El Nacional de Fotograf¨ªa premia la relectura de la historia de Ana Teresa Ortega
¡°La fotograf¨ªa es hoy el principal soporte art¨ªstico¡±, dice la creadora alicantina y profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Polit¨¦cnica de Valencia
Ana Teresa Ortega iba para escultora. Lleg¨® a estudiar esa especialidad en la facultad, aunque tambi¨¦n le tiraba mucho la fotograf¨ªa. Al final, decidi¨® unir ambas disciplinas creativas en sus primeros proyectos tridimensionales con los que empez¨® a investigar y a romper los compartimentos estancos del arte que a¨²n perviv¨ªan a principios de los a?os noventa del pasado siglo, seg¨²n apunta la fot¨®grafa. Esa voluntad de investigar y experimentar es, precisamente, una de las razone...
Ana Teresa Ortega iba para escultora. Lleg¨® a estudiar esa especialidad en la facultad, aunque tambi¨¦n le tiraba mucho la fotograf¨ªa. Al final, decidi¨® unir ambas disciplinas creativas en sus primeros proyectos tridimensionales con los que empez¨® a investigar y a romper los compartimentos estancos del arte que a¨²n perviv¨ªan a principios de los a?os noventa del pasado siglo, seg¨²n apunta la fot¨®grafa. Esa voluntad de investigar y experimentar es, precisamente, una de las razones esgrimidas ayer por el jurado del premio Nacional de Fotograf¨ªa para concederle el galard¨®n del Ministerio de Cultura, dotado con 30.000 euros, a la artista alicantina de 68 a?os y profesora de la facultad de Bellas Artes de Valencia.
¡°La verdad es que ha sido toda una sorpresa para m¨ª. Cuando me ha llamado directamente el ministro [Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez Uribes] no sab¨ªa muy bien qu¨¦ decir. La llamada me ha producido mucha extra?eza, pero claro, estoy contenta. Me hace mucha ilusi¨®n y es una inyecci¨®n de motivaci¨®n para continuar trabajando¡±, explica por tel¨¦fono.
Esos primeros proyectos ¡°h¨ªbridos, de escultura y fotograf¨ªa, con emulsiones fotogr¨¢ficas que insertaba sobre diferentes soportes como algod¨®n, metales o metacrilato resultaban complejos, no eran f¨¢ciles de asumir en aquellos a?os tanto en el medio fotogr¨¢fico como en el circuito art¨ªstico¡±, relata la artista, con obra en las colecciones de museos como el Reina Sof¨ªa de Madrid, el IVAM de Valencia o el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
¡°Antes ambos medios estaban separados. Ahora ya no. Desde hace a?os ya no hay distingos en las galer¨ªas de arte ni en los museos. Las cosas han cambiado mucho. Dir¨ªa que la fotograf¨ªa es hoy el principal soporte de la expresi¨®n art¨ªstica. Hay fotograf¨ªa en la pintura, en las instalaciones, en la escultura... Cuando se hablaba de crisis de la pintura, la fotograf¨ªa lo invad¨ªa todo. Las im¨¢genes en movimiento, los v¨ªdeos, se han impuesto tambi¨¦n. Hoy la mezcla de lenguajes es absoluta. La fotograf¨ªa bebe de todo y todos beben de la fotograf¨ªa. Aunque, en verdad, los fot¨®grafos no dejan de trabajar con dos dimensiones, al margen de que hagan v¨ªdeos tambi¨¦n¡±, sostiene.
Ortega, tambi¨¦n comisaria de exposiciones, es la cuarta mujer que logra el galard¨®n en los ¨²ltimos cinco a?os, tras Montserrat Soto (2019), Cristina de Middel (2017) e Isabel Mu?oz (2016). El fallo del jurado reconoce ¡°su constante reflexi¨®n en torno al medio fotogr¨¢fico, guiada por una voluntad indagatoria de sus l¨ªmites y posibilidades como lenguaje h¨ªbrido que dialoga con la tridimensionalidad¡±. Ortega entiende ¡°la fotograf¨ªa como herramienta de construcci¨®n de la memoria e historia colectivas¡±. Su reflexi¨®n cr¨ªtica sobre la fotograf¨ªa, ¡°como documento, testigo y herramienta para construir la historia y la memoria colectiva, dota a su trabajo de un profundo compromiso ¨¦tico y social¡±, a?ade el jurado, presidido por Mar¨ªa Dolores Jim¨¦nez-Blanco, directora general de Bellas Artes, y formado por diversos expertos.
La memoria hist¨®rica de los vencidos por el franquismo centra tambi¨¦n la trayectoria de la fot¨®grafa. Desde 2007, enfoca su trabajo en series en las que rescata a los represaliados, como Figuras del exilio, De trabajos forzados y Cartograf¨ªas silenciadas, de 2011. Esta ¨²ltima estaba dedicada a los antiguos campos de concentraci¨®n de la Espa?a de la dictadura con im¨¢genes de los enclaves actuales en los que estuvieron aquellos centros penitenciarios.
Esa l¨ªnea de la mirada al pasado est¨¢ tambi¨¦n en otros de sus trabajos, como Pensadores y Lugares del saber y el exilio cient¨ªfico. En sus propuestas colabora con escritores e intelectuales ¡°para reflexionar sobre el discurso hist¨®rico, la responsabilidad del historiador o la narraci¨®n de la memoria colectiva¡±, subraya el jurado.
Las derivas de la memoria
¡°En el nivel tem¨¢tico¡±, prosigue Ortega, ¡°siempre he tocado los mismos temas a partir de la confluencia de la historia, la literatura y la memoria colectiva¡±. Y a?ade: ¡°Pero con sus derivas: los campos de concentraci¨®n; el trabajo esclavo de los presos y las presas; los caminos, los puentes, las f¨¢bricas que constru¨ªan; otra deriva me lleva a los antiguos laboratorios y centros de investigaci¨®n que se crearon cuando Ram¨®n y Cajal gan¨® el Nobel en 1906 en la llamada Edad de la Plata de la Ciencia espa?ola. Tambi¨¦n el tema de c¨®mo los medios de comunicaci¨®n muestran esa historia que es la que se aprende y que forma parte de la memoria colectiva atraviesa toda mi obra¡±.
Ortega considera que ha podido dedicarse a experimentar y a romper con el lenguaje m¨¢s acad¨¦mico y tal vez crear de una manera m¨¢s libre gracias a que ¡°no viv¨ªa del arte, de vender piezas¡± y por tanto, no depend¨ªa econ¨®micamente de ello. ¡°La estabilidad me la ha dado la universidad¡±, afirma la autora.