Mar¨ªa Le¨®n: ¡°Soy una gata de campo¡±
La actriz interpreta a una enferma de c¨¢ncer comi¨¦ndose la vida a bocados en 'La lista de los deseos', el primer estreno con alfombra roja desde el confinamiento
Es uno de esos d¨ªas de fuego que seca las venas y derrite el asfalto. De esos que eligen los mun¨ªcipes para abrir aceras, cerrar socavones o acometer cualquier obr¨®n que conlleve tanto polvo como estruendo. As¨ª, en una de esas plazuelas castizas tan apetecibles en este Madrid sin turistas si no fuera por el estr¨¦pito de un martillo neum¨¢tico, irrumpe Mar¨ªa cual aparici¨®n mariana. Gasta una camisa blanca suelt¨ªsima sobre top y short min¨²sculos, dos ojos como dos fluorescentes y una pelambrera rubichi que se atusa cada 20 segundos. Decir que parece una cr¨ªa de instituto es echarle ...
Es uno de esos d¨ªas de fuego que seca las venas y derrite el asfalto. De esos que eligen los mun¨ªcipes para abrir aceras, cerrar socavones o acometer cualquier obr¨®n que conlleve tanto polvo como estruendo. As¨ª, en una de esas plazuelas castizas tan apetecibles en este Madrid sin turistas si no fuera por el estr¨¦pito de un martillo neum¨¢tico, irrumpe Mar¨ªa cual aparici¨®n mariana. Gasta una camisa blanca suelt¨ªsima sobre top y short min¨²sculos, dos ojos como dos fluorescentes y una pelambrera rubichi que se atusa cada 20 segundos. Decir que parece una cr¨ªa de instituto es echarle a?os. En cuanto abre la boca se acaba el espejismo.
Pasar de pelo cort¨ªsimo a largo es un trance dif¨ªcil. ?C¨®mo lo lleva?
Pues mira, lo estoy logrando. La ¨²nica manera es ir llev¨¢ndolo a favor de tu personalidad. Con el confinamiento, me lo he ido cortando yo. Dejarlo a su libre albedr¨ªo es de la ¨²nica manera que he conseguido que crezca. Siempre le estamos llevando la contraria.
Pues parece usted lib¨¦rrima.
Intento, pero no es f¨¢cil porque entramos en rueda, en din¨¢mica, como los borregos al redil ?Que se llevan las camisas blancas? Pues todos con camisa blanca.
?Como la que lleva puesta?
?Ves? tendemos todos a seguir una tendencia, pero yo intento siempre ir a la contra por car¨¢cter. A veces me ha salido bien y otras, fatal, pero el que no arriesga tampoco gana. Yo intento arriesgar para conocer y siempre salgo perdiendo. No expongo a nadie: me expongo yo porque creo que tengo libertad para errar y no juzgarme. Me gusta equivocarme.
?Tiene heridas de guerra?
Much¨ªsimas.
?En el coraz¨®n, en el cuerpo?
En todas partes, sobre todo en las rodillas. Tengo las piernas se?aladas, pero sigo viviendo y arriesgando. Me gusta vivir, arriesgar. No pensar que nada est¨¢ definido. Me gusta la libertad, no solo ver las cosas que van a comp¨¢s de mi forma de ser y sentir, sino tambi¨¦n de lo que no. Me gusta ver, observar y decidir.
?Los golpes se buscan o se encuentran?
Las hostias me las doy sola. La vida me las da, pero soy yo quien me expongo a que me las d¨¦. Yo me las guiso y me las como, pero las llevo con orgullo. Cada herida va componi¨¦ndote y definiendo tus pasos y tu forma de caminar.
?Le importa la opini¨®n ajena?
Siempre y nunca. Me gusta escucharla, pero luego yo tengo la m¨ªa propia. Las cr¨ªticas no me afectan. Las escucho e intento hacerlas constructivas. Me ocupan, pero no me preocupan.
Le encantan los juegos de palabras.
S¨ª, uso much¨ªsimos recursos, y tiro mucho de las coplas. En mi casa se ha escuchado mucho flamenco, pero yo he salido coplera. Me encantan, sobre todo las antiguas: en las letras hay un mensaje y siguen siendo muy actuales. La de Un clavel, por ejemplo. Esc¨²chala. Habla de una mujer lesbiana y el clavel a la orilla de su boca es justo lo que est¨¢s pensando.
CAMALE?NICA LE?N
De Mar¨ªa Le¨®n (Sevilla, 35 a?os) impresiona la capacidad de adaptaci¨®n al personaje m¨¢s fuerte partiendo de un f¨ªsico menudo y delicado. El ¨²ltimo, una mujer enferma que se bebe la vida a morro en 'La lista de los deseos', primer estreno espa?ol tras el confinamiento, donde Le¨®n comparte protagonismo con Victoria Abril y Cristina Alonso.
?C¨®mo vamos de ego?
De ego fatal. Tengo el justo y necesario para sobrevivir en una profesi¨®n en la que trabajamos con uno mismo, pero tengo poco, por suerte. Me gusta mucho mirar para fuera, mirar lo que veo, cuidar. Soy muy disfrutona con lo que hay alrededor, entonces me olvido. Intento olvidarme de m¨ª
?Monta?ita rusa emocional?
No, pero, no s¨¦ si por el hecho de ser andaluza, me cuesta la tristeza. Digamos que sobrevivo a base de alegr¨ªa y cuando me toca estar mal lo paso fatal porque no s¨¦ estar en una vibra baja.
?No sabe estar triste?
No. Me enfado mucho conmigo. Creo que ese es un armario que tengo. Mi armario es la risa. Con la risa sobrevivo, pero dentro de ese armario hay tristeza y otras cosas que no me gusta ense?ar.
Pues parece la m¨¢s desinhibida de la fiesta. ?Qu¨¦ le da verg¨¹enza?
La poca humanidad. Me da much¨ªsima verg¨¹enza y lo paso mal. Me apuro mucho con el otro. Te voy a poner un ejemplo: la chica que me hace las u?as, Lucerito, una persona maravillosa con la que llevo muchos a?os, vino un d¨ªa a casa por la noche a hac¨¦rmelas como un favor despu¨¦s de estar ella desde las cinco de la madrugada trabajando. Yo ve¨ªa que el dibujito que me estaba haciendo no me gustaba, pero, en vez de dec¨ªrselo, la ve¨ªa hacerlo con tanto esmero, estando tan cansada, que le dije: ¡®Te como la cara¡¯. Y, claro, me hizo el dibujo en todas las u?as. No s¨¦ mandar, ni quejarme. Ese es mi problema. Ah¨ª tengo yo la verg¨¹enza.
Bueno: yo cuando m¨¢s ordeno la casa es el d¨ªa que viene la asistenta.
Exacto. A m¨ª me pasa tambi¨¦n eso, porque me ocupo, porque quiero, porque me pongo en el lugar del otro. Mi madre siempre dice: ¡®Mi hija lo ve todo y no hay que ver tanto, hay que ver menos¡¯. Porque voy como empatizando con el mundo, ?no?
?Y eso la hace sufrir?
S¨ª. Me desgasta. Adelanto acontecimientos. Voy viviendo por delante y tengo que ralentizar. Hay que estar en el aqu¨ª y el ahora.
?Y de usted, cu¨¢nto se ocupa?
No todo lo que debiera. Trabajo para no abandonarme. Hago terapia para estar conmigo porque me engolosino con el mundo.
?Terapia... de terapia?
S¨ª. Me gustan tanto el mundo y los otros que me desvivo, me engolosino como una ni?a en la feria y a veces tengo que decirme: ¡®Uy, si estoy yo aqu¨ª¡¯. Y busco ayuda.
Me da que es dif¨ªcil de domar.
Imposible. Yo soy un gato. Una gata de campo. Me gusta ir descalza, ara?arme, olisquear, mancharme para despu¨¦s ducharme¡ Soy muy animal, hasta me he tatuado esa palabra. A veces no quiero ser femenina, que lo soy, pero hay veces que soy brut¨ªsima. Me gusta m¨¢s relacionarme como se relacionan los animales m¨¢s que los humanos. Me relaciono m¨¢s por olfato, por intuici¨®n. Creo que ahora, con esto de no tocarnos, vamos a guiarnos mucho m¨¢s por el instinto, hasta a la hora de ligar.
Vamos, que no se quiere perder nada en la vida.
No me gustar¨ªa.
?C¨®mo va el balance a los 35?
Bien, me voy retirando de cosas porque ya las he vivido. Hay que vivir, saber elegir y decidir. Lo malo es cuando uno vive y no decide. Yo ya, con la edad que tengo, ya he vivido, las piernas las tengo hechas polvo, me he rapado, me he dejado el pelo largo, me he tatuado¡ Todo. Ahora voy eligiendo. Antes eleg¨ªa hacer m¨¢s y ahora voy eligiendo hacer menos. Conforme se presenta el verano, lo que quiero es estar con mi familia. F¨ªjate qu¨¦ cosa m¨¢s b¨¢sica: yo, con flamenco, comer y mi familia cerca, ya estoy feliz.
?Y de lo otro?
?Sexo? Eso es imprescindible. En la vida hay que gozar. Disfrutando uno y dejando que disfruten los dem¨¢s. Es lo que nos vamos a llevar. Qu¨¦ dif¨ªcil es defender y qu¨¦ f¨¢cil criticar. Yo me voy a lo dif¨ªcil: defiendo y no juzgo.