaciones.
Lafosse despliega su talento en lo visual y en lo sonoro en dos apartados concretos. Primero, con la profundidad de campo, amplia cuando le interesa el triunfo del espacio y de la naturaleza sobre la peque?ez del hombre y de la mujer, y muy reducida cuando lo que est¨¢ mostrando son las interioridades de sus criaturas. Y segundo, con la utilizaci¨®n de la m¨²sica, muy puntual, y un instante revelador: el momento en que las notas barrocas de la cantata de Bach Gran angustia tuve en mi coraz¨®n, que suenan en la imaginaci¨®n y el ser de la madre, se rompen por medio de un hachazo de montaje visual y sonoro con la m¨²sica electr¨®nica de after salida del iPod del hijo.
El director belga quiz¨¢ baje un escal¨®n de calidad respecto de sus dos mejores obras, antes citadas, pero contin¨²a proyectando una carrera de enorme coherencia alrededor de la familia burguesa occidental como angustioso meollo. Y esta vez sali¨¦ndose, como ya hizo en la compleja y cr¨ªtica Los caballeros blancos (2015), de su habitual escenario central: el campo de batalla del sal¨®n de una casa, no precisamente de Kafirist¨¢n.
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Direcci¨®n: Joachim Lafosse.
Int¨¦rpretes: Virginie Efira, Kacey Mottet Klein, Diego Mart¨ªn, Damira Ripert.
Plataforma: Filmin.
G¨¦nero: drama. Francia, 2018.
Duraci¨®n: 84 minutos.