Un gran par de Jes¨²s Arruga
L¨®pez Sim¨®n corta tres orejas y una El Fandi a nobles toros de Matilla
Sin ganas de molestar a nadie, el recuerdo que qued¨® de la corrida de Antequera fue un par de banderillas de Jes¨²s Arruga, el tercero de la cuadrilla de L¨®pez Sim¨®n, al segundo toro de la tarde; se dej¨® ver, cuadr¨® en la cara del animal, levant¨® los brazos, se asom¨® al balc¨®n, clav¨® con facilidad en lo alto y se entretuvo esa mil¨¦sima de segundo que suena a chuler¨ªa torera y heroicidad manifiesta.
Sin ganas de molestar a nadie, porque El Fandi puso siete pares y solo en el ¨²ltimo se qued¨® en la cara de su oponente, bien es cierto que forzado por las circunstancias, pues sali¨® con dos pa...
Sin ganas de molestar a nadie, el recuerdo que qued¨® de la corrida de Antequera fue un par de banderillas de Jes¨²s Arruga, el tercero de la cuadrilla de L¨®pez Sim¨®n, al segundo toro de la tarde; se dej¨® ver, cuadr¨® en la cara del animal, levant¨® los brazos, se asom¨® al balc¨®n, clav¨® con facilidad en lo alto y se entretuvo esa mil¨¦sima de segundo que suena a chuler¨ªa torera y heroicidad manifiesta.
Sin ganas de molestar a nadie, porque El Fandi puso siete pares y solo en el ¨²ltimo se qued¨® en la cara de su oponente, bien es cierto que forzado por las circunstancias, pues sali¨® con dos pares en las manos, clav¨® el primero al viol¨ªn, y el segundo, sin soluci¨®n de continuidad, de poder a poder, un poco agobiado por la velocidad del toro.
Dec¨ªan los comentaristas de Movistar que El Fandi solo ha dejado de banderillear dos toros en su ya larga trayectoria taurina; la noticia ser¨ªa a cu¨¢ntos no ha banderilleado a toro pasado, desluciendo un tercio cargado de brillantez y emoci¨®n.
La constataci¨®n anterior no pretende restar un ¨¢pice de m¨¦rito a la labor del torero granadino, exponente de facilidad, capacidad y conocimiento con los garapullos, pero una cosa es la destreza y otra la huella.
G. JIM?NEZ/EL FANDI, L. SIM?N
Tres toros de Garc¨ªa Jim¨¦nez y uno -el segundo- de Olga Jim¨¦nez, correctos de presentaci¨®n, mansos, nobles y justos de fuerza; destac¨® el tercero por su calidad.
El Fandi: dos pinchazos, pinchazo hondo _aviso_ y cuatro descabellos (ovaci¨®n); _aviso_ estocada ca¨ªda (oreja).
L¨®pez Sim¨®n: estocada en la suerte de recibir, trasera y ca¨ªda (oreja); estocada (dos orejas).
Plaza de Antequera (M¨¢laga). 8 de octubre. Quinta corrida de la Gira de Reconstrucci¨®n. Mil cien espectadores.
Tampoco tuvo reparo en dar cientos de pases a los muy nobles toros de su apoderado Matilla, hechos y criados para el disfrute de los toreros y el p¨²blico divertido, y aburrimiento de los aficionados. Toros, novillos m¨¢s bien, que no pasaron el examen del picador ni por fuerza ni disposici¨®n, cumplieron en el segundo tercio, y embistieron con tontuna nobleza en la muleta; destac¨® especialmente el tercero, que derroch¨® clase y obedeci¨® a su matador en una largu¨ªsima y muda faena por ambas manos en un intento evidente por parte de El Fandi de provocar la petici¨®n del indulto. El animal tuvo clase y ritmo, se manch¨® el hocico de albero y no se cans¨® de embestir. Era un toro de vuelta al ruedo, pero no de indulto porque, como los dem¨¢s, tampoco aprob¨® la asignatura del picador.
Dijo muy poco El Fandi con sus aceleradas ver¨®nicas y chicuelinas, no pas¨® de correcto con la muleta y fall¨® gravemente con el estoque. Aun as¨ª pase¨® una oreja.
Y tres cort¨® L¨®pez Sim¨®n, y solo el presidente sabr¨¢ los motivos. El torero madrile?o atraviesa un momento que requiere una serena reflexi¨®n. O cambia de toros o cambia de tauromaquia; con el toro nobl¨®n y almibarado de Antequera no dice nada, aburre y, lo peor es que transmite su desaz¨®n, como si no supiera qu¨¦ hacer.
Dio muchos pases, destac¨® en algunos naturales a su primero, se arrim¨® en el tramo final de su labor al segundo, pero no dej¨® casi nada para el recuerdo. Y ese debe ser un motivo de reflexi¨®n.