La extraordinaria vida de Guastavino, el arquitecto p¨ªcaro de Nueva York, asalta ahora la literatura
Los escritores Javier Moro y Andr¨¦s Barba coinciden en la publicaci¨®n de sendas obras biogr¨¢ficas sobre el constructor valenciano, pero con puntos de vista casi divergentes
Su vida fue de pel¨ªcula y su obra, tambi¨¦n. Por eso, Rafael Guastavino ha dejado de pertenecer en exclusiva al mundo de la arquitectura y de la construcci¨®n para convertirse tambi¨¦n en objeto de inter¨¦s literario. Hasta el punto de que dos conocidos escritores espa?oles, Javier Moro y Andr¨¦s Barba, han publicado en apenas un mes sendos ...
Su vida fue de pel¨ªcula y su obra, tambi¨¦n. Por eso, Rafael Guastavino ha dejado de pertenecer en exclusiva al mundo de la arquitectura y de la construcci¨®n para convertirse tambi¨¦n en objeto de inter¨¦s literario. Hasta el punto de que dos conocidos escritores espa?oles, Javier Moro y Andr¨¦s Barba, han publicado en apenas un mes sendos libros sobre la extraordinaria historia de este encantador de serpientes que huy¨® con su criada a Nueva York en el siglo XIX, sin contactos ni hablar ingl¨¦s. Guastavino lleg¨® a codearse con las mayores fortunas gracias a su ingenio para patentar, con la imprescindible ayuda de uno de sus cuatro hijos, un sistema constructivo de b¨®vedas tabicadas conocido en el Mediterr¨¢neo hac¨ªa siglos.
En palabras de Barba, autor de Vida de Guastavino y Guastavino (Anagrama), el protagonista de su ¡°biograf¨ªa literaria¡± fue ¡°un h¨¦roe de la picaresca nacional¡±; seg¨²n Moro, que public¨® antes su ¡°biograf¨ªa novelada¡± A prueba de fuego (Espasa), fue ¡°un personaje incre¨ªble de novela, hecho a s¨ª mismo¡±.
Las b¨®vedas del Oyster Bar de la Grand Central Station, de la catedral de San Juan el Divino, de la estaci¨®n del metro de City Hall o del vest¨ªbulo de edificio de inmigrantes de la isla de Ellis son algunas de las obras en Nueva York de Guastavino y su v¨¢stago, que se llamaba tambi¨¦n Rafael. Ambos fueron responsables de un millar de construcciones dispersas por distintas ciudades estadounidenses. Su sistema ign¨ªfugo caus¨® furor en un pa¨ªs que hab¨ªa sufrido devastadores incendios, y sus c¨²pulas y azulejos proporcionaban una atractiva est¨¦tica entre neog¨®tica y modernista del Viejo Continente.
Ambos escritores adoptan puntos de vista si no opuestos s¨ª muy diferentes en sus relatos. Ambos eran conocedores durante la redacci¨®n de los mismos de que estaban tratando la misma materia de manera coet¨¢nea. De hecho, llegaron a comunicarse a prop¨®sito de una documentaci¨®n hist¨®rica sobre las tribulaciones de la persona convertida en personaje.
Lo cuenta por tel¨¦fono Javier Moro (65 a?os, premio Planeta de 2011 por El imperio eres t¨²) en un descanso de su gira promocional en Espa?a: ¡°Era consciente de que Andr¨¦s estaba escribiendo tambi¨¦n. De hecho, me pidi¨® compartir una documentaci¨®n determinada, pero entonces yo no pod¨ªa hacerlo. Se lo expliqu¨¦. Hab¨ªa invertido cuatro a?os y dinero para conseguir esas cartas. Creo que lo entendi¨®. Es un caballero. Son dos libros muy diferentes y creo que complementarios¡±.
El tambi¨¦n madrile?o Andr¨¦s Barba (45 a?os, premio Herralde de Novela en 2017 por Rep¨²blica luminosa) lo confirma desde Argentina por videollamada: ¡°Me enter¨¦ cuando estaba investigando el libro que hab¨ªan comprado un mont¨®n de correspondencia de la familia de Guastavino. Javier me parece un caballero, fue amabil¨ªsimo¡±.
Otro punto de contacto entre los dos caballerosos escritores es una pel¨ªcula que ambos reconocen haber visto y que ha sido importante en la divulgaci¨®n de la vida y obra de Guastavino, para muchos un desconocido, si bien desde hace d¨¦cadas est¨¢ siendo reivindicado por las escuelas de arquitectura. Especialmente en Valencia, donde naci¨® en 1842 (muri¨® en la estadounidense Asheville en 1908), aunque se march¨® siendo adolescente a la casa de un t¨ªo en Barcelona a estudiar y buscar fortuna.
Se trata de El arquitecto de Nueva York, que gan¨® en 2016 el premio Delf¨ªn de oro del festival de televisi¨®n de Cannes y un a?o despu¨¦s la medalla de bronce del Festival de Nueva York. Eva Vizcarra fue la directora y productora ejecutiva de este documental, que se emiti¨® en el programa de TVE Imprescindibles.
¡°A¨²n no he le¨ªdo los dos libros, pero el personaje da tanto de s¨ª... Al principio fue muy complicado porque no hab¨ªa im¨¢genes y no sab¨ªamos c¨®mo contar la historia. Conocimos a la familia que le quedaba en Valencia y empezamos a tirar del hilo de su vida, de sus l¨ªos con las mujeres, de la estafa por la que se marcha de Espa?a con su criada y amante que no pudo soportar la vida del sucio Manhattan de entonces y se volvi¨® al poco... Al ir a rodar a Nueva York, nos dimos cuenta del gran poder¨ªo de su arquitectura y c¨®mo se ha reflejado en el cine, en las pel¨ªculas de Woody Allen, por ejemplo¡±, explica Eva Vizcarra por tel¨¦fono.
Puntos de partida
En el punto de partida de Javier Moro est¨¢ su editora. ¡°Me gusta novelar la historia. Conoc¨ªa al personaje, pero mi editora me lo recomend¨® especialmente. Fue un genio como emprendedor y tuvo talento como artista, pero no se hab¨ªa dicho mucho sobre su vida personal. Al indagar sobre su vida, se produce el descubrimiento de las cartas y de la verdadera identidad del hijo que le acompa?¨® a Nueva York, que explica por qu¨¦ una madre dej¨® que se marchara un hijo de esa manera. La historia empieza a cuadrarme y me vuelco completamente¡±, explica.
¡°Yo busco personajes, el drama, porque quiero contar una vida como una novela, por dentro, con las armas de la literatura, no como un reportaje, desde fuera, ni como una biograf¨ªa al uso. Leo todo lo que encuentro, entrevisto, investigo y al final la historia me pide casi salir por s¨ª misma¡±, a?ade el tambi¨¦n guionista, productor de cine y autor de novelas como Era medianoche en Bhopal, escrita en colaboraci¨®n con su t¨ªo Dominique Lapi¨¨rre, o A flor de piel.
Andr¨¦s Barba recibi¨® la beca Cullman de la Biblioteca P¨²blica de Nueva York para escribir el libro. ¡°Hay muy poca tradici¨®n en Espa?a de ese tipo de biograf¨ªa literaria, como cultivaba Borges, es g¨¦nero m¨¢s franc¨¦s o anglosaj¨®n, donde ponen en cuesti¨®n precisamente la posibilidad misma de hacer una biograf¨ªa del propio bi¨®grafo y se r¨ªen de la pretensi¨®n de poder contar la vida de nadie. Me interesaba que todo fuera una sopa donde se cocinan en el mismo caldo las suposiciones y los hechos¡±, se?ala el autor de novelas como Muerte de un caballo, o del ensayo La ceremonia del porno, coescrito con Javier Montes.
¡°Me atra¨ªa ese desesperado deseo de tener h¨¦roes nacionales que nos lleva a decorar la vida de la gente. Guastavino es interesante, aunque fuera m¨¢s constructor que arquitecto. Ofrec¨ªa soluciones para hacer las cubiertas. Me parece que su vida est¨¢ m¨¢s cerca de un h¨¦roe de la picaresca nacional, que logra que un sistema de construcci¨®n muy humilde, sin aparato te¨®rico, acabe formando parte de la identidad arquitect¨®nica nacional de un pa¨ªs¡±, afirma.