La mentira del para¨ªso obrero

Las pel¨ªculas que no son tan buenas como merecer¨ªa su tema o su historia real tienen un peligro: se las puede llegar a despreciar por la peque?a o gran decepci¨®n causada, cuando son mejores que la mayor¨ªa de lo que llega a los cines cada semana. Y algo de ello puede haber ocurrido con la producci¨®n hist¨®rico-pol¨ªtica de Agnieszka Holland Mr. Jones, exhibida con cr¨ªticas tibias y desiguales en el Festival de Berl¨ªn de 2019, que se ha tenido que conformar en Espa?a con un estreno tard¨ªo, en plataformas y con una ve...

Las pel¨ªculas que no son tan buenas como merecer¨ªa su tema o su historia real tienen un peligro: se las puede llegar a despreciar por la peque?a o gran decepci¨®n causada, cuando son mejores que la mayor¨ªa de lo que llega a los cines cada semana. Y algo de ello puede haber ocurrido con la producci¨®n hist¨®rico-pol¨ªtica de Agnieszka Holland Mr. Jones, exhibida con cr¨ªticas tibias y desiguales en el Festival de Berl¨ªn de 2019, que se ha tenido que conformar en Espa?a con un estreno tard¨ªo, en plataformas y con una versi¨®n recortada en 20 minutos. Y, sin embargo, su visi¨®n, m¨¢s por lo que cuenta que por c¨®mo lo cuenta, est¨¢ llena de recompensas, sobre todo para los amantes de la pol¨ªtica y del periodismo.

Holland ha retrotra¨ªdo su mirada hacia el primer periodista que public¨® en Occidente la existencia de las hambrunas sovi¨¦ticas de los a?os 1932 y 1933

Holland, una de las grandes damas del cine europeo de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas, acostumbrada en sus relatos a las tem¨¢ticas de enorme peso hist¨®rico, tanto sobre los terrores del comunismo en su Polonia natal como sobre el exterminio nazi (Fiebre; Amarga cosecha; Conspiraci¨®n para matar a un cura; Europa, Europa), y tambi¨¦n al retrato de los grandes nombres de la cultura (Verlaine y Rimbaud, en Vidas al l¨ªmite), ha retrotra¨ªdo su mirada hacia el primer periodista que public¨® en Occidente la existencia de las hambrunas sovi¨¦ticas de los a?os 1932 y 1933: Gareth Jones, secretario privado del que hab¨ªa sido primer ministro brit¨¢nico Lloyd George; clarividente analista pol¨ªtico sobre el nazismo tras entrevistar a Hitler en 1933, y ninguneado tras la revelaci¨®n de las hambrunas, sobre todo por el enfrentamiento con un personaje esencial de la pel¨ªcula, el corresponsal de The New York Times en Mosc¨² Walter Duranty, que hab¨ªa sido premio Pulitzer, pero al que Stalin aliment¨® de vida y lujo en una de las ventas morales m¨¢s indignas de la historia de la profesi¨®n period¨ªstica.

Con los a?os, Holland ha ido haciendo pel¨ªculas cada vez m¨¢s pl¨²mbeas y acad¨¦micas, y ¨¦sta lo es en algunos momentos, pero una obra que se vale de textos de Rebeli¨®n en la granja para su hilo conductor narrativo, que tiene al propio George Orwell como personaje, y que muestra algunas de las grandes mentiras de la historia y del periodismo del siglo XX nunca puede ser desde?able.