Un ¡®Ecce homo¡¯ en Palencia convierte a la escultura de una pastorcilla en un monigote

Una conversaci¨®n en una florister¨ªa descubri¨® una gran chapuza. El pintor Antonio Capel charlaba hace unos d¨ªas con los responsables de esta tienda de Palencia, en plena calle Mayor, cuando sus propietarios le comentaron que algo fallaba en la fachada de un emblem¨¢tico edificio en cuyos bajos tiene ahora su sucursal Unicaja. Capel se extra?¨®. Los encargados de la florister¨ªa Vivaldi le recomendaron que se fijara en el rostro de una supuesta pastorcilla. El artista subi¨® a su estudio, unos pisos m¨¢s arriba del establecimiento, puso el teleobjetivo a su c¨¢mara y observ¨® que los rasgos anteriorme...

Una conversaci¨®n en una florister¨ªa descubri¨® una gran chapuza. El pintor Antonio Capel charlaba hace unos d¨ªas con los responsables de esta tienda de Palencia, en plena calle Mayor, cuando sus propietarios le comentaron que algo fallaba en la fachada de un emblem¨¢tico edificio en cuyos bajos tiene ahora su sucursal Unicaja. Capel se extra?¨®. Los encargados de la florister¨ªa Vivaldi le recomendaron que se fijara en el rostro de una supuesta pastorcilla. El artista subi¨® a su estudio, unos pisos m¨¢s arriba del establecimiento, puso el teleobjetivo a su c¨¢mara y observ¨® que los rasgos anteriormente delicados de la escultura se hab¨ªan convertido en un adefesio. Los ojos ni siquiera son sim¨¦tricos y la boca y la nariz revelan, como bromea Capel, que el autor no era especialista en Bellas Artes. La Asociaci¨®n espa?ola de restauradores y conservadores se ha apresurado en destacar que no es una restauraci¨®n profesional.

Los gerentes de la Vivaldi, que prefieren no decir sus nombres, recuerdan que hace unos a?os unas fuertes lluvias provocaron el desprendimiento de cascotes. Entonces vieron que se le hab¨ªa ca¨ªdo la cara a la escultura. ¡°Lo raro es que nadie se diera cuenta¡±, apuntan, de lo mal que se restituy¨® esta ornamentaci¨®n. El pintor lamenta que ¡°es incomprensible que en un edificio civil tan bonito, de esculturas preciosas, hagan esto¡±. A su juicio, los operarios rellenaron con masa y trazaron esos burdos rasgos con la esperanza de que, al estar muy alto, nadie se percatar¨ªa de esa alteraci¨®n de la fachada del n¨²mero 9 de la calle Mayor.

Unicaja rechaza ser responsable. Portavoces de la compa?¨ªa insisten en que solo poseen el local de la sucursal y la planta primera. Hace a?os que Caja Duero, propietaria del edificio completo y que posteriormente pas¨® a formar parte de Unicaja, vendi¨® el resto del inmueble, donde ahora viven particulares. La entidad sostiene que el edificio se inaugur¨® en 1923 y que en 2017 el administrador les inform¨® de algunos desprendimientos, entre ellos de piezas de adorno. El Ayuntamiento emplaz¨® a la comunidad de vecinos a asegurar y reparar la fachada, pues se trata de uno de los lugares palentinos m¨¢s transitados. El Consistorio confirma que ellos instan a las comunidades a arreglar los desperfectos que puedan perjudicar a la v¨ªa p¨²blica, pero matizan que el inmueble posee una ¡°protecci¨®n estructural, no integral¡±. Por tanto, cualquier rehabilitaci¨®n debe cuidar la estructura, pero esta decoraci¨®n exterior no requer¨ªa consideraci¨®n especial.

Los telefonistas del banco se r¨ªen al preguntarles. La chapuza de su particular Ecce homo, al igual que otros casos de desastrosas restauraciones aplicadas por autores aficionados, pas¨® inadvertida hasta que alguien con buen ojo percibi¨® el cambio. Incluso quienes trabajan a diario cerca de esas pastorcillas, como los periodistas de la Cadena Ser, que tiene su redacci¨®n en ese edificio, admiten que jam¨¢s encontraron el fallo. Hasta el diario brit¨¢nico The Guardian se ha hecho eco y elucubra con un supuesto parecido al a¨²n presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La simpleza de la escultura permite cualquier teor¨ªa sobre qu¨¦ inspir¨® a los responsables de sustituir a la inocente pastora palentina.