La cultura se convierte en la nueva guerra de Crimea
Ucrania sanciona a varias instituciones art¨ªsticas rusas, como el Hermitage o el Museo Pushkin, por actuar en la pen¨ªnsula anexionada sin consultar a Kiev

El museo del Hermitage de San Petersburgo, el Pushkin de Bellas Artes de Mosc¨² y la Sociedad Geogr¨¢fica junto con varios institutos de la Academia de Ciencias, han sido incluidos por Ucrania en la lista negra de instituciones sancionadas por sus actuaciones en Crimea, la pen¨ªnsula que Mosc¨² se anexion¨® en 2014.
En un decreto firmado el 14 de mayo, el presidente, Volod¨ªmir Zelenski, castiga a 377 personas f¨ªsicas y 235 entidades jur¨ªdicas rusas a no poder ejercer actividades ni tener cuentas ni realizar transacciones econ¨®micas, ni intercambios cient¨ªficos con instituciones ucranianas. Sancionados por el plazo de tres a?os est¨¢n astilleros, f¨¢bricas militares y civiles, compa?¨ªas de construcci¨®n, emisoras de radio y cadenas de televisi¨®n, que en parte ven renovadas sanciones anteriores. Tambi¨¦n, la Universidad Estatal Lomon¨®sov de Mosc¨² y otras universidades.
Estas sanciones, que se aplican en el territorio de Ucrania, suponen la medida de mayor envergadura adoptada por Kiev en relaci¨®n a instituciones culturales rusas. Al Ministerio de Exteriores ucranio corresponde intentar persuadir a los socios extranjeros para que sigan el ejemplo, se?ala desde Kiev una fuente involucrada en la confecci¨®n de la lista de sancionados.
Los motivos de las sanciones, objeto de informes espec¨ªficos, no est¨¢n explicados p¨²blicamente, pero ¡ªen lo que a museos e institutos de la Academia de Ciencias de Rusia se refiere¡ª la raz¨®n, en la mayor¨ªa de los casos, es la realizaci¨®n de excavaciones arqueol¨®gicas sin permiso de Kiev.
El Hermitage excavaba en Crimea antes de 2014 y ha seguido haci¨¦ndolo despu¨¦s, se?ala por tel¨¦fono el arque¨®logo Alexandr Dzhanov, del complejo de museos Santa Sof¨ªa de Kiev. Las fortalezas genovesas de la Crimea constitu¨ªan un departamento espec¨ªfico de esta entidad, encargada de preservar el patrimonio nacional de Ucrania.

En cuanto a la Sociedad Geogr¨¢fica de Rusia (SGR), se trata de una organizaci¨®n p¨²blica presidida por el ministro de Defensa, Sergu¨¦i Shoig¨². La SGR ha restaurado una bater¨ªa militar del siglo XIX en Sebastopol y, en el entorno resultante, Putin celebr¨® el pasado marzo el 6 aniversario de la ¡°incorporaci¨®n¡± de Crimea a Rusia. El jefe del Estado es presidente de la junta directiva de la SGR, a la que pertenecen tambi¨¦n altos cargos de su administraci¨®n y extranjeros como el pr¨ªncipe Alberto de M¨®naco.
La SGR incorpor¨® a Italia a sus planes para Crimea en abril de 2019, cuando lleg¨® a un acuerdo con la organizaci¨®n Italia Nostra (que trabaja en la preservaci¨®n del patrimonio cultural italiano) para estudiar las fortalezas en la pen¨ªnsula, dentro del proyecto Fortificaciones genovesas en el mundo, coordinado por el profesor Giovanni Spalla. El objetivo es incluir esos complejos en la lista del patrimonio cultural de la humanidad de la Unesco a trav¨¦s de la cooperaci¨®n transfronteriza.
Para la comunidad internacional, Crimea es oficialmente territorio de Ucrania. En las p¨¢ginas oficiales de la Unesco, en el apartado dedicado a ese pa¨ªs, figuran a¨²n los dos proyectos sobre las fortalezas genovesas que Kiev incluy¨® en las listas de tentativas para el estatus de patrimonio cultural de la humanidad. El primer proyecto, fechado en 2007, hace referencia a la fortificaci¨®n de Sudak, y el segundo, de 2010, a los centros comerciales y fortificaciones de las rutas comerciales genovesas en el Mediterr¨¢neo y el mar Negro. El proyecto ruso-italiano se solapa con los ucranianos, pero act¨²a como si estos jam¨¢s hubieran existido.
A fines de septiembre de 2019 Spalla, en representaci¨®n de Italia Nostra, y la historiadora Stefania Zini, en calidad de jefa de la comisi¨®n de etnolog¨ªa de la SGR, dieron una conferencia de prensa en el Ministerio de Exteriores de Rusia antes de emprender un viaje de exploraci¨®n por las fortalezas de Crimea. Spalla insist¨ªa en que el proyecto era cultural y al margen de lo pol¨ªtico. ¡±Esperamos que ayude a resolver el conflicto¡±, afirmaba entonces.
Entre las ideas del equipo ruso-italiano est¨¢ el convertir los monumentos genoveses de Crimea en ¡°clusters tur¨ªsticos¡±, explic¨® Zini el pasado diciembre en la SGR en Mosc¨². Pero las sanciones internacionales contra Rusia por la anexi¨®n impiden hoy programar cruceros tur¨ªsticos en Crimea, que adem¨¢s est¨¢ muy militarizada.
Las sanciones afectan tambi¨¦n a la compa?¨ªa Terra de Vor¨®nezh, otro de los participantes en el acuerdo con Italia Nostra, entidad esta que no ha sido sancionada. ¡°Ya le llegar¨¢ el turno, vamos despacio porque no tenemos muchos recursos¡±, manifest¨® la fuente ucraniana desde Kiev.
La colaboraci¨®n con Rusia en Crimea plantea dilemas engorrosos a los estudiosos extranjeros, parte de los cuales siguen trabajando con Ucrania sin acceso al terreno y parte, como Spalla, trabajan con Rusia y se arriesgan a ser incluidos en las sanciones. En G¨¦nova, donde reside Spalla, se encuentra tambi¨¦n el profesor Paolo Stringa, director de la fundaci¨®n Alte Vie. Por encargo de Ucrania, Stringa trabaja en la confecci¨®n del dosier para la inclusi¨®n definitiva de las fortalezas de Crimea en el patrimonio de la humanidad de la Unesco.
La anexi¨®n de Crimea ha dividido el colectivo de arque¨®logos ucranianos. Unos se han adaptado a las condiciones rusas y trabajan sobre el terreno y otros lo hacen bajo la ¨¦gida de Kiev. ¡°Los arque¨®logos del Hermitage fueron nuestros colegas. Trabajaron con nosotros durante muchos a?os. Ahora tienen las manos libres. Saben donde est¨¢n las cosas buenas y cavan ah¨ª¡±, afirma Nelia Kukovalska, la directora del complejo muse¨ªstico de Santa Sof¨ªa de Kiev, del cual dependen las fortalezas de Crimea.
El Hermitage hace excavaciones en la fortaleza de Sudak, una construcci¨®n medieval donde se superponen los estratos de distintas civilizaciones, desde el siglo VI por lo menos. ¡°Es mejor que excave el Hermitage, porque lo har¨¢ profesionalmente, que dejar las fortalezas en manos de los incompetentes funcionarios locales ego¨ªstas¡±, manifestaba Alexandr Dzhanov. ¡°El gran peligro para los monumentos es que esos ¡°funcionarios locales se asocien con extranjeros deseosos de hacer negocio¡±, sentenciaba el arque¨®logo.
La normativa por la que se rige la Unesco establece que, en caso de conflicto, el pa¨ªs que controla un territorio de hecho responde por el buen estado del patrimonio cultural. En 2015, ya bajo control ruso, se derrumb¨® una de las torres de la fortificaci¨®n de Sudak y en 2016 se hicieron "trabajos no profesionales para repararla¡±, afirma Kukovalska, que acusa a los rusos de haber restaurado de forma chapucera el palacio de los janes en Bajchisar¨¢i, en Crimea.
Las sanciones congelan todav¨ªa m¨¢s la colaboraci¨®n ruso-ucraniana en el terreno cultural y en su contra se ha pronunciado Oleksandr Roytburd, director del Museo de Bellas Artes de Odesa. ¡°?Qu¨¦ da?o infligimos al agresor con esta irracional renuncia a capas enteras de la herencia cl¨¢sica mundial?¡±, ha dicho, refiri¨¦ndose a las sanciones contra el Hermitage.
Adem¨¢s de controlar el territorio, Rusia tiene m¨¢s recursos materiales que Ucrania para la conservaci¨®n y mantenimiento de los monumentos. En Kiev, Eveline Kravchenko, que fue secretaria de la Asociaci¨®n de Arqueolog¨ªa en Crimea antes de la anexi¨®n, afirma haber rechazado una sustancial oferta para que accediera a reeditar sus investigaciones con los nombres de los ¡°colegas rusos¡± por delante del suyo.
En su sistem¨¢tico empe?o por borrar la anexi¨®n de la memoria colectiva, Rusia se atrevi¨® en 2019 a presentar en una cumbre de la Unesco un folleto oficial donde se atribu¨ªa como propio el complejo de Herson¨¦s, que figura en la lista ucraniana de bienes culturales patrimonio de la Humanidad de la misma Unesco.
La huella de los mercaderes
En su estrategia para ganar apoyos en Europa tras la anexi¨®n de Crimea, Putin ha reforzado el v¨ªnculo con Roma a trav¨¦s de la presencia italiana en la pen¨ªnsula. En septiembre de 2015, tras reunirse en Crimea con el exjefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, el presidente ruso promulg¨® un decreto que inclu¨ªa a los italianos entre los ¡°pueblos represaliados¡± por Stalin. De este modo, el l¨ªder ruso correg¨ªa otro decreto promulgado en abril de 2014, donde no figuraban los italianos. Se calcula que antes de la segunda Guerra Mundial, hab¨ªa en Crimea hasta 1.500 italianos, y que varios centenares fueron deportados a Asia Central cuando los alemanes fueron rechazados en Kerch. En 2014, en Crimea viv¨ªan 77 italianos de un total de 2,2 millones de personas.
En las costas del mar Negro y del mar de Azov, los mercaderes y navegantes genoveses dejaron su huella en forma de fortalezas y conjuntos fortificados, como Kaffa, Soldaia (Sudak), Cembalo, Jerson, Lusta o Gurzuv. En las ruinas de la costa sur de Crimea, en gran parte por explorar, se superponen los estratos de los diversos pueblos que se asentaron en el litoral.
Tras la conquista de Crimea por el imperio ruso a fines del siglo XVIII, los italianos volvieron a aquel territorio y en el estrecho de Kerch se form¨® una activa colonia de comerciantes de trigo, empresarios agr¨ªcolas y exiliados pol¨ªticos.
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