El ¡®Sant Jordi¡¯ del 23 de julio ser¨¢ con cita previa
Con el traslado de la cita el sector espera recuperar un 20% de la facturaci¨®n aunque habr¨¢ un tercio de las paradas habituales
La castigada celebraci¨®n del 23 de abril por el coronavirus dej¨® la facturaci¨®n del evento m¨¢s importante del sector del libro en Catalu?a entre el 15% y el 20% respecto de las cifras de un Sant Jordi normal. Debido al confinamiento, las librer¨ªas solo pudieron vender este a?o online y no se celebr¨® la gran fiesta callejera de tenderetes y firmas de autores. La necesidad de recuperar ingresos y dar salida a las novedades atrapadas en imprentas y almacenes llev¨® a la C¨¢mara del Libro de Catalu?a...
La castigada celebraci¨®n del 23 de abril por el coronavirus dej¨® la facturaci¨®n del evento m¨¢s importante del sector del libro en Catalu?a entre el 15% y el 20% respecto de las cifras de un Sant Jordi normal. Debido al confinamiento, las librer¨ªas solo pudieron vender este a?o online y no se celebr¨® la gran fiesta callejera de tenderetes y firmas de autores. La necesidad de recuperar ingresos y dar salida a las novedades atrapadas en imprentas y almacenes llev¨® a la C¨¢mara del Libro de Catalu?a y al Gremio de Floristas a reprogramar el 23 de julio la cita. Sin embargo, las medidas de distancia social impiden las tradicionales aglomeraciones que abarrotan las calles catalanas en esa jornada.
La compleja ecuaci¨®n se resolver¨¢ con que el 23 de julio solo habr¨¢ un tercio de las paradas habituales en las calles. La argucia es que la jornada se ha bautizado oficialmente como ¡°el d¨ªa del libro y de la rosa¡±, reduci¨¦ndola as¨ª a una convocatoria estrictamente profesional y quit¨¢ndole la connotaci¨®n de Sant Jordi, patr¨®n de Catalunya desde 1456, lo que permit¨ªa que hubiera en la v¨ªa p¨²blica puestos de partidos pol¨ªticos, entidades de todo tipo y de estudiantes de fin de curso.
La estrategia ser¨¢ especialmente visible en Barcelona, donde se calcula que, bajo este formato, solo haya entre 250 y 300 paradas de libros, lejos del millar que suele otorgar el Consistorio, seg¨²n los organizadores. La pol¨ªtica de reducci¨®n afectar¨¢ tambi¨¦n a los autores: firmar¨¢n solos y no por grupos, en mesas m¨¢s amplias que permitan mayor distancia con sus lectores y con una duraci¨®n mayor a la hora habitual para compensar las incomodidades de las medidas. Ello conllevar¨¢ que, excepcionalmente, la fiesta se pueda alargar hasta la medianoche.
Entre las decisiones que probablemente acabar¨¢ adoptando el sector, y que se ultiman estos d¨ªas, estar¨¢ la de que los lectores deban pedir cita previa para las firmas, con un m¨¢ximo de una treintena de personas. Esa cifra ser¨¢ m¨¢s estricta en la zona de mayor concentraci¨®n, un espacio que en Barcelona comprende las calles de Rambla de Catalunya, paseo de Gr¨¤cia, La Rambla (1,2 millones de personas pasan por ella durante la jornada normalmente, seg¨²n la Guardia Urbana) y paseo de San Juan. All¨ª se baraja que en las anchas zonas centrales se concentre la oferta de las librer¨ªas pr¨®ximas, en ¨¢reas delimitadas con vallas, controles de entrada, gel hidroalcoh¨®lico y guantes. Las carpas, tanto por razones sanitarias, como por la bajada de ingresos de las librer¨ªas y la propuesta de que los escritores no firmen a la vez, est¨¢n casi descartadas.
Quiz¨¢ para compensar las molestias ¡ªagravadas por el estado de alarma terrorista que mantiene Barcelona en una escala de 4 sobre 5 desde el atentado de La Rambla en agosto de 2017,¡ª los compradores gozar¨¢n del tradicional 10% de descuento, que se har¨¢ no sin cierta discusi¨®n en el sector: hay partidarios de no realizarlo dada la crisis econ¨®mica, un argumento por el que ya no se aplic¨® el 23 de abril.
Los c¨¢lculos m¨¢s optimistas apuntan a que se recupere otro 20% de la facturaci¨®n de un Sant Jordi cl¨¢sico. El que no se celebre en la fecha tradicional y que el 23 de julio est¨¦ ya tan entrado el verano convierten en una inc¨®gnita el ¨¦xito de la convocatoria.