El Reina Sof¨ªa recibe el legado irreverente de Le¨®n Ferrari
El museo expone 300 piezas donadas por la familia del referente del arte pol¨ªtico que plant¨® cara a la dictadura argentina. Su obra de denuncia se distingue por una fuerte cr¨ªtica a la religi¨®n y el poder
El juicio final pintado por Miguel ?ngel para decorar la Capilla Sixtina, cumbre renacentista e icono de la cristiandad, inspir¨®, con su derroche de justicia terrenal y divina, al artista Le¨®n Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013). La reinterpret¨® en 1994. Verti¨® excrementos de ave sobre las figuras de todos los santos de una copia en papel del fresco de Buonarroti. Era su manera de cuestionar la vinculaci¨®n entre el poder pol¨ªtico y religioso que sembr¨® el terror en Argentina durante la dictadura de Videla entre 1976 y 1983. La obra sirve de arranque de la exposici¨®n...
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El juicio final pintado por Miguel ?ngel para decorar la Capilla Sixtina, cumbre renacentista e icono de la cristiandad, inspir¨®, con su derroche de justicia terrenal y divina, al artista Le¨®n Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013). La reinterpret¨® en 1994. Verti¨® excrementos de ave sobre las figuras de todos los santos de una copia en papel del fresco de Buonarroti. Era su manera de cuestionar la vinculaci¨®n entre el poder pol¨ªtico y religioso que sembr¨® el terror en Argentina durante la dictadura de Videla entre 1976 y 1983. La obra sirve de arranque de la exposici¨®n La bondadosa crueldad. Le¨®n Ferrari. 100 a?os que hasta el 12 de abril se puede ver en el Reina Sof¨ªa.
Se muestran 300 obras donadas por la familia del artista (Fundaci¨®n Augusto y Le¨®n Ferrari Arte y Acervo) al centro espa?ol en una exposici¨®n que viajar¨¢ despu¨¦s a los museos Van Abbe de Eindhoven y al Centro Pompidou de Par¨ªs (que tambi¨¦n han recibido obra). Una vez concluido el recorrido, piezas valoradas en m¨¢s de medio mill¨®n de euros pasar¨¢n a formar parte de los fondos del Reina Sof¨ªa. La oferta consiste en 15 collages, dibujos, esculturas, v¨ªdeos y una versi¨®n de los Juicios Finales de la serie Excrementos, adem¨¢s de 219 copias ¨²nicas de objetos y series, incluida la instalaci¨®n La Justicia / Quinto Centenario de la Conquista de Am¨¦rica.
No deja indiferente la obra de Ferrari, conocida en Espa?a gracias a propuestas como la que el propio Reina Sof¨ªa le dedic¨® en 2009 (Alfabeto enfurecido, en la que dialogaba con la brasile?a Mira Schendel). Esa era la intenci¨®n de un artista, Le¨®n de Oro de la Bienal de Venecia en 2007, considerado un maestro en la denuncia pol¨ªtica a trav¨¦s de creaciones con las que experiment¨® todos los materiales y formatos. Manuel Borja-Villel, director del museo, explicaba hoy martes, durante un recorrido en el que no falta la advertencia de que las obras pueden herir la sensibilidad de los espectadores, que Ferrari es un referente por su manera de cuestionar y criticar las desigualdades y las estructuras de poder.
El pretexto para inaugurar esta exposici¨®n, proyectada desde hace tres a?os, ha sido el centenario del nacimiento del artista y la donaci¨®n de la familia. ¡°Con iron¨ªa, humor y distanciamiento¡±, precis¨® el director del museo, ¡°utiliza im¨¢genes ic¨®nicas para darles la vuelta y criticar el desprecio a los derechos humanos tanto por quienes ostentan el poder como por quienes miran para otro lado y pretextan que ellos ¡®no sab¨ªan nada de lo que ocurr¨ªa¡±.
Comisariada por Fernanda Carvajal, Javier del Olmo y Andrea Wain, la exposici¨®n se extiende por cinco salas sin orden cronol¨®gico. Cada espacio est¨¢ presidido por un tema. Si en la primera se niega la justicia divina, en la segunda se engloba la cr¨ªtica a lo despiadado de las guerras. La dedicada a Vietnam est¨¢ representada en una de sus m¨¢s conocidas obras: La civilizaci¨®n occidental y cristiana (1965, no incluida en la donaci¨®n), en la que suspendido en el aire se ve un Cristo Crucificado sobre un avi¨®n de guerra estadounidense. Ferrari tom¨® la idea de una fotograf¨ªa de un peri¨®dico que muestra c¨®mo dos soldados ahogan a un ni?o en un r¨ªo durante un interrogatorio. Carlota ?lvarez Basso, coordinadora de la exposici¨®n, asegura que el MoMA quiso adquirir la escultura original por un mill¨®n de d¨®lares (m¨¢s de 800.000 euros). La propuesta fue rechazada.
Varias vitrinas recogen documentaci¨®n con papeles en los que se habla de acontecimientos de la dictadura argentina, en grandes guerras internacionales y descubrimientos cient¨ªficos. Acuarelas, pl¨¢sticos y dibujos ocupan paredes en las que el artista pone a bailar a un grupo de monjas sobre una sart¨¦n, dos religiosas se besan o una galer¨ªa de santos comparte una jaula para p¨¢jaros. Son lo que ¨¦l llamaba Ideas para los infiernos, con las que afirmaba que el demonio, en realidad, se esconde en la intolerancia y la fe ciega. ¡°El verdadero infierno es mental, es vivir con la idea del castigo eterno¡±, escribi¨® Ferrari.
Andrea Wain llama la atenci¨®n sobre uno de los espacios en los que, en su opini¨®n, se recoge la esencia del artista: su af¨¢n investigador. Es el apartado titulado Laboratorio Ferrari y en ¨¦l se recoge la primera etapa de su producci¨®n, desde finales de los cincuenta hasta principios de los sesenta. Son algunos de los experimentos realizados en su laboratorio con compuestos qu¨ªmicos para su pr¨¢ctica art¨ªstica. Es el momento en que explora el volumen, la escultura y la escritura como herramienta pl¨¢stica, deformada para dar salida de manera oculta a sus primeros mensajes pol¨ªticos como en la pieza titulada Carta a un general (1963). Unos mensajes y un ideario que mantuvo vivos hasta sus ¨²ltimos trabajos y que est¨¢n recogidos en el t¨ªtulo de la exposici¨®n, La bondadosa crueldad, el libro de poemas y collages dedicado a su hijo Ariel, desaparecido durante la dictadura argentina.
Gracias, Bergoglio
En la entrada a las salas que ocupa la exposici¨®n en la cuarta planta del edificio Sabatini, una cartela advierte que algunas obras pueden herir la sensibilidad del espectador. No es la primera vez que se hace algo similar en museo ni ser¨¢ la ¨²ltima dado el clima de intransigencia en pleno crecimiento. La exposici¨®n m¨¢s pol¨¦mica de Ferrari se celebr¨® en su propia ciudad de nacimiento, en Buenos Aires, en la sala Cronopios. Era el 30 de noviembre de 2004 y el entonces arzobispo Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco, calific¨® la muestra de "una blasfemia que averg¨¹enza¡±. Un grupo de fan¨¢ticos entr¨® en las salas y da?¨® la obra 'La ciudad de los inmortales'. La Asociaci¨®n ultracat¨®lica Cristo Sacerdote contabiliz¨®, p¨²blicamente, ¡°51 insultos a Jesucristo, 24 a la Virgen Mar¨ªa, 27 a los ¨¢ngeles y santos, 3 directamente a Dios y 7 al Papa¡±. La exposici¨®n cerr¨® 48 horas y reabri¨® por la presi¨®n de los artistas argentinos. Ferrari, hasta entonces poco conocido para el gran p¨²blico, se convirti¨® en una celebridad. A una obra da?ada la rebautiz¨® con el t¨ªtulo de 'Gracias, Bergoglio'.