Un Sorkin demasiado convencional
Pese a sus destellos y el trabajo de algunos de sus int¨¦rpretes, la pel¨ªcula arranca tarde y su tensi¨®n queda deslucida
Al menos dos de las mejores pel¨ªculas sobre juicios de las ¨²ltimas d¨¦cadas le deben gran parte de su maestr¨ªa a la escritura de Aaron Sorkin. Un guionista superdotado que revolvi¨® las aguas de uno de los grandes subg¨¦neros de Hollywood con Algunos hombres buenos (1992), basada en su propia obra teatral y dirigida por Rob Reiner, y sobre todo con La red social, filme de David Fincher de 2010 sobre la fundaci¨®n de Facebook y una prodigiosa disecci¨®n del sustrato amoral del mundo que hoy...
Al menos dos de las mejores pel¨ªculas sobre juicios de las ¨²ltimas d¨¦cadas le deben gran parte de su maestr¨ªa a la escritura de Aaron Sorkin. Un guionista superdotado que revolvi¨® las aguas de uno de los grandes subg¨¦neros de Hollywood con Algunos hombres buenos (1992), basada en su propia obra teatral y dirigida por Rob Reiner, y sobre todo con La red social, filme de David Fincher de 2010 sobre la fundaci¨®n de Facebook y una prodigiosa disecci¨®n del sustrato amoral del mundo que hoy pisamos. El juicio de los 7 de Chicago es una pel¨ªcula que est¨¢ bien pero que se queda lejos de esa altura pese a su oportunidad pol¨ªtica, sus destellos y el trabajo de algunos de sus int¨¦rpretes, en especial el magn¨ªfico Mark Rylance en el papel del abogado defensor William Kunstler.
Por segunda vez en su carrera, Sorkin dirige uno de sus guiones, en un principio previsto para Steven Spielberg. En dos horas concentra uno de los episodios m¨¢s simb¨®licos de la batalla pol¨ªtica y cultural que se libr¨® en su pa¨ªs en los a?os sesenta y que sent¨® en 1969 en un mismo banquillo a algunos de los l¨ªderes de la izquierda y de los movimientos civiles contra la guerra de Vietnam acusados de ser responsables de los graves disturbios callejeros ocurridos un a?o antes en Chicago durante la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata.
Una pel¨ªcula coral con un protagonista, el propio juicio, cuya tensi¨®n acaba deslucida por decisiones algo toscas y visualmente pobres, como el pr¨®logo del filme presentando a los acusados, algunos flashbacks innecesarios o la historia de la polic¨ªa infiltrada en el c¨ªrculo de Jerry Rubin. No es solo que lo que se dice est¨¦ muchas veces por encima de lo que se ve, es que Sorkin se enreda en una explicaci¨®n convencional del contexto, restando fondo a algunos personajes centrales y arrancando demasiado tarde.
Decisiones que lastran el potencial del nudo, centrado en el crucial duelo entre las estrategias pol¨ªticas del activista Tom Hayden, l¨ªder del partido de la nueva izquierda Students for a Democratic Society, y las del ¨¢crata Abbie Hoffman, cabeza de los contraculturales yippies, interpretados respectivamente por Eddie Redmayne y Sacha Baron Cohen. Queda as¨ª tambi¨¦n deslucido el crescendo final y su ¨¦pica, una toma de conciencia personificada en el propio Hayden y en el joven fiscal que da vida Joseph Gordon-Levitt, personaje que apela de forma directa al presente en uno de los momentos clave del filme, la mordaza impuesta en pleno juicio por el juez Hoffman al cofundador de los Panteras Negras, Bobby Seale, y cuyo eco resuena en el atroz asesinato de George Floyd y el movimiento Black Lives Matter.
EL JUICIO DE LOS 7 DE CHICAGO
Direcci¨®n: Aaron Sorkin.
Int¨¦rpretes: Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Joseph Gordon-Levitt, Mark Rylance, Frank Langella, Michael Keaton, Alex Sharp, Jeremy Strong, Yahya Abdul-Mateen II, John Carroll Lynch.
G¨¦nero: drama judicial. Estados Unidos, 2020.
Duraci¨®n: 129 minutos.