La boda de las abuelas

In¨¦s Par¨ªs y Daniela Fejerman estrenaron hace 19 a?os A mi madre le gustan las mujeres, comedia de t¨ªtulo expl¨ªcito que, adelant¨¢ndose en cuatro a?os a la Ley de 2005 que modificaba el C¨®digo Civil y permit¨ªa el matrimonio entre personas del mismo sexo, planteaba una idea muy interesante: que una parte de los hijos sean m¨¢s carcas que sus padres en relaci¨®n con la legalizaci¨®n de la uni¨®n homosexual.

Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, ?ngeles Rein¨¦ sugiere en Salir del ropero, su ¨®pera prima, que incluso los nietos de aquella generaci¨®n puedan tener m¨¢s problemas pr¨¢cticos, sociale...

In¨¦s Par¨ªs y Daniela Fejerman estrenaron hace 19 a?os A mi madre le gustan las mujeres, comedia de t¨ªtulo expl¨ªcito que, adelant¨¢ndose en cuatro a?os a la Ley de 2005 que modificaba el C¨®digo Civil y permit¨ªa el matrimonio entre personas del mismo sexo, planteaba una idea muy interesante: que una parte de los hijos sean m¨¢s carcas que sus padres en relaci¨®n con la legalizaci¨®n de la uni¨®n homosexual.

Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, ?ngeles Rein¨¦ sugiere en Salir del ropero, su ¨®pera prima, que incluso los nietos de aquella generaci¨®n puedan tener m¨¢s problemas pr¨¢cticos, sociales y morales que sus mayores para aceptar la apertura de la instituci¨®n. Una sugerencia acrecentada por el hecho de que la recientemente fallecida Rosa Maria Sard¨¤, protagonista materna de la pel¨ªcula de Par¨ªs y Fejerman, haya sido tambi¨¦n la elegida para interpretar a la abuela de la de Rein¨¦. Sin embargo, Salir del ropero, que bien podr¨ªa haberse titulado A mi abuela le gustan las mujeres, tiene un problema de base: el tema m¨¢s atrayente de su historia se escapa vivo y sin apenas desarrollo, y decide ocupar la mayor¨ªa de su tiempo en otra trama paralela de corte rom¨¢ntico entre las j¨®venes generaciones, sin apenas gracia ni inter¨¦s.

El debut de Rein¨¦, tambi¨¦n guionista, arranca mal. Gritona m¨¢s que efusiva, sin fluidez en su presentaci¨®n de personajes tosca y epis¨®dica, se empieza a estabilizar a partir de la media hora, pero en todo momento sobrevuela una descorazonadora sensaci¨®n de oportunidad perdida. Las (pocas) conversaciones en voz baja, ¨ªntimas y serenas entre Sard¨¤ y Ver¨®nica Forqu¨¦, se?oras del cine espa?ol, son lo mejor de una obra que cuando quiere ser comedia desbocada y extravagante acaba derrapando.