?La pandemia nos ha hecho mejores?
Tres fil¨®sofos responden a una aseveraci¨®n que se torn¨® pregunta en medio de una crisis sanitaria
Hace seis meses, en medio de una crisis sanitaria, entre aplausos a personal m¨¦dico, dependientes de supermercado o conductores de autobuses, comenz¨® a sonar una frase: ¡°La pandemia nos har¨¢ mejores¡±. Poco a poco la fuerza de la aseveraci¨®n se fue diluyendo y se torn¨® en pregunta. Con motivo del ...
Hace seis meses, en medio de una crisis sanitaria, entre aplausos a personal m¨¦dico, dependientes de supermercado o conductores de autobuses, comenz¨® a sonar una frase: ¡°La pandemia nos har¨¢ mejores¡±. Poco a poco la fuerza de la aseveraci¨®n se fue diluyendo y se torn¨® en pregunta. Con motivo del relanzamiento de la colecci¨®n ¡®Descubrir la filosof¨ªa¡¯, tres fil¨®sofos responden a esta cuesti¨®n.
Roberto R. Aramayo. Profesor de Investigaci¨®n en el Instituto de Filosof¨ªa del CSIC
¡°Para salir fortalecidos tras la pandemia necesitamos una pedagog¨ªa social que abogue por cosas tan elementales como el pensar por cuenta propia y un esp¨ªritu cr¨ªtico que cribe las informaciones¡±, sentencia el profesor Roberto R. Aramayo. Para ello, dice, es preciso rescatar los valores de la Ilustraci¨®n y, as¨ª como Voltaire luch¨® contra el fanatismo y la superstici¨®n, ¡°ahora toca neutralizar la supercher¨ªa demag¨®gica¡±. Esa pedagog¨ªa social, se?ala el experto, no est¨¢ solo en manos de la ense?anza institucional, sino tambi¨¦n de la esfera familiar y de los medios de comunicaci¨®n.
Aramayo recuerda que Kant ya advirti¨® de que ¡°siempre habr¨¢ demagogos bien dispuestos a tutelarnos e invitarnos a vivir seg¨²n sus criterios¡± y se?ala que ¡°este mensaje conserva toda su vigencia en la ¨¦poca del negacionismo¡±. Urge, por tanto, ¡°combatir la mentalidad neoliberal propia del s¨¢lvese quien pueda o 'ande yo caliente, mu¨¦rase la gente¡±. La cooperaci¨®n solidaria es mucho m¨¢s rentable frente a la ¡°implacable competitividad tan miope como inmisericorde¡±, argumenta Aramayo. Y asevera: ¡°Sin empat¨ªa no puede haber cohesi¨®n social¡±.
El investigador lamenta que, si bien al comienzo del confinamiento las circunstancias parec¨ªan tan cr¨ªticas como para propiciar cambios estructurales e incluso auspiciar un modelo distinto de contrato social, ¡°pronto se vio que se impon¨ªan las inercias de todo tipo¡±. ¡°Las reformas relativa a la desigualdad y el cambio clim¨¢tico quedaban de nuevo arrinconados por contingentes urgencias que procrastinan lo importante¡±, aprecia.
El fil¨®sofo anima a no esperar soluciones por parte de los actores pol¨ªticos, pues ¡°no parece sensato¡±. Anima, pues, a iniciar una microrrevoluci¨®n personal, ¡°modificando nuestras costumbres y confiando en que puedan llegar a tener un efecto domin¨® dentro del contexto social¡±. Porque no se trata de imponer un parecer, defiende, sino de pensar en modo colectivo. Aramayo no teme alentar el pensamiento ut¨®pico, como el fil¨®sofo Javier Muguerza hizo con su imperativo de la disidencia. ¡°Siempre nos cabe so?ar con un mundo mejor al que nos ha tocado en suerte y podemos contribuir a su mejora neg¨¢ndonos a secundar lo que nos parezca injusto e insolidario, sin temer las consecuencias negativas que pueda granjearnos¡±, remata.
Cristina S¨¢nchez. Profesora de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad Aut¨®noma de Madrid
Entender los cambios producidos por la pandemia para poder enfrentarla es la cuesti¨®n clave para la doctora en Derecho Cristina S¨¢nchez. En este sentido, la obra de Hannah Arendt, de la que es especialista, resulta ¨²til, ya que ella misma vivi¨® y reflexion¨® sobre las grandes crisis del siglo XX, como el totalitarismo o la Guerra de Vietnam. ¡°Para Arendt estas crisis cambian o incluso aniquilan aspectos fundamentales de lo que ella denomin¨® ¡®la condici¨®n humana¡¯: la labor, el trabajo y la acci¨®n¡±, explica.
Las crisis hay que afrontarlas con un fuerte sentido de republicanismo c¨ªvicoCristina S¨¢nchez
Como ahonda la experta, la pandemia ha trastocado nuestra idea de trabajo, por medio del teletrabajo. Tambi¨¦n ha eliminado la divisi¨®n entre los dos grandes espacios que delimitan nuestra vida: el p¨²blico y el privado. A la vez, ha acabado con los lazos sociales. ¡°El aislamiento impuesto por la pandemia ser¨ªa entonces el gran cambio, que condiciona e incluso destruye nuestra manera de estar en el mundo¡±, resume S¨¢nchez.
Siguiendo con esta interpretaci¨®n arendtiana, la crisis sanitaria ha sido ¡°una lupa amplificadora¡± que nos ha hecho ver la importancia de algunas cuestiones. ¡°Podr¨ªamos decir que las crisis hay que afrontarlas con un fuerte sentido de republicanismo c¨ªvico, lo que significa afirmar el predominio del inter¨¦s p¨²blico por encima de los intereses privados¡±, afirma la catedr¨¢tica. Ligado a esto, emerge en Arendt la idea de una ¡°responsabilidad colectiva¡±: que cada individuo se sienta responsable dentro de la comunidad para mantener y preservar el mundo com¨²n que habitamos. Para Arendt implica ¡°ponernos en el lugar del otro¡±.
Otra de las ideas de esta fil¨®sofa a rescatar es, precisamente, lo contrario de esa responsabilidad frente al mundo y frente a los dem¨¢s: el mal banal, como la negaci¨®n del ¡°ponerse en el lugar del otro¡±. Un mal que provoca violencias y da?os masivos no por una voluntad de querer causar mal, sino por la incapacidad de pararse a pensar y de imaginar qu¨¦ ocurre con los otros. S¨¢nchez lo ejemplifica con algunas actuaciones pol¨ªticas de los ¨²ltimos a?os al tratar a grupos especialmente vulnerables ¡°como n¨²meros dentro de una maquinaria burocr¨¢tica y condenarlos a un final tr¨¢gico¡±, o tambi¨¦n ¡°en la negligencia y negaci¨®n¡± de la pandemia en gobiernos como los de Donald Trump en EE UU, o Jair Bolsonaro en Brasil.
Arturo Leyte. Catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad de Vigo
Si una crisis hiciera que los ciudadanos se parasen a meditar, el catedr¨¢tico Arturo Leyte no duda de que entonces saldr¨ªamos bien parados. ¡°Pero no suele ocurrir as¨ª¡±, lamenta.
?Por qu¨¦ no aprovechamos para hacer que la pandemia sea una ocasi¨®n verdaderamente democr¨¢tica?Arturo Leyte
¡°Mejor¡±, es un t¨¦rmino ambiguo, interpretable t¨¦cnica o moralmente. En el primer sentido, explica Leyte, se producir¨¢ un avance: el mundo se proteger¨¢ mejor. En el segundo, no cambiar¨¢ esencialmente nada. Esto no excluye que algunas personas acometan ciertas modificaciones, ¡°pero faltar¨¢ la pregunta general por el sentido, la ¨²nica que justifica hablar de un mundo propio y com¨²n¡±. El catedr¨¢tico va m¨¢s all¨¢ y considera que ¡°al contrario, esa pregunta se ver¨¢ suplantada por la simple ratificaci¨®n de la tendencia cient¨ªfica y tecnol¨®gica que gobierna, como si ¡®lo mejor¡¯ viniera ya garantizado por el mero progreso¡±.
Esta tendencia la identifica en tres muestras. Una progresiva convergencia de la ¨¦tica en la ciencia de manera que la segunda ir¨¢ usurpando el sentido de decisi¨®n inherente a la primera: la ciencia se convertir¨¢ en la referencia exclusiva de la verdad y el bien. La segunda, de la vacuna de la que se espera la salvaci¨®n de la pandemia, volvi¨¦ndonos inmunes, se esperar¨¢ que tambi¨¦n nos inmunice en general contra la muerte: ¡°inconscientemente la inmunidad se querr¨¢ entender como inmortalidad, como si la ciencia fuera la ¨²ltima religi¨®n laica que nos puede salvar¡±. Por ¨²ltimo, despu¨¦s de la pandemia, la muerte adquirir¨¢ todav¨ªa m¨¢s un significado estad¨ªstico, lo que disolver¨¢ el sentido de la mortalidad.
Las tres muestras coinciden con la pandemia actual, pero proceden ¡°de un determinado modo de entender el ser de las cosas que viene de atr¨¢s y que ninguna pol¨ªtica parece poder cambiar¡±. Recuerda Leyte que aunque ¡°pandemia¡± guarde una coincidencia terminol¨®gica con ¡°democracia¡± ¨Cdemos¨C, resultar¨¢ que la pandemia no es democr¨¢tica, porque sus efectos agudizan la desigualdad. Y concluye: ¡°Ciertamente, las crisis nos podr¨ªan hacer individual y pol¨ªticamente mejores, pero ?por qu¨¦ nos ocultamos el sentido de la muerte esperando una salvaci¨®n que proceda de la ciencia?, ?por qu¨¦ delegamos nuestra decisi¨®n en favor de poderes aparentemente superiores? En definitiva, ?por qu¨¦ no aprovechamos para hacer que la pandemia sea una ocasi¨®n verdaderamente democr¨¢tica? Esa ser¨ªa la tarea¡±.