Superpoderes africanos

Cuesta creer que se pueda hacer una pel¨ªcula alegre y hasta optimista sobre una ni?a enferma terminal de c¨¢ncer. La peque?a pel¨ªcula keniata Supa Modo lo logra con una sencillez aplastante. La historia, con ecos de aquella declaraci¨®n de amor al cine que firm¨® en 2008 Michel Gondry en Rebobine, por favor, es la de una cr¨ªa de nueve a?os obsesionada con las pel¨ªculas de karate y superh¨¦roes. Frente a ella, su madre y hermana, dos mujeres abocadas a una tragedia a la que se enfrentan de formas dispares. La madre, sobre la que recae el peso dram¨¢tico de la pel¨ªcula, es la matrona de...

Cuesta creer que se pueda hacer una pel¨ªcula alegre y hasta optimista sobre una ni?a enferma terminal de c¨¢ncer. La peque?a pel¨ªcula keniata Supa Modo lo logra con una sencillez aplastante. La historia, con ecos de aquella declaraci¨®n de amor al cine que firm¨® en 2008 Michel Gondry en Rebobine, por favor, es la de una cr¨ªa de nueve a?os obsesionada con las pel¨ªculas de karate y superh¨¦roes. Frente a ella, su madre y hermana, dos mujeres abocadas a una tragedia a la que se enfrentan de formas dispares. La madre, sobre la que recae el peso dram¨¢tico de la pel¨ªcula, es la matrona de la aldea, una viuda endurecida por la desgracia. La hija mayor, a¨²n so?adora, se empe?a en convertir los ¨²ltimos meses de vida de su hermana en una farsa en la que la ni?a pueda realizar sus sue?os de protagonizar una historieta de s¨²perheroina..

Dirigida por el keniata Likarion Wainaina, nacido en Mosc¨² en 1987 y residente en Nairobi, donde ha desarrollado una carrera de director teatral, actor y realizador de televisi¨®n, Supa Modo es una coproducci¨®n con Alemania enmarcada en una serie de proyectos destinados a desarrollar las ideas de nuevos cineastas africanos. Dialogada con esa r¨ªtmica mezcla de ingl¨¦s, kiswahili, sheng y kikuyu propia de Kenia, la mirada jovial de Wainaina ejemplifica la actitud luchadora de una cultura acostumbrada a sobreponerse con ingenio de la adversidad. Como la capa de super hero¨ªna con la que vuela la peque?a Supa Modo, la pel¨ªcula tambi¨¦n parece hecha con uno de esos coloridos kangas cargados de mensajes y proverbios que visten tantas mujeres africanas y que ya quisiera para s¨ª el h¨¦roe del blockbuster Black Panther. Un potencial creativo que no le teme a la precariedad, que para hablar de la muerte recurre a la vida y que con toda su modestia e ingenuidad empu?a con sorprendente verdad un canto de amor al cine como veh¨ªculo de inmortalidad, a los poderes curativos de la fantas¨ªa y al milagro de la comunidad a la manera de un insignificante pueblo africano.