Ins¨ªpido mano a mano
Luque y De Justo pasean tres y dos orejas en una corrida con tres toros sobresalientes
Era, sin duda, uno de los ¡®mano a mano¡¯ de la temporada entre dos toreros ya veteranos, en saz¨®n, con sobradas condiciones para protagonizar una gran tarde de toros.
Y, quiz¨¢, ellos y los suyos est¨¦n satisfechos; al igual que los generosos espectadores jienenses; cinco orejas no se cortan todas las tardes, por lo que habr¨¢ que convenir que fue un festejo interesante y divertido.
Pues supo a poco, a muy poco. Mejor dicho, se podr¨ªa esperar m¨¢s de Luque y De Justo, que estuvieron bien, sin m¨¢s, correctos, de aprobado suficiente, pero no sobresalientes; no arrebataron, apenas emocio...
Era, sin duda, uno de los ¡®mano a mano¡¯ de la temporada entre dos toreros ya veteranos, en saz¨®n, con sobradas condiciones para protagonizar una gran tarde de toros.
Y, quiz¨¢, ellos y los suyos est¨¦n satisfechos; al igual que los generosos espectadores jienenses; cinco orejas no se cortan todas las tardes, por lo que habr¨¢ que convenir que fue un festejo interesante y divertido.
Pues supo a poco, a muy poco. Mejor dicho, se podr¨ªa esperar m¨¢s de Luque y De Justo, que estuvieron bien, sin m¨¢s, correctos, de aprobado suficiente, pero no sobresalientes; no arrebataron, apenas emocionaron y sus obras quiz¨¢ ya pertenezcan al olvido.
Y torearon como mejor saben hacerlo con capote y muleta. Luque se luci¨® por vistosas chicuelinas en su primero, airosas ver¨®nicas dibuj¨® en el segundo, y de rodillas recibi¨® al tercero con un farol, y sigui¨® de hinojos a la ver¨®nicas hasta los medios. Se hart¨® de muletear al buen N¨²?ez del Cuvillo que abri¨® plaza, se mostr¨® seguro ante el soso de La Quinta, y se justific¨® ante el noble ¡®juampedro¡¯ que hizo quinto.
TRES GANADER?AS/LUQUE, DE JUSTO
Dos toros -1? y 6?, los dos de gran calidad en la muleta- de N¨²?ez del Cuvillo; dos -2?, descastado, y 5?, repetidor en la muleta- de Juan Pedro Domecq, descastado, y dos -3?, soso, y 4?, de calidad en el tercio final- de La Quinta. Correctos de presentaci¨®n, y todos, a excepci¨®n del quinto, mansos en los caballos.
Daniel Luque: pinchazo hondo y cuatro descabellos (vuelta); estocada baja (oreja); estocada (dos orejas).
Emilio de Justo: pinchazo y estocada (silencio); pinchazo y estocada baja (dos orejas); pinchazo, estocada contraria, dos descabellos _aviso_ y siete descabellos (silencio).
Plaza de toros de Ja¨¦n. 18 de octubre. ?ltima corrida de feria. Algo menos de 2.000 espectadores.
Emilio de Justo, por su parte, destac¨® sobremanera a la ver¨®nica ante el cuarto, y lo tore¨® a placer en el tercio final; no tuvo opciones ante el rajado segundo, y otra vez volvi¨® a muletear con largura ante el encastado sexto.
?Qu¨¦ fall¨®, entonces?
Cuando la embestida de un toro desborda una clase exquisita, el torero tiene que estar a su altura. Torear bien no consiste en dar muchos pases y alargar las faenas hasta el infinito. Y ambos toreros pecaron del mismo defecto. Adem¨¢s, mataron muy mal, lo que no es balad¨ª.
Hubo toros de tres ganader¨ªas, y tres de ellos ofrecieron espect¨¢culo grande: los dos de N¨²?ez de Cuvillo y uno de La Quinta, el quinto. Embistieron con movilidad, nobleza y hondura, y los tres exigieron algo m¨¢s que se?ores incansables y repetitivos.
Se colocaron buenos pares de banderillas, eso s¨ª; saludaron Antonio Chac¨®n, Juan Cantora, Juan Contreras, Ra¨²l Caricol y Jos¨¦ Chac¨®n.
Y qued¨® en el ambiente la sensaci¨®n de que hay que ser m¨¢s exigentes con los toreros, que deben ser innovadores e imaginativos con las telas, y m¨¢s certeros con el estoque.
Si se hace todas las tardes lo mismo, el resultado no suele variar, y casi siempre es el aburrimiento y el pronto olvido.