El deseo de escapar de la realidad de ¡®Rusalka¡¯ llega al Teatro Real
La mejor ¨®pera del checo Dvor¨¢k regresa al coliseo casi un siglo despu¨¦s de su estreno en Madrid
Esa tensi¨®n constante en el ser humano entre la tozuda realidad y el deseo de algo mejor ha alimentado manifestaciones art¨ªsticas de toda ¨ªndole a lo largo de la historia. Como en la leyenda centroeuropea que inspir¨® La sirenita a Hans Christian Andersen para su cuento universal, en 1837. En este se inspir¨® lejanamente el compositor checo Antonin Dvor¨¢k (1841-1904) para la m¨¢s importante de sus ¨®peras, Rusalka, que llega al Teatro Real en 10 funciones, del 12 al 27 de noviembre. ¡°Esta obra se estr...
Esa tensi¨®n constante en el ser humano entre la tozuda realidad y el deseo de algo mejor ha alimentado manifestaciones art¨ªsticas de toda ¨ªndole a lo largo de la historia. Como en la leyenda centroeuropea que inspir¨® La sirenita a Hans Christian Andersen para su cuento universal, en 1837. En este se inspir¨® lejanamente el compositor checo Antonin Dvor¨¢k (1841-1904) para la m¨¢s importante de sus ¨®peras, Rusalka, que llega al Teatro Real en 10 funciones, del 12 al 27 de noviembre. ¡°Esta obra se estren¨® en Praga en 1901 y al Real no lleg¨® hasta marzo de 1924, hace casi un siglo¡±, ha se?alado en la presentaci¨®n el director art¨ªstico del coliseo, Joan Matabosch.
En esta nueva producci¨®n, Rusalka, a la que da voz la soprano lituana Asmik Grigorian (que se alternar¨¢ con la rusa Olesya Golovneva) es una bailarina coja, que vive en un teatro abandonado. ¡°Su minusval¨ªa es una met¨¢fora de su incapacidad para trascender su mundo¡±, seg¨²n el director de escena, Christof Loy. Es una ¨®pera en tres actos, con una duraci¨®n de tres horas y tres cuartos, lo que, con el actual toque de queda en Madrid, ha obligado a adelantar su horario a las 19.30 (los domingos se mantiene a las 18.00), para que los espectadores puedan estar en casa en la medianoche. En una presentaci¨®n con casi tanto tiempo dedicado a las medidas sanitarias que est¨¢ tomando el Real, la vida acosada por el coronavirus, que a lo que podr¨¢n ver los aficionados, el director musical del teatro, Ivor Bolton, ha explicado que esta pen¨²ltima ¨®pera de Dvor¨¢k naci¨® tras una estancia en Estados Unidos, ¡°donde escuch¨® m¨¢s Wagner que en su propio pa¨ªs¡±. De aquella experiencia surgi¨® ¡°una de las mejores partituras escritas, delicada y compleja, quiz¨¢s por eso es tan querida por el p¨²blico¡±, a?adi¨®.
Bolton estuvo de acuerdo en que es una ¡°¨®pera de car¨¢cter checo, con un esp¨ªritu nacionalista¡±, sentimiento que lat¨ªa en el propio Dvor¨¢k . ¡°Los expertos dicen que los ¨²ltimos 15 minutos de Rusalka son de los mejores de la historia de la ¨®pera", entre los que est¨¢ el reencuentro del pr¨ªncipe con Rusalka.
Loy ahond¨® en el libreto, ¡°que visto superficialmente tiene esa relaci¨®n entre un mundo terrenal y el espiritual, el del agua¡±, que es tambi¨¦n la dicotom¨ªa entre la vida y la muerte. ¡°Rusalka trata de acercarse a la civilizaci¨®n humana por amor a un pr¨ªncipe ¡ªque encarna el tenor estadounidense Eric Cutler¡ª, pero fracasa y no puede volver a su mundo¡±, a?adi¨® el alem¨¢n, para quien, ¡°si se profundiza hay m¨¢s capas en el relato, el padre protector de Rusalka es tambi¨¦n, por ello, una amenaza; la bruja Jezibaba, pese a ser horrorosa, tiene su parte divertida; los seres humanos no son todos blancos o negros¡±.
Coproducida por el Real con la S?schsische Staatsoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Liceo barcelon¨¦s y el Palau de les Arts de Val¨¨ncia, en los que se presentar¨¢ tras su paso por Madrid, Loy explic¨® de esta versi¨®n que est¨¢ ambientada en un teatro abandonado ¡°porque el mundo de Rusalka se puede simbolizar ah¨ª perfectamente, con un personaje femenino que se ha criado en ese lugar, pero que quiere probar c¨®mo es vivir fuera de ¨¦l¡±, quiere tomar las riendas de su vida. Todo esto no deja de ser un homenaje al teatro en un montaje muy dramat¨²rgico.
El director de escena dijo que le ha interesado ¡°reflejar la diferencia entre clases, la de Rusalka y la del pr¨ªncipe¡±, a lo que Matabosch a?adi¨® que es indudable que en la obra ¡°hay un componente de exclusi¨®n social¡±. Ese sentido social se transforma, seg¨²n Loy, ¡°en un final religioso porque Rusalka se da cuenta de lo importante que es perdonar, y de que eso es lo que significa ser humano¡±.
M¨¢quinas ultravioletas y PCR
Despu¨¦s del esc¨¢ndalo que supuso la suspensi¨®n, el 20 de septiembre, de la representaci¨®n de la ¨®pera de Verdi 'Un ballo in maschera' en el Real por las protestas del p¨²blico ante la falta de distancia social, el coliseo madrile?o tom¨® una serie de medidas que se mantienen para 'Rusalka'. Su director general, Ignacio Garc¨ªa-Belenguer, subray¨® que ¡°se ha incrementado el n¨²mero de m¨¢quinas ultravioletas, que se ponen en funcionamiento despu¨¦s de cada funci¨®n para renovar el aire¡± y que se realizan peri¨®dicamente test a todo el personal para detectar posibles contagios. Las funciones tendr¨¢n un aforo m¨¢ximo del 66% (por debajo del 75% que permite la Comunidad de Madrid) y habr¨¢ una butaca vac¨ªa entre cada grupo de convivientes o de abonados. Joan Matabosch agreg¨® que esta producci¨®n se concibi¨® ¡°hace un a?o, cuando no hab¨ªa indicios de lo que nos iba a ocurrir¡±. Sobre la posibilidad de que se ordene cerrar los teatros, como en otros pa¨ªses europeos, Matabosch confi¨® en que no suceda. ¡°Lo m¨¢s c¨®modo ser¨ªa cerrar, pero vamos a seguir adelante¡±.