Codicia y sexo de ricos

En Espa?a apenas se practica la alta comedia protagonizada por personajes ricos. Quiz¨¢ porque en realidad hay pocos, nadie los conoce muy bien y los guionistas prefieren escribir de lo que saben. O puede que tambi¨¦n por esa maldita obsesi¨®n del cine contempor¨¢neo patrio por buscar a toda costa el poder identificador del espectador, y con gente a la que se le caen los billetes siempre resulta complicado identificarse, obviando el grandioso ¨¦xito de la alta comedia en tiempos de penuria econ¨®mica en no pocas zonas del mundo y de la historia. Por ello la llegada de una pel¨ªcula como ...

En Espa?a apenas se practica la alta comedia protagonizada por personajes ricos. Quiz¨¢ porque en realidad hay pocos, nadie los conoce muy bien y los guionistas prefieren escribir de lo que saben. O puede que tambi¨¦n por esa maldita obsesi¨®n del cine contempor¨¢neo patrio por buscar a toda costa el poder identificador del espectador, y con gente a la que se le caen los billetes siempre resulta complicado identificarse, obviando el grandioso ¨¦xito de la alta comedia en tiempos de penuria econ¨®mica en no pocas zonas del mundo y de la historia. Por ello la llegada de una pel¨ªcula como La maldici¨®n del guapo, coproducci¨®n hispanoargentina dirigida por Beda Docampo Feij¨®o, tiene algo de singular, de atrevimiento, pues sus referentes no est¨¢n tanto en la cotidianidad de la masa que somos (casi) todos sino en mitos como Atrapa a un ladr¨®n y Charada. Eso s¨ª, asunto distinto son los resultados.

Los ladrones de guante blanco, las dobles y hasta triples personalidades, la belleza, los enga?os y la inteligencia de las actitudes y de los personajes evocan aquellos guiones hist¨®ricos, donde la codicia y la comedia sexi sin sexo eran dominantes, pero Docampo Feij¨®o, tambi¨¦n escritor, ha trabajado los di¨¢logos hasta un punto exagerado.

¡ªMe preocupa este hecho.

¡ªDijo un fil¨®sofo que no hay hecho, sino interpretaci¨®n en los hechos.

No es solo un caso escogido a vuelapluma. La pel¨ªcula est¨¢ cargada de di¨¢logos as¨ª, y los int¨¦rpretes, claro, no tienen m¨¢s remedio que declamarlos casi con un arqueo de ceja m¨¢s que decirlos, porque resultan complicados incluso de expresar. Suerte que son buenos o muy buenos y, desde el protagonista Gonzalo de Castro hasta el ¨²ltimo de los actores y actrices, todos salen vivos del ejercicio de riesgo.

Por supuesto que hay alg¨²n momento divertido, los menos, e incluso alguna frase de altura, pero las raciones no est¨¢n bien calculadas y finalmente el tono adquiere matices un tanto cargantes. Sobre todo, cuando se llega a la conclusi¨®n de que la trama de los diamantes, los enga?os y el dinero, de pel¨ªcula de estafadores entre El golpe y Nueve reinas, tampoco da el suficiente juego.