Juliette Gr¨¦co y el final de la 'chanson¡¯
Musa de los existencialistas, la legendaria cantante ha fallecido a los 93 a?os
Todo un mundo ya muy lejano, una ¨¦poca remota pero luminosa en la memoria y en los libros de historia desaparece. Juliette Gr¨¦co fue una leyenda de la canci¨®n francesa. Y mucho m¨¢s. Una imagen de Francia y de su cultura y modernidad. Una mujer libre que convivi¨®, cant¨®, actu¨® o se divirti¨® con Sartre y Camus, con Duke Ellington y Miles Davis, con Georges Brassens y con Jacques Brel. Un monumento de otro siglo que sigui¨® al pie del ca?¨®n hasta pocos a?os antes del final, una vida por la que pasaron las desgracias y los instantes brillantes del siglo XX.
¡°Juliette Gr¨¦co se ha apagado este...
Todo un mundo ya muy lejano, una ¨¦poca remota pero luminosa en la memoria y en los libros de historia desaparece. Juliette Gr¨¦co fue una leyenda de la canci¨®n francesa. Y mucho m¨¢s. Una imagen de Francia y de su cultura y modernidad. Una mujer libre que convivi¨®, cant¨®, actu¨® o se divirti¨® con Sartre y Camus, con Duke Ellington y Miles Davis, con Georges Brassens y con Jacques Brel. Un monumento de otro siglo que sigui¨® al pie del ca?¨®n hasta pocos a?os antes del final, una vida por la que pasaron las desgracias y los instantes brillantes del siglo XX.
¡°Juliette Gr¨¦co se ha apagado este mi¨¦rcoles 23 de septiembre de 2020 rodeada de los suyos en su tan amada casa de Ramatuelle. Tuvo una vida fuera de lo com¨²n¡±, declar¨® su familia en un comunicado a la agencia France Presse. Ten¨ªa 93 a?os. ¡°A los 89 a?os todav¨ªa hac¨ªa irradiar la canci¨®n francesa¡±, a?ad¨ªa el comunicado, en referencia a su ¨²ltimo concierto, en 2016, a?o en que detuvo su carrera tras sufrir un ictus y perder a su hija ¨²nica, Laurence-Marie.
La llamaban la musa de Saint-Germain-des-Pr¨¨s, el barrio parisino donde al final de la Segunda Guerra Mundial se congreg¨® una densidad de intelectuales y artistas por metro cuadrado que seguramente nunca m¨¢s haya existido en ning¨²n otro lugar. Tambi¨¦n era conocida como la musa de los existencialistas, por el grupo de pensadores, encabezado por sus amigos Sartre y Merleau-Ponty, que daban el tono literario y filos¨®fico de aquella ¨¦poca, y no solo en Saint-Germain-des-Pr¨¨s, sino en Francia, en Europa, en el mundo.
Pero estos calificativos, que la reducen a un papel de inspiradora, no le hacen justicia. Juliette Gr¨¦co fue una protagonista en aquel c¨ªrculo, uno de los grandes nombres de la chanson, la eterna canci¨®n francesa que quiz¨¢ fue el ¨²ltimo movimiento musical global antes de la irrupci¨®n del rock & roll y fuera de las modas procedentes de Reino Unido y Estados Unidos. Esas canciones y esas letras se escuchaban desde la s¨®rdida Espa?a de la posguerra ¡ª"arisca, vil y bella canci¨®n francesa de mi juventud!", cant¨® el poeta Gil de Biedma¡ª hasta los cen¨¢culos de intelectuales neoyorquinos, cuando Par¨ªs a¨²n era para muchos el centro de universo.
Gr¨¦co hab¨ªa nacido en Montepellier, hija de un comisario de polic¨ªa que abandon¨® a la familia y de una mujer de izquierdas, adelantada a su ¨¦poca. Resistentes durante la ocupaci¨®n nazi, la madre y hermana mayor fueron detenidas y deportadas a Ravensbr¨¹ck. Sobrevivieron. Ella, que ten¨ªa 16 a?os, pas¨® unos d¨ªas detenida. ¡°Cuando sal¨ª de prisi¨®n regres¨¦ a Saint-Germain-des-Pr¨¨s, a la plazoleta, al lado de la pensi¨®n de familia donde me hab¨ªa instalado¡±, explic¨® hace unos a?os a Le Monde. ¡°Entonces me puse a cantar Over the Rainbow, porque entonces la m¨²sica americana estaba prohibida¡±.
Tras la liberaci¨®n, Par¨ªs y Saint-Germain-des-Pr¨¨s quiz¨¢ no eran exactamente una fiesta, pero para una joven con talento y ansias de libertad, aunque fuese pobre, hab¨ªa pocos lugares mejores. Las calles y los caf¨¦s, los tugurios y las cavas de jazz, los teatros: Juliette Gr¨¦co se sumergi¨® en aquella efervescencia creativa.
Cant¨® a los poetas de su tiempo: Aragon, ?luard y Queneau. Kosma y Pr¨¦vert. Triunf¨® en el Olympia, y pis¨® los escenarios de Am¨¦rica, de Nueva York. Rod¨® con Jean-Pierre Melville, con Jean Renoir, y en Hollywood. Ella era una imagen de Par¨ªs, de Francia. Canciones memorables: Jolie M?me, D¨¦shabillez-moi, sus versiones de Brassens, Brel, Ferr¨¦, Gainsbourg. ¡°58 kilos, 1,65 metros, ?ning¨²n signo particular? S¨ª, siempre vestida de negro¡±, la describi¨® Boris Vian.
Infatigable, atraves¨® las d¨¦cadas colaborando con los m¨¢s sobresalientes de cada generaci¨®n, como el letrista Roda-Gil, hijo de republicanos exiliados. En el siglo XXI ya, los j¨®venes Biolay o Miossec. Estuvo casada con los actores Philippe Lemaire y Michel Piccoli, y con el m¨²sico G¨¦rard Jouannest. No par¨® hasta casi el final. ¡°Lo echo tanto de menos. Mi raz¨®n de vivir es cantar¡±, dijo en una entrevista reciente al semanario T¨¦l¨¦rama despu¨¦s de dejar los escenarios. ¡°Cantar lo es todo: el cuerpo, el instinto, la cabeza¡±.