Sant Jordi resiste y clava una pica en el verano
El sector del libro, sorprendido por el resultado, estudiar¨¢ repetir experiencia
Nunca en la historia de la festividad de un Sant Jordi o D¨ªa del Libro y de la Rosa se hab¨ªa mirado menos al cielo para saber si el tiempo ser¨ªa respetuoso o no como este jueves. Y es que las restricciones sanitarias por el coronavirus llevaron la jornada, especialmente en Barcelona y las ¨¢reas de Lleida y Tarragona m¨¢s afectadas por la pandemia, a un Sant Jordi de puertas adentro y alg¨²n m¨ªnimo puesto frente a la tienda. Pero hasta en esas coordenadas, de nuevo el mito y el ritual ciudadano funcionaron y las ventas, siendo mu...
Nunca en la historia de la festividad de un Sant Jordi o D¨ªa del Libro y de la Rosa se hab¨ªa mirado menos al cielo para saber si el tiempo ser¨ªa respetuoso o no como este jueves. Y es que las restricciones sanitarias por el coronavirus llevaron la jornada, especialmente en Barcelona y las ¨¢reas de Lleida y Tarragona m¨¢s afectadas por la pandemia, a un Sant Jordi de puertas adentro y alg¨²n m¨ªnimo puesto frente a la tienda. Pero hasta en esas coordenadas, de nuevo el mito y el ritual ciudadano funcionaron y las ventas, siendo muy inferiores a un Sant Jordi normal del 23 de abril, acabaron mejor de lo previsto por los propios libreros, que comprobaron c¨®mo se formaron por las tarde colas en las calles por motivos de aforo. La imagen fue tan satisfactoria que parte del sector del libro no descarta plantearse la creaci¨®n de un d¨ªa de Sant Jordi de verano estable, tal y como coincidieron en se?alar el presidente de la Cambra del Llibre y la de los editores en lengua catalana, Patrici Tixis y Montse Ayats, respectivamente, a este diario.
Las calles mostraban normalidad absoluta y era dif¨ªcil encontrar tenderetes con libros y, menos a¨²n, con rosas, ocupadas las cl¨¢sicas arterias santjordiescas de la capital catalana (Rambla de Catalunya, plaza de Catalunya y La Rambla) por sus habituales moradores, las terrazas de bares, si bien no muy concurridas, castigadas por la ausencia de turismo y la recomendaci¨®n sanitaria de salir de los domicilios solo lo necesario para evitar contagios.
Tampoco hab¨ªa pr¨¢cticamente estands en el paseo de Gr¨¤cia, que, cortado al tr¨¢fico, hab¨ªa de alojar la zona perimetrada con 110 puestos de libros y firmas de autores, a la que el sector renunci¨® con el rebrote pand¨¦mico el pasado jueves. La situaci¨®n dej¨® toda la ciudad con apenas 70 tenderetes en las calles. Con m¨¢s presencia callejera y ¨¢mbito festivo se vivi¨® en Girona, menos castigada por la pandemia.
La actividad, sin embargo, estaba dentro. Y se not¨® desde primera hora, sobre las 10 de la ma?ana, cuando, a¨²n montando con cierta resignaci¨®n algunos puestos, empezaron a llegar ya los primeros clientes. ¡°Estoy sorprendida¡±, aseguraba Montse Serrano, de la librer¨ªa +Bernat, que hab¨ªa vaticinado ¡°una jornada light¡±, tanto de facturaci¨®n como de afluencia. El retrato robot del comprador se defini¨® pronto y con un perfil muy distinto del de un Sant Jordi multitudinario cl¨¢sico como el que el confinamiento abort¨® el pasado abril: ¡°No est¨¢ siendo el comprador ocasional, sino gente que ya sabe qu¨¦ viene a buscar y que se lleva tres y cuatro libros tranquilamente¡±, aseguraba Enric Aymerich, de Laie.
La explicaci¨®n era doble: ¡°Es ya el arsenal de lecturas de verano, la convocatoria ha coincidido con el inicio de vacaciones y eso nos est¨¢ ayudando¡±, apuntaba Marta Ramoneda, desde La Central, que basaba su tesis en la tipolog¨ªa diversa de las compras: novela negra y bestseller, junto a lecturas m¨¢s de fondo, pespunteado por alg¨²n t¨ªtulo infantil. ¡°Estas vacaciones la gente se estar¨¢ m¨¢s quieta en un sitio en el que quiz¨¢ no tenga ni Netflix, con lo que leer¨¢ m¨¢s¡±, espera Eric del Arco, desde una Documenta en donde las ventas de los d¨ªas anteriores ¡°no hac¨ªan prever esto¡±. ¡°Este fen¨®meno ya lo vivimos con el confinamiento de marzo: est¨¢ el miedo de que se repita y el lector hace acopio¡±, completa Aymerich.
El cliente, m¨¢s habitual que el del 23 de abril, compr¨® para vacaciones
El no haber tanto puesto en la calle facilit¨® que los que entraran en las librer¨ªas fueran clientes habituales, que los libreros identificaban a pesar de las mascarillas. ¡°He venido a colaborar¡±, dec¨ªa una mujer al copropietario de Documenta, con cuatro libros en la mano. Una familiaridad que permiti¨® hacer alguna venta de m¨¢s al conocer el gusto del cliente. ¡°Desde que empez¨® la pandemia, la gente se ha volcado con el comercio de proximidad y en especial con el nuestro¡±, cree Serrano.
As¨ª, en librer¨ªas como Documenta o Laie ya hab¨ªan facturado al mediod¨ªa lo mismo que en una jornada de ¡°unos d¨ªas que est¨¢n ya este junio y julio siendo mejores que los de 2019¡±, aporta Llu¨ªs Morral, de Laie. En Casa del Libro cifraban en un 30% el aumento de ventas. El fen¨®meno ha sido menos notable en centros como FNAC o El Corte Ingl¨¦s.
El incremento de visitantes fue superior por la tarde, lo que oblig¨® a controles de aforo en algunas librer¨ªas y comport¨® colas. Esa afluencia hizo que hubiera que reforzar el personal, como ocurri¨® en La impossible, de las pocas que contaba junto a su tenderete con un puesto de rosas de una florista del barrio, el sector m¨¢s castigado ayer.
Tambi¨¦n tem¨ªan no dar abasto los vendedores de Casa del Libro de Rambla de Catalunya, con m¨¢s de 40 clientes a las 14.00. Y es que las medidas sanitarias requer¨ªan de personal espec¨ªfico: era obligatorio para entrar usar el gel hidroalcoh¨®lico y en algunas dar el nombre ¡°para tener control de trazabilidad si se detecta a posteriori un caso de contagio¡±, se excusaban en Abacus. La mascarilla era obligatoria, as¨ª como seguir circuitos marcados en los suelos.
En un intento de mantener cierta tradici¨®n santjordiesca, se dio hasta alguna firma de autores presenciales, mayormente promovidos por la editorial Univers y el Grup 62; estos ¨²ltimos, am¨¦n de mantener un desayuno, asomaron por sorpresa a las librer¨ªas.
¡°Hemos logrado que el libro est¨¦ en el imaginario colectivo y eso se traduce en esta jornada¡±, opina Ayats, mientras que para Tixis, ¡°durante el confinamiento, la gente habl¨® por el m¨®vil y vio la tele, pero tambi¨¦n ley¨®¡±. Tras la sorpresa de este jueves, ambos aseguraron: ¡°Quiz¨¢ podamos plantearnos un Sant Jordi de verano estable¡±, si bien los libreros se muestran reacios porque, entre otros aspectos, implicar¨ªa volver a aplicar un 10% de descuento, como hoy. En cualquier caso, Sant Jordi parece que puso una pica en el verano.
Puigdemont, novedad; Mars¨¦, fondo
Que la tipolog¨ªa de cliente en las librer¨ªas fuera el de un perfil m¨¢s lector y asiduo gener¨® que hubiera un equilibrio an¨®malo, en relaci¨®n a un Sant Jordi cl¨¢sico de 23 de abril, entre novedades y obras de fondo entre los m¨¢s vendidos. As¨ª, uno que se puso este jueves a la venta, 'M¡¯explico', donde el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont cuenta su huida a Bruselas, se perfilar¨ªa como el m¨¢s solicitado. La intriga de Jo?l Dicker 'El enigma de la habitaci¨®n 622', lanzado tras el confinamiento, tambi¨¦n ser¨ªa de los m¨¢s vendidos, pero compartiendo honores con t¨ªtulos m¨¢s de fondo como 'Canto jo i la muntanya balla', de Irene Sol¨¤; 'La madre de Frankenstein', de Almudena Grandes; o 'Boulder', de Eva Baltasar. La reciente muerte de Juan Mars¨¦ provoc¨® gran demanda de su obra.